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La voz de las armas

Mientras que las FARC proponen el diálogo, varios de sus frentes guerrilleros intentan "recuperar" el Magdalena Medio después de la muerte de El Mexicano

12 de febrero de 1990

No podía resultar más paradójico. Mientras en La Uribe el secretariado general de las FARC entregaba personalmente a los asesores de la Consejería Presidencial una nueva propuesta de paz, en el Magdalena Medio los combates entre el ejército y guerrilleros del XXIV frente arreciaban. Una vez más las FARC con una mano tendían el olivo y con la otra empuñaban el arma.
El doble juego al que Jacobo Arenas y su gente tienen acostumbrado al país, no sorprendió a nadie. Ni siquiera al gobierno que acababa de reunirse con ellos. Inmediatamente, tanto el consejero para la Paz, Rafael Pardo, como el ministro de Gobierno, Carlos Lemos Simmonds, reconocieron la existencia de una nueva ofensiva de las FARC, circunstancias que señalaron como un obstáculo para continuar adelantando el diálogo con ese grupo guerrillero. (Ver entrevista).
Lo inquietante, sin embargo, no es realmente que las FARC demuestren que continúan siendo una moneda de dos caras, sino el propósito que -según los organismos de inteligencia militar- motiva la nueva ofensiva: la recuperación del Magdalena Medio, perdido a manos de José Gonzalo Rodríguez Gacha desde hace cinco años.
Para una zona que durante la última década fue el epicentro de la violencia en Colombia el anuncio no podía ser más dramático. Las intenciones de las FARC significan -en plata blanca- que el futuro que le espera al Magadalena Medio duranle la próxima década no promete ser muy distinto de lo que fue la pasada; primero, asediado por la guerrilla, luego por los grupos paramilitares que buscaban contrarrestarla y, finalmente convertida en el paraíso del narcotráfico y sus sicarios.
EN BUSCA DEL PARAISO PERDIDO
Aúnque las FARC -según inteligencia militar- pusieron en marcha su plan a mediados de diciembre pasado, tras la muerte de El Mexicano, su objetivo no es nuevo. Basta recordar que ya en 1987, Braulio Herrera había sido enviado precisamente al Magdalena Medio con el único fin de reforzar los frentes guerrilleros de la zona y enfrentarse a los autodefensas de Rodríguez Gacha. Fue el fracaso de esta ofensiva el que -según se dijo- había motivado el posterior enjuiciamiento de Herrera ante el secretariado e inclusive su condena a muerte.
Y es que para las FARC, recuperar el Magdalena Medio no sólo constituye un objetivo militar importante, sino que es prácticamente una cuestión de honor. Durante años, las FARC -a punta de boleteos y secuestros- fueron amos y señores de esta zona donde prácticamente no se movía una hoja sin que el grupo guerrillero estuviera al acecho para cobrar por ello, primero a los ganaderos y luego a los cultivadores de coca. La llegada de Rodríguez Gacha, sin embargo, cambió las cosas. En un principio El Mexicano se convirtió en el socio ideal. A cambio de protección para los cultivos, la guerrilla recibía dinero, bien fuera de los dueños del negocio o de los pequeños cultivadores a quienes cobraban el impuesto de gramaje. Pronto, sin embargo, la puja por el poder dio al traste con la alianza. Fue así como las FARC terminaron por convertirse en el peor enemigo de Rodríguez Gacha y su organización. (Ver SEMANA, agosto 1°, 1989).
Desde entonces la guerra que se desató entre los dos bandos no tuvo cuartel. No sólo cayeron víctimas de ella, hombres de lado y lado como Jaime Pardo Leal y Pablo Guarín, sino que el Magdalena Medio terminó convertido en uno de los principales campos de batalla entre los ejércitos privados de Rodríguez Gacha y las FARC, quienes no sólo vieron amenazado su poderío militar en la zona, sino también un negocio que para ellos se había convertido en el más lucrativo y su principal fuente de financiación: la coca. (Ver SEMANA, febrero 14, 1989).
Lo que vino después es historia conocida: el surgimiento de los grupos paramilitares, su entrenamiento por mercenarios extranjeros y una guerra que terminó por convertir al Magdalena Medio en la región más violenta del país. El Mexicano y sus sicarios profesionales, armados hasta los dientes gracias al dinero del narcotráfico y en muchas áreas apoyadas por los propios ganaderos y terratenientes que veían también en las FARC a su verdugo, terminaron prácticamente por desterrar a las FARC de este territorio. El mismo que ahora después de la muerte del cerebro de la organización, el secretariado trata de recuperar.
