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LA VOZ DEL PUEBLO

POR CUENTA DEL PROCESO 8.000 HORACIO SERPA SE ESTA QUEDANDO CON EL SAMPERISMO Y CON LA IZQUIERDA.

11 de marzo de 1996

En la actualidad nadie sabe si el gobierno de Ernesto Samper se va a caer o no. Pero independientemente de cual sea el desenlace final, hay un hecho sobre el cual todos los observadores políticos están de acuerdo: el gran ganador es Horacio Serpa. De no haber sido por el proceso 8.000, Serpa no hubiera sido más que un político de izquierda que, aunque clave en el samperismo, probablemente no habría pasado del rango de coronel. Su protagonismo durante el escándalo que está atravesando el país lo ha elevado al rango de general. Y aunque los generales de izquierda por lo general no llegan al poder en estas épocas, sí ocupan un nicho suficientemente importante para consolidar una jefatura política. En ese nicho, el actual ministro del Interior no tiene rivales. Es el único líder que tiene la izquierda en la actualidad. La guerrilla, por volverse negocio, perdió toda legitimidad. El Partido Comunista tiene menos votos hoy que hace 50 años. Y el M-19, a pesar de haber tenido su cuarto de hora con Antonio Navarro, está muy venido a menos. Horacio Serpa es menos radical de lo que percibe la burguesía colombiana. Centro-izquierda sería una denominación más apta. Pero cuando se hace política en Barrancabermeja, en medio de la guerrilla, el comunismo y la USO (el sindicato de Ecopetrol), el posicionamiento ideológico es una prioridad. Para convivir con todas esas fuerzas extremas a Serpa le tocó hacer mucho malabarismo político. De ahí surgió su reputación de ex-guerrillero, la cual, aunque sin fundamento, todavía pesa en su contra en medio de las élites económicas y sociales. El veto que tiene Serpa en esos círculos no lo desvela. Nunca ha contado con el apoyo de ese sector, por lo tanto no considera que lo ha perdido en su papel de principal defensor del Presidente. Por eso no le tiembla la mano cuando le toca recurrir al populismo por la causa, consciente de que mientras los pobres sean más que los ricos, jugársela a los de abajo da dividendos. Haciendo referencia a las manifestaciones de las señoras de la calle 94 de Bogotá, dijo la semana pasada: "El otro día yo veía a una señora del norte, muy elegante, a la que el conductor le abría la puerta de su BMW y que acababa de salir de un salón de belleza... la veía correr hacia el centro del parque de la calle 93 a gritar, ¡que renuncie Samper, abajo la oligarquía! Esa fue una de las famosas manifestaciones de los charoles de plata..." La demagogia y la oratoria gaitanista de Serpa siempre han irritado a la burguesía colombiana. Sin embargo, aún estos grupos han tenido que reconocer que durante toda esta crisis ha resultado una revelación en televisión. Como un expositor pausado, inteligente y recursivo se le ha medido en debates a pesos pesados del calibre de Enrique Santos Calderón, Roberto Pombo y Juan Lozano, y a todos los ha mantenido a raya. En encuestas, la posición del Ministro es un sólido tercer puesto, tanto en intención de voto como en imagen. En la actualidad su imagen positiva está en 46 puntos y la negativa en 42. Estos índices demuestran que el Ministro del Interior gusta mucho o choca mucho pero no le es indiferente a nadie. Según el politólogo Fernando Cepeda, "Colombia es un país guerrillero mentalmente, aquí se admiran las actitudes frenteras, el coraje, la lealtad y la verticalidad, más que cualquier otra cosa." Y eso es lo que ven en Serpa.Tal vez la principal fortaleza que Serpa tiene actualmente es su ascendiente en el Congreso. La clase política tradicional que se siente perseguida injustamente en la cruzada moralista que vive el país, se identifica con este veterano que conoce las realidades de la provincia y sabe que en Colombia las cosas no son tan blanco y negro sino que hay un rango muy amplio de grises. Por todo esto, Serpa no sólo es el heredero natural del samperismo sino de toda una clase política tradicional a la cual muchos se refieren peyorativamente como la 'maquinaria' pero que, de todos modos, es todavía un núcleo de poder muy importante. La maquinaria en Colombia la seguirá controlando en los próximos años Ernesto Samper independientemente de la suerte con que corra como resultado del Proceso 8.000. Por esto la precandidatura de Horacio Serpa está cantada. Sin duda alguna será una candidatura con muchos obstáculos pues los enemigos alineados en su contra son poderosos. Pero más poderoso que todos es el Proceso 8.000 que siempre ha bordeado al ministro desde el inicio y que en cualquier momento lo puede hacer caer en sus redes.