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Unicentro, en asocio con una importante firma de construcción, ya tiene la licencia para construir una torre de 25 pisos donde quedaba la bomba de gasolina. En una segunda etapa, piensan hacer otras cinco en los parqueaderos. Los vecinos, que acaban de enterarse, están en contra del proyecto

BOGOTÁ

Líos estrato seis

La construcción de una gigantesca torre en Unicentro, una universidad cerca al Centro Andino y la negativa a entregar un tramo del Cantón Norte apuntan a convertirse en grandes líos en la capital.

28 de noviembre de 2009

Cuando los publicistas de Unicentro lo definieron como "El lugar que lo tiene todo" estaban en lo cierto. Se convirtió en el centro comercial más importante de Bogotá y un modelo que fue copiado en varias ciudades. Pero en las últimas semanas se ha visto en medio de una fuerte disputa con sus vecinos.

La razón es que el centro comercial, en asocio con una reconocida firma constructora, tiene todo listo para construir una gigantesca torre empresarial de 25 pisos en donde quedaba la histórica bomba de Unicentro. Y lo que es aún más polémico, la idea es que si el edificio tiene éxito, construirían otros cinco del mismo tamaño.

Aunque la licencia fue otorgada por la curadora número 4, Nohora Cortés Cuéllar, hace varios meses, sólo hasta ahora los vecinos se dieron cuenta de lo que allí se quiere hacer. Alertados, empezaron a encontrar inconsistencias que se habrían cometido en el trámite de la licencia.

Desde que Unicentro comenzó a ser levantado a comienzos de los 70, los constructores Pedro Gómez, Hernando Casas y Juan Pizano tenían planeado hacer en una segunda etapa un hotel de 20 pisos, una clínica y un centro empresarial y cultural, precisamente donde hoy están los parqueaderos orientales. Pero en vista de que el centro comercial tardó años en consolidarse, ese proyecto fue perdiendo fuerza.

Pero en los últimos tiempos, la idea de darle un mayor uso a ese valioso suelo llevó a Unicentro asociarse con el empresario y contratista William Vélez para desarrollar una torre de 25 pisos. Para eso, cerró la estación de gasolina y pasó la solicitud a la curadora para hacer una torre con parqueaderos, dos pisos de locales y muchos más de oficinas y consultorios.

La curadora Cortés dijo a SEMANA que ella aprobó la licencia porque cumplía con todas las normas, pues al "al ser una ampliación o adecuación de una propiedad horizontal, y al tener unas normas especiales, no requería ni plan de implantación, estudio de tráfico ni otros". Y a la pregunta de si evaluó o no el impacto que causaría en la movilidad y convivencia de la zona una torre de estas proporciones, dijo que ella no estaba para opinar sino para fallar en derecho.

"Nos sentimos atropellados, pues Unicentro, amparándose en esguinces legales y haciéndolo todo bajo un absoluto silencio, obtuvo una licencia para hacer de nuevo lo que se les dé la gana, tal y como ya lo hicieron con las torres de parqueaderos. Lo único que buscan es enriquecerse aún más a costa de los vecinos y usuarios, que cada vez deben convivir con el caos de Unicentro", dijo María Victoria Ianinni, edil de Usaquén y miembro de la junta de vecinos que reúne a los barrios que van de la carrera 7ª y Autopista Norte, entre las calles 116 y 134.

Precisamente Juan Luis Moreno, vicepresidente de la Sociedad de Mejoras y Ornato de Bogotá, dijo que si bien Unicentro tiene normas especiales, la curadora estaba en la obligación de exigir un completo estudio para cumplir requisitos que impone el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) para este tipo de cambios de uso de suelo y de edificios de alto impacto. O sea que tenían que exigirles un Plan de Implantación, de manejo de tráfico, de vías peatonales, entre otros.

SEMANA trató de hablar con Unicentro, pero no fue posible. Por ahora, la torre tiene la licencia, pero los vecinos se oponen a la construcción. Toda una pelea multimillonaria que sin dudas terminará en los tribunales.