VIENTOS DE GUERRA
Si el control de la zona por Rodríguez Gacha y sus lugartenientes había llevado una relativa calma al Magdalena Medio (al resultar derrotado uno de los poderes paramilitares de la zona), la nueva embestida de las FARC ciertamente, acaba con ella.
Ya los primeros enfrentamientos del año (ver mapa) han dado una muestra de lo que puede significar la reanudación de la guerra. Esta vez, además, al parecer las FARC no están solas. A su lado -según estiman los organismos de inteligencia militar- estarían ahora también los grupos del ELN y probablemente del EPL que operan en la región. Frente a una organización desmembrada, después de la muerte de El Mexicano y con problemas operativos y de financiación, los guerrilleros quizás consideren que vale la pena montar un frente unido que esta vez sí les permita ganar la guerra.
En lo que respecta al bando opositor, es difícil prever en estos momentos cuál será su capacidad de reacción. Si bien es cierto que los hombres de Rodríguez Gacha en el Magdalena Medio se convirtieron en el ejército privado mejor armado y mejor entrenado del país, la desbandada después de la muerte del líder, parece un hecho. Es precisamente a este grupo de sicarios fuertemente armados y altamente calificados militarmente al que las autoridades atribuyen la reciente ola de secuestros que se ha desatado en la región central del país y particularmente en Antioquia. Según los organismos de inteligencia, los mismos hombres que antes protegian a Rodriguez Gacha siendo a la vez protegidos por él, son los que ahora buscan afanosamente una nueva fuente de trabajo y financiación a través de secuestros por los cuales exigen lucrativos rescates. De ser cierto esto, es posible que no muchos de estos hombres calculados entre 1.000 y 5.000 (según el grado de entrenamiento que se considere) estén dispuestos a librar por cuenta y riesgo una guerra en la cual ellos, al fin y al cabo, fueron sólo peones.
En cuanto a la acción de las autoridades, tanto los altos mandos del Ejército como el propio ministro de Gobierno han anunciado que a la ofensiva de las FARC la respuesta será militar, sin importar que por otro lado el gobierno mantenga conversaciones de paz con el secretariado.
Prueba de ello es el operativo que miembros de la II Brigada del Ejércita realizaron la semana pasada en los alrededores de San Pablo (Bolívar), donde después de varios días de combate los militares dieron de baja a 18 guerrilleros y lograron desmantelar la que -según las FFAA- sería la más grande escuela de entrenamiento guerrillero en el país.
No obstante la firme decisión de las autoridades de responder con todo a la ofensiva de las FARC, no es garantía de éxito. Durante más de tres décadas los distintos gobiernos han tratado de acabar con este grupo guerrillero, para llegar siempre a un punto muerto en el cual se termina por reconocer que ninguno de los bandos está en condiciones de ganar la guerra. Es entonces cuando vuelve a surgir la necesidad del diálogo.
Y DE LA PAZ QUE?
Bajo las actuales circunstancias, sin embargo, el gobierno difícilmente podrá continuar adelante con las conversaciones directas en La Uribe. Las FARC han querido mostrar como nueva una propuesta que es en realidad la misma que vienen presentando desde hace tiempo y que fue confirmada en la Cuarta Cumbre de esta organización guerrillera, el año pasado: reforma constitucional y plebiscito. Sólo que esta vez el secretariado plantea que el plebiscito se realice precisamente para convocar a una Asamblea Nacional Constituyente. A cambio, las FARC ofrecen convertirse en un partido político legal, cuya nombre inclusive ya escogieron: Reunión Bolivariana del Pueblo.
La propuesta, enviada al presidente Barco a través de los miembros de la Consejeria para la Paz que estuvieron en La Uribe la semana pasada, por lo pronto no puede sino quedar en remojo. El gobierno ha dicho que la estudiará, pero también que no piensa responder a ella hasta que las FARC no cesen sus operaciones ofensivas. Si se tiene en cuenta la importancia que tiene para este grupo guerrillero el plan de recuperación del Magdalena Medio, esto quiere decir que probablemente las 7 páginas entregadas por Jacobo Arenas a los miembros del gobierno permanecerán en el escritorio del Presidente y sus asesores por mucho tiempo aún, sin que merezcan respuesta. Según lo afirmaron funcionarios del gobierno a SEMANA "nosotros no estamos interesados en embarcar el próximo gobierno en un proceso que no tenga salida". Lo grave para la actual administración es que de todos modos la suspensión de las conversaciones con las FARC, sumada al estancamiento del proceso con el M-19, dejan un balance de la iniciativa de paz del presidente Barco bastante pobre, a pesar de los esfuerzos. Falta ver si ya en la recta final, Pardo y sus muchachos logran conseguir un resultado decoroso que justifique los cuatro años de intenso trabajo que este gobierno le dedicó a un objetivo que todavía parece imposible en Colombia: la paz con los grupos guerrilleros.

