Home

Nación

Artículo

LIBERACION GOTA A GOTA

Después de que Hero y Azucena quedaron libres, se espera que los demás periodistas muy pronto también lo estén.

14 de enero de 1991

Frente a los hechos que agobian al país y a las noticias y reacciones a raíz de la votación por la Constituyente, la toma de Casa Verde, las leyes aprobadas por el Congreso, la semana pasada la liberación de los dos últimos periodistas ocurrida con tres días de diferencia, se convirtió en una noticia de rutina.

Los dos fueron liberados en Medellín y tenían órdenes de sus secuestradores de presentarse al periódico El Colombiano y ponerse en contacto con su director, el ex alcalde de Medellín Juán Gómez Martínez. Cada uno, después de estar alrededor de cinco horas movilizándose en un vehículo llegó con un comunicado. A ambos, se les vió agotados no sólo por los tres meses y medio que estuvieron en cautiverio, sino por el viaje. Sin embargo, ninguno aportó datos nuevos sobre la oferta de entrega de Los Extraditables.

El primero de ellos en ser liberado fue el periodista alemán, Hero Buss, corresponsal de periódicos alemanes, suizos y austriacos, quien presentó un documento de Los Extraditables en el que figuraba una denuncia hecha ante un juez, sobre presuntas arbitrariedades de las autoridades en algunos procedimientos. Al otro día, a primera hora, discreta y rápidamente viajó a Cartagena a encontrarse con su esposa, la periodista cartagenera Carmen Santiago y con sus pequeñas hijas Ilka Neyla y Carmen Elice.

Hero Buss dio unas declaraciones sobrias y mesuradas ante la prensa que fueron bien recibidas. Destacó la injusticia que estaba cometiéndose con la señora Marina Montoya de Pérez, quien a pesar de haber sido secuestrada también por Los Extraditables, había sido en gran parte ignorada por el país. Según el, ¿qué derechos tienen para hablar de derechos humanos personas que se llevaron a una señora inocente como Marina Montoya de Pérez?

Tres días después, el pasado jueves, en las horas de la noche, en Bogotá, Azucena Liévano, de 28 años, jefe de redacción del noticiero de televisión Criptón, un poco pálida, nerviosa, con lágrimas inevitables y vistiendo jeans y chaqueta de cuero negro, era recibida en la puerta del avión procedente de Medellín por su esposo el periodista Juan Carlos González. Las cámaras registraron ese encuentro lo mismo que el de minutos después con su papá, Luis Eduardo Liévano quien desde su silla de ruedas la estrechó en sus brazos. Ella también traía un comunicado en el que Los Extraditables afirman que no tienen ninguna responsabilidad en el atentado dinamitero perpetrado a comienzos de la semana pasada en Medellín -en el que murieron siete agentes de la Policía Metropolitana-, y manifiestan que continúan firmes con la determinación de tregua unilateral indefinida y su deseo de paz.

Dentro de los comentarios que hizo Azucena a la prensa, dijo que durante todo su secuestro estuvo compartiendo el mismo cuarto con Diana Turbay. "Leíamos, rezamos, hablábamos mucho y hasta jugábamos cartas". A sus compañeros del noticiero les contó que Diana le daba valor y que ella creía que también iban a liberarla Por eso, en el momento en que se despidieron, Diana, ya sabiendo que tenía que quedarse, con gran valor la animó y le deseó mucha suerte. Dijo también que nunca supo nada de Francisco Santos, ni de Maruja Pachón de Villamizar, ni de Beatriz Villamizar. Y esa noche del pasado jueves, a Azucena -a pesar del cansancio y tristeza que tenía porque aún permanecen en cautiverio sus compañeros Richard Becerra, Orlando Acevedo y Diana, su esposo le llevó serenata con mariachis. Al otro día, a las ocho de la mañana fue a misa y al medio día visitó al Niño Dios de la iglesia del 20 de Julio. De él, Azucena es devota y por eso en su oficina, al lado de un ratón Mickey tiene un carné del Divino Niño que textualmente dice: "Dios me acompañe en mis viajes y en mis trabajos, y me proteja de males y enfermedades" .

Pero detrás de estos secuestros y de las liberaciones gota a gota, lo que ha surgido es un sentimiento de inminente liberación de los otros rehenes y de la entrega de Los Extraditables.

Insistentes rumores circularon a fines de la semana pasada de que Fabio Ochoa, hijo, iba a entregarse, pero a última hora esto se aplazó en la espera del nuevo decreto que dictará el Gobierno para reglamentar el 2047. A pesar de este obstáculo, sigue la expectativa.