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La entrenadora había sido separada de su cargo después de la celebración de una competencia oficial. | Foto: Pixabay

TUTELA

Dos mujeres separadas por el amor al deporte

Por orden de la Corte Constitucional, la Liga de Tenis de Mesa de Antioquia deberá reintegrar a una entrenadora que desvinculó luego de que esta pasó la noche con otra deportista.

13 de junio de 2016

La Corte Constitucional le ordenó a la Liga de Tenis de Mesa de Antioquia reintegrar a una de sus entrenadoras, quien había sido separada de su cargo porque durante la celebración de una competencia oficial pasó la noche con una tenista con la que había tenido una relación sentimental. (También le puede interesar: Contra la discriminación de género en el aula)

Aun cuando la corporación aclaró que no está probado que el despido de la instructora pueda ser interpretado como un caso de discriminación sexual, ella misma relató cómo directivos y otros deportistas le hicieron la vida imposible por haberse involucrado sentimentalmente con esta joven.

Nueve años llevaba laborando esta mujer para la Liga. Además de entrenar a los deportistas amateur, competía para el equipo de mayores. Para la comunidad deportiva, nunca fue un secreto su orientación sexual y, hasta hace unos meses, tampoco fue un problema.

Todo empezó a cambiar cuando se involucró sentimentalmente con una tenista del equipo juvenil, una joven de 17 años a la cual ella misma dirigía. Según la propia entrenadora, hasta la familia de su pareja estaba enterada de la relación que mantenían.

No obstante, la entrenadora, temerosa de poder afectar su carrera y la de su compañera sentimental, se acercó al Instituto Departamental de Deportes de Antioquia (Indeportes) tratando de cerciorarse de que el amor que estaba naciendo entre su pareja y ella no terminara frenando sus anhelos deportivos.

Sus temores se hicieron realidad. Según la instructora, un directivo de Indeportes le recomendó romper con su joven novia si no quería verse perjudicada en el futuro. Con semejante sentencia, la mujer prefirió seguir concentrándose en sus metas deportivas y abandonar la relación sentimental que empezaba a florecer con su pupila.

Lo peor todavía estaba por pasar. Ocurrió en marzo del 2015, cuando la entrenadora y su expareja volvieron a encontrarse durante la disputa del Campeonato Nacional de Tenis de Mesa, en Ibagué. Tras el reencuentro, ambas decidieron pasar la noche en la habitación de la entrenadora. Ello le costó a la instructora su puesto. Días después de la terminación del evento deportivo, fue informada de la decisión de la Liga de no querer contar más con sus servicios por haber pasado la noche con otra integrante de la delegación que era menor de edad, además de que supuestamente lo hizo sin justificar el por qué y sin esperar la autorización del ente rector del tenis de mesa en Antioquia.

Por eso, la mujer interpuso una acción de tutela, convencida de que las decisiones que precipitaron su salida eran una retaliación por la desaprobación que causaba entre los dirigentes deportivos antioqueños una relación sentimental entre dos mujeres.

La acción judicial fue escogida para revisión por la Corte Constitucional. Esa corporación, con ponencia del magistrado Alejandro Linares, ordenó el reintegro de la entrenadora por considerar que fue arbitrario el procedimiento seguido en su contra para destituirla.

Aun cuando ese tribunal aclaró que no está probado que se trate de un caso de discriminación sexual, indicó que el despido no está sustentado en ninguna regla específica que haya sido desconocida por parte de la instructora, por cuanto su despido era irregular.