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Estos cuatro secuestrados esperan el pronto reencuentro con sus familias. Según el gobierno, Gechem está cerca de los demás, pero demasiado enfermo. Las Farc y el gobierno de Venezuela han dicho que las operaciones militares no han permitido la liberación. Por eso el gobierno se adelantó a revelar el lugar donde se encuentran y demostrar que su voluntad es ayudar y no obstaculizar la entrega

Secuestro

Libertad inminente

¿Por qué reveló el gobierno la ubicación de los secuestrados? ¿Qué tanto sabe?

23 de febrero de 2008

Dos cosas quedaron claras al finalizar la semana pasada. Que el gobierno sabe en qué zona están los secuestrados y que a pesar de ello, no intentará un rescate militar. Esos son los dos mensajes que, palabras más, palabras menos, envió el ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, el jueves cuando leyó un comunicado que confundió a muchos. Santos dijo que Gloria Polanco, Orlando Beltrán y Luis Eladio Pérez están en la misma zona donde fueron liberadas Clara Rojas y Consuelo González -cerca de Tomachipán, a orillas del río Inírida-, y que muy cerca de allí, apenas a 15 kilómetros, se encuentra el ex senador Jorge Gechem, quien está gravemente enfermo.

El anuncio del gobierno se produjo después de que se enteró, por el canciller francés, Bernard Kouchner, de que las Farc y las autoridades de Venezuela estaban argumentando, nuevamente, que la liberación no se había producido porque las Fuerzas Armadas colombianas estaban realizando operaciones ofensivas en esa área. Ello, sumado al grave estado de salud de Gechem, le hizo pensar al presidente Álvaro Uribe que se estaba armando un complot para responsabilizarlo por lo que pudiera ocurrir. Por eso el gobierno decidió mostrar sus cartas. Decir que conoce la ubicación de los secuestrados y que, aun así, no está intentando un rescate.

Hace pocas semanas Uribe habló de crear un cerco alrededor de los secuestrados, una propuesta que nadie del gobierno explicó en detalle y que causó desazón porque hacía pensar que el Ejército le apostaría a un rescate militar. Sin embargo, la opción del rescate no parece ser el camino elegido por Uribe esta vez, pues las posibilidades de que sea exitoso son nulas. Más aun cuando la libertad de muchos de ellos parece estar cerca. Las Farc han optado por un camino de liberaciones unilaterales, a cuenta gotas, y con claros fines políticos. Se trata de fortalecer el papel mediador del presidente venezolano Hugo Chávez, de desconocer al gobierno colombiano al internacionalizar el tema, y de recuperar algo de su maltrecha imagen como grupo político, y no como bárbaros criminales de guerra.

Decir, como han dicho algunos medios, que los militares tienen las coordenadas de los campamentos donde están los secuestrados es muy improbable y sólo sirve para crear pánico entre los familiares. Lo que sí conoce el gobierno es en qué áreas y grupos, y bajo responsabilidad de quién están los secuestrados.

Informes de inteligencia indican que hay seis lugares donde se encuentran los cautivos. Dos de los grupos más numerosos están en el Guaviare, bajo la custodia de los frentes primero -comandado por 'Cesar'- y séptimo, comandado por 'Gentil Duarte'. El primer grupo está ubicado entre El Retorno y Tomachipán, y era en el que se encontraban Clara Rojas y Consuelo González, así como Beltrán, Polanco y Gechem. Liberados los tres, quedarían cinco personas cautivas en estas selvas. 'Cesar' ha perdido buena parte de la confianza que le tenía el Secretariado porque perdió de vista a Emmanuel, el hijo de Clara Rojas, y puso a la cúpula de las Farc y a Chávez a hacer el ridículo. Además, porque con la captura de su compañera Doris Adriana, y toda una red de apoyo logístico de su frente, quedó en evidencia que su seguridad es muy vulnerable.

El otro grupo bajo custodia de 'Cesar' y 'Gentil Daurte' también ha tenido reveses. Se trata del campamento en el que están los tres norteamericanos, así como Íngrid Betancourt, y que estaría ubicado entre Tomachipán y el Vaupés. Justamente de Tomachipán salieron las pruebas de supervivencia que el Ejército y la Fiscalía decomisaron en diciembre. Siguieron a una joven campesina que hacía de estafeta, y que se paseó por Bogotá durante una semana, con las fotos y las cartas en su poder. Este es el mismo grupo del que se escapó el intendente John Pinchao, y del cual también hace parte Luis Eladio Pérez. Por eso el gobierno supone que éste ha tenido que hacer una larga travesía para su liberación. Sin él, quedarían 13 rehenes en esa zona.

En las selvas del Caguán, Caquetá, y bajo custodia del comandante 'Joaquín Gómez', hay otro grupo de seis policías y soldados. Las últimas pruebas de supervivencia de estos secuestrados se obtuvieron el año pasado, cuando fue enviado un video a la cadena de televisión árabe Al Jazeera.

De otro lado, hay un grupo de 10 policías y soldados de los que no se tienen pruebas y cuya ubicación el gobierno desconoce. Se supone que están en algún lugar de las selvas del sur, quizá en Putumayo, pero no hay ni comunicaciones ni otro tipo de informes que den prueba de ello.

En otras zonas del país hay tres secuestrados. En algún lugar del occidente, y bajo custodia del miembro del Secretariado Alfonso Cano, se encuentra Sigifredo López, el único diputado del Valle que sobrevivió a la matanza de sus 11 colegas, cuyo motivo aún es un misterio. También se encuentra allí el capitán Guillermo Solórzano, quien fue secuestrado en el Valle el año pasado cuando estaba de descanso.

Por último, en el Eje Cafetero, y bajo custodia del frente 47, se encuentra el ex congresista Óscar Lizcano.

El hecho de que el gobierno conozca la ubicación general de los secuestrados, más que un riesgo, se debe considerar como una ventaja para que las liberaciones se hagan de manera rápida y con más seguridad para las víctimas. En este caso, este conocimiento puede servir para salvar la vida de Gechem. Eso convertiría la propuesta del cerco en una protección humanitaria, y no en una provocación a la guerrilla, como se entendió al principio.