PAZ

¿Qué significa el arribo a Cuba de Joaquín Gómez?

Se descarta división en las FARC frente a los diálogos de paz con el gobierno nacional.

Ariel Ávila Fundación Paz y Reconciliación.
28 de diciembre de 2014
Con el arribo de Joaquín Gómez se podría decir que la comandancia del grupo guerrillero se encuentra liderando la negociación. | Foto: Foto FARC-EP

Con el arribo de Joaquín Gómez se podría decir que la comandancia del grupo guerrillero se encuentra liderando la negociación. Lo cual para el proceso de paz se convierte en un noticia positiva, ya que significa, no solo que todos los bloques de las FARC tienen un representante en la Habana, sino además que la comandancia militar y política está jugada por el proceso de paz.

El mayor órgano de dirección permanente de las FARC es el “Secretariado”, en total son nueve cupos; siete cupos principales y dos suplentes, para un total de 9 miembros. Igualmente las FARC dividen sus 89 estructuras militares en 7 grandes Bloques, y cada uno de los miembros principales del Secretariado a su vez funge como comisario político para cada uno de estos Bloques que tienen representación en La Habana.

Durante meses, se rumoró por parte del Ministerio de Defensa una posible división en el grupo guerrillero frente a la negociación, particularmente por parte del Bloque Sur, que opera en los departamentos de Putumayo, Caquetá, Huila y el departamento del Amazonas, con la llegada, a principios de año, de Fabián Ramírez y ahora de Joaquín Gómez esa hipótesis queda descartada.

Joaquín Gómez o Usurriaga llegó al Secretariado de las FARC luego de la muerte de Raúl Reyes. Antes de esta designación se había desempeñado como el comandante militar del Bloque Sur y como suplente del Secretariado, lideró junto a Simón Trinidad las negociaciones de paz del Caguán y allí fue donde se dio a conocer públicamente. Milton de Jesús Toncel, su verdadero nombre, comanda un total de 17 estructuras guerrilleras que componen el Bloque Sur y cerca de 1500 guerrilleros.

Joaquín Gómez inició su vida política a principios de los años setenta en la JUCO o Juventud Comunista en el departamento de La Guajira de donde es oriundo. Como era común en esa época, la “guerra sucia” llevó al asesinato de una serie de líderes sociales, varios de ellos amigos de Gómez. Esta situación, juntó a la gestión el partido comunista permitieron que Gómez saliera del país hacia la Unión Soviética a estudiar ingeniería agrícola. Al cabo de 6 años regresó al país a finales de los setenta y logró ganar un concurso como profesor en la Universidad de la Amazonia, en la sede Florencia Caquetá.

Su militancia siguió ligada al partido Comunista y luego de una serie de amenazas decide ingresar a las filas de las FARC en el año de 1981. Su ingreso a la guerrilla no fue común, de hecho, ingresó de forma muy similar a la de Simón Trinidad, con cierto status político y mucho más como ideólogo. Llegó al frente 1 de las FARC que operaba para ese momento entre los departamentos de Guaviare, Caquetá y Vaupés.

Una vez en las filas guerrilleras, rápidamente comienza a entender la estrategia militar y para los años noventa del siglo pasado, su liderazgo militar se consolida, con las operaciones militares en el sur del país, la más famosa en la base militar de las Delicias en el Caquetá. Se dio a conocer dentro de la opinión pública con la liberación de los soldados en abril de 1998.

La Llegada de Joaquín Gómez a la Habana tendría cuatro objetivos. Por un lado, fortalecer la subcomisión creada hace unos meses encargada de planear la dejación de armas. Este ha sido uno de los temas en que Joaquín Gómez se especializó durante su liderazgo en los diálogos el Caguán. En segundo lugar, las FARC van a comenzar a planear la consulta y comunicación de lo acordado en La Habana a su tropa, y claramente requieren a los comandantes para la consulta y para diseñar la estrategia de esta comunicación. Es como sí las FARC estuvieran realizando la décima conferencia guerrillera, en donde ratificarían la negociación como una salida al conflicto.

En tercer lugar, Joaquín Gómez, al igual que Pastor Alape, llegarían a fortalecer el grupo negociador de las FARC de cara a la discusión del último punto de la agenda, que se refiere a la justicia transicional, tal vez el punto más complejo y difícil de la negociación. Por último, es claro que las FARC quieren mandar un mensaje de unidad y disipar todas las dudas de una posible división interna.