ELN A SANGRE Y FUEGO
No se habían extinguido todavía las luces de los fuegos artificiales que le dieron la bienvenida al nuevo año, cuando en Aguachica (Cesar) el ELN dio las primeras muestras de sus intenciones para la década que comienza.
Ocultos a un lado de la carretera que conduce a Valledupar y utilizando uniformes de las Fuerzas Armadas, cerca de 25 miembros de la organización hicieron estallar una potente carga de dinamita en el preciso momento en que se aproximaba un vehículo militar con una patrulla de doce hombres. Disparando desde ambos lados de la vía, luego intentaron rematar a los sobrevivientes, quienes lograron defenderse y obligar a los guerrilleros a internarse en el monte. El saldo de la emboscada: dos suboficiales y cuatro agentes muertos y otros cuatro heridos.
A la emboscada se sumaron enfrentamientos, secuestros y asesinatos que a finales de la semana pasada dejaban como balance 20 actos terroristas perpetrados por el ELN en los diez primeros días del año. Es decir,un promedio de dos diarios. Entre ellos, el incendio de un bus de pasajeros en Cali que dejó tres muertos y 23 heridos, el asalto a una guarnición de policía en Cúcuta, el secuestro y posterior asesinato del alcalde de Achí (Bolívar), el asesinato del alcalde de Abrego (N. de S.) y el secuestro del representante a la Cámara por Sucre, Mario Silgado Romero (Ver mapa).
Aunque ninguna de las tácticas empleadas por el ELN en estos primeros días del año es nueva, lo que sí sorprendió a las autoridades fue el fuerte incremento de las acciones ofensivas, y el amplio radio que cubrieron, pues aunque la mayor parte de ellas se localizaron en el Magdalena Medio, el terrorismo de los "elenos" alcanzó esta vez ciudades como Cali y Cúcuta, donde la actividad del grupo subversivo era prácticamente desconocida.
Ante la nueva escalada terrorista del grupo del cura Manuel Pérez, tanto el gobierno como las Fuerzas Militares tienen una sola interpretación: se trata, definitivamente, de un intento por sabotear las próximas elecciones, un objetivo frente al cual el grupo guerrillero no escatimará ni es fuerzos ni dinero. Es por esto que a la táctica de la emboscada terrorista le han sumado el secuestro de hacendados y ganaderos, con cuyos rescates se presume ayudarán a financiar la ofensiva.
El cambio de estrategia, dejando de lado la voladura de oleoductos (sólo se registró una acción de este tipo en estos primeros días del año), tiene también su explicación. Aunque la guerra contra las petroleras extranjeras ha sido uno de los objetivos principales del ELN, que se autoproclamó "defensor" de los recursos naturales colombianos, en toda guerra la efectividad de las estrategias tiene su límite.
Y los atentados contra el oleoducto ya llegaron al suyo, pues tras tres años de utilización continuada, ya pocos -incluída la población en las áreas de influencia de los "elenos"- creían en los beneficios de continuar librando la guerra de esta manera.
Además, es claro que la realización del Foro Petrolero a finales del año pasado acabo también con uno de los caballitos de batalla utilizados por el cura Pérez y sus amigos durante años.
Si el propósito de la ofensiva es sabotear las próximas elecciones, es previsible que esta no sólo continúe intensificándose sino que además se prolongue por lo menos durante el primer semestre del año y continúe cobrando víctimas, inclusive dentro de la población civil, frente a la cual el ELN no se detiene,como lo demostró con el incendio del bus en Cali. En cuanto a la capacidad de las fuerzas militares para contrarrestar estas acciones, indiscutiblemente el efecto sorpresa la disminuye considerablemente, pero no es sólo eso. El propio comandante general de las Fuerzas Militares, general Nelson Mejía Henao, reconoció la semana pasada en una entrevista a un diario capitalino que a pesar de los éxitos de la Operación Júpiter en Arauca el año pasado, el ELN aún no está controlado y se atrevió incluso a decir que ni siquiera un organismo como el Cuerpo Elite de Policía, que ha demostrado su efectividad frente al narcotráfico, sería capaz de combatirlos porque "se los comen de entrada".
Es por esto que a pesar de que hay quienes aseguran que los "elenos" han perdido gran parte del apoyo popular para su guerra, todavía falta mucho para que los colombianos podamos ver que sucede lo mismo con su capacidad para mantenerse en ella.-

RAFAEL PARDO:
"La guerrilla: en decadencia"
SEMANA: Los servicios de inteligencia militar aseguran que existe una ofensiva de las FARC para recuperar el Magdalena Medio ¿Qué sabe el gobierno de eso?
RAFAEL PARDO: El gobierno tiene conocimiento de que las FARC tienen un plan ofensivo que no han suspendido a pesar de las ofertas de paz que han hecho y que el Magdalena Medio hace parte de ese plan.
S.: Pero una de las condiciones de la iniciativa de paz del presidente Barco para dialogar con un grupo guerrillero era precisamente que demostrara con hechos su voluntad de paz. ¿Por qué entonces el gobierno sigue conversando con las FARC?
R.P.: El gobierno hasta esta semana tuvo una primera conversación sobre un tema concreto con las FARC, que fue la propuesta que acabaron de entregar. Tendremos que evaluar tanto la propuesta que hicieron como las condiciones de actividad subversiva de las FARC, para mirar la continuación del diálogo con esta organización.
S.: Pero, ¿usted no cree que las acciones que se han desarrollado hasta ahora son suficientes como para suspender el diálogo con ellos?
R.P.: Yo creo que hay que evaluarlo, no me puedo anticipar a eso.
Ha habido una disminución de actividades de las FARC respecto a lo que era hace un año. Pero de todas maneras existe una actividad subversiva, de secuestros y de acciones contra la fuerza pública y la población civil, que necesariamente tienen que eliminarse para poder continuar este proceso.
S.: Las FARC, dentro de esas conversaciones, les presentaron a ustedes un proyecto con unas bases para el diálogo. Hasta el momento, ¿cómo ha percibido el gobierno este proyecto?
R.P.: Vamos a darnos un tiempo para hacer una evaluación de esta propuesta. Lo que es importante señalar es que el gobierno la ve como una propuesta que viene de un grupo guerrillero. Y una propuesta de la guerrilla hay que medirla en términos de si compromete su futuro como guerrilla o no.
S.: Pero, ¿hasta dónde tiene sentido seguir adelantando diálogos en busca de procesos con otros grupos guerrilleros, si se corre el riesgo de llegar al mismo estancamiento que con el M-19?
R.P.: Sí, esto es un punto muy importante. El M-19 adelantó su proceso precisamente a partir del planteamiento de la iniciativa de paz del gobierno; o sea, que había un plan para conversar sobre desmovilización y un espacio para conversar sobre los temas de interés para la guerrilla con posibilidad de llevarse a la práctica. Ese espacio era el que ofrecía en ese momento la reforma constitucional. Al archivarse la reforma la posibilidad de llevar a la práctica esas conversaciones y sus conclusiones a través de una reforma constitucional, se perdió.
S.: ¿Quiere esto decir, de alguna manera, que en este momento el gobierno ha perdido los instrumentos que tenía en un principio para poder negociar una paz con cualquier grupo guerrillero?
R.P.: Yo creo que no es el gobierno. Yo creo que sin posibilidades de cambio institucional, o con relativo inmovilismo institucional, es difícil poder decirle a alguien: "hablemos a ver si obtenemos conclusiones, y si obtenemos conclusiones las llevarnos a la práctica". Si estas conclusiones tienen que ver con modificaciones a la Constitución esa posibilidad hoy está cerrada o por lo menos demorada. Si tiene que ver con otros elementos que están en manos del Ejecutivo, del Legislativo o en manos de sectores diversos de la sociedad, pues se puede llegar a conclusiones.
S.: Esto le da a uno la impresión de que usted siente que dentro del proceso de paz el gobierno hizo todo lo que tenía yue hacer, pero que se quedó sólo y por eso no obtuvo los resultados que debería haber obtenido.
R.P.:Lo que ocurrió fue que un factor absolutamente desproporcionado y sorpresivo, como fue la introducción del tema de la extradición en el referéndum que se debía realizar el 21 de enero, hechó por la borda la posibilidad de cambio institucional. Eso llevó al gobierno y al Congreso a no seguir adelante con la reforma constitucional, por problemas de tiempo. Pero no es por falta de voluntad de paz.
S.: En este momento, tal como están las cosas, ¿qué futuro se prevé para el acuerdo con el M-19?
R.P.: Precisamente durante este mes nos hemos puesto la meta de buscar concretar con los compromisarios del pacto que se suscribió, algunas fórmulas que permitan poner en práctica o compensar lo que se perdió al no aprobarse la reforma. Pero en este momento no tenemos una conclusión definitiva al respecto.
S.: Con la escalada que ha habido de las actividades guerrilleras, ¿ustedes qué piensan hacer?
R.P.: Es principalmente del ELN la escalada. Eso obedece a una acción que ellos han anunciado públicamente, que es buscar afectar el proceso electoral. El gobierno y la fuerza pública estan en la obligación, como lo están haciendo, de preservar las garantías electorales en todas las zonas del país.
S.: ¿ Y usted cree que bajo las actuales circunstancias vale la pena seguir haciendo procesos de paz en Colombia?
R.P.: El futuro de la guerrilla en Colombia es un futuro en decadencia. En este momento no hay ninguna razón objetiva, ni política ni económica, ni social, que justifique la existencia de grupos guerrilleros. Lo que existe ahora son rezagos del pasado.
Las opciones en el futuro o son desintegrarse por acción del Estado y de la fuerza pública o por simple sustracción de materia, o buscar su incorporación a través de una negociación con el Gobierno.

ACCIONES GUERRILLERAS EN LOS PRIMEROS 10 DIAS DEL AÑO
1. Enero 290 Curumani (Cesar). Enfrentamiento entre el Batallón Ayacucho y columna guerrillera del ELN.
2. Enero 290 Salgar (Antioquia). ELN asesina hacendado y un empleado.
3. Enero 290 Ayacucho (cesar) Seis policías asesinados por el ELN.
4. Enero 290 Toledo (N. de Santander). Cuatro heridos. ELN asesina ganadero.
5. Enero 390 Labateca (N. de Santander). ELN se toma municipio. Civiles, uniformados y guerrilleros heridos.
6. Enero 390 Cácota (N. de Santander). Enfrentamiento del ELN con la policía.
7. Enero 390 Cali (Valle). ELN incendia bus. Tres muertos, 23 heridos.
8. Enero 490 Pitalito (Huila). ELN asesina dos campesinos.
9. Enero 590 Bolívar (Cauca). ELN asesina a cinco campesinos.
10.Enero 590 Barranco de Loba (Bolívar). Enfrentamiento del ELN con el Ejército. Cinco guerrilleros muertos. Secuestrado comerciante.
11.Enero 590 Bolívar. ELN asalta varios buses de servicio interdepartamental.
12.Enero 590 Bosconia (Cesar). Enfrentamiento con el ELN. Un soldado muerto. Un ingeniero, dos soldador heridos.
13.Enero 590 Cúcuta (N. de Santander). Asalto del ELN a guarnición de policía. Dos guerrilleros y un policía muerto.
14.Enero 590 Santander (N: de Santander). ELN dinamita oleoducto.
15.Enero 590 Paime (Cundinamarca). Incursión armada del ELN. Tres campesinos muertos.
16.Enero 590 Achí (Bolívar) ELN secuestran al alcalde.
17.Enero 590 La Mojana (Sucre) ELN secuestra hacendada.
18.Enero 690 Abrego (N. de Santander) ELN asesina al alcalde, al hijo, al secretario de gobierno y a un conductor.
19.Enero 690 Yondó (Antioquia). Enfrentamiento con FARC y ejército. Un soldado muerto.
20.Enero 790 San Pablo Bolívar. Combates entre FARC y ejército. Dos militares y diez guerrilleros muertos.
21.Enero 890 Achí (Bolívar) ELN asesina al alcalde secuestrado.
22.Enero 890 Santander de Quilichao (Cauca). Quintín Lame asesina a tres personas.
23.Enero 990 Necoclí (Antioquia). Enfrentamiento entre miembros del EPL. Siete muertos, trece heridos.
24.Enero 990 Mocoa (Putumayo). Emboscada del EPL a la policía. Un agente muerto, dos heridos.
25.Enero 990 Rio de Oro (Cesar). ELN secuestra ganadero y asalta bus intermunicipal.
26.Enero 1090 San Alberto (Cesar). EPL secuestra ex alcalde de Bucaramanga.
27.Enero 1090 San Onofre (Sucre). ELN o EPL secuestra representante a la Cámara.
TOTAL ACCIONES: 27 en 10 días
ELN- 20 ACCIONES
FARC- 2 ACCIONES
EPL- 4 ACCIONES
QUINTIN LAME- 1 ACCION