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PARAMILITARES

Lo mismo de siempre

El temor de una extradición de 'don Berna' le sirvió a las AUC como pretexto para recordarle al gobierno lo pactado al inicio del proceso de negociación.

22 de noviembre de 2005

Al gobierno no lo sorprendió la semana pasada el anuncio de las autodefensas de que suspendían las desmovilizaciones de sus hombres. Era lógico que reaccionaran así frente al traslado de 'don Berna' a la cárcel de máxima seguridad de Cómbita, considerada por muchos como la antesala a la extradición. Desde cuando comenzó el proceso de paz ya se han presentado ocho crisis y lo más probable es que ésta no sea la última. "Con esa actitud del gobierno pensamos que hay más seguridad en el monte que en el proceso. Para nosotros la situación es muy difícil, aunque ustedes no la quieran ver así", le dijo a SEMANA Ernesto Báez. Pero mientras el jefe político de las AUC augura un futuro catastrófico, el gobierno está tranquilo y así lo dejó ver en un escueto comunicado que se resume en una frase: "Sólo si hay seriedad hay credibilidad". Lo malo es que ninguna de las partes considera que la otra ha sido seria en el proceso. Para el gobierno el hecho que 'don Berna' haya violado el compromiso del cese del fuego y tenga un proceso judicial por el homicidio del diputado cordobés Orlando Benítez, es una violación intolerable a los acuerdos pactados. Esto, sumado al largo historial delictivo que tiene por narcotráfico y lavado de dinero, ha complicado mucho más su situación. En esas circunstancias es muy difícil para el gobierno que un hombre con semejantes antecedentes se acoja a la Ley de Justicia y Paz. Sin embargo, tan pronto se conoció el traslado de 'don Berna' a Cómbita, los paramilitares se solidarizaron con él, quizá porque consideran que si hay una extradición de uno de sus jefes, ésta sería seguida por otra. Piensan que hay que evitar que se generen precedentes a toda costa. Precisamente el tema de la extradición, aunque no fue mencionado en ninguno de los comunicados de las AUC y del gobierno, ha sido el punto candente desde que ambas partes entablaron las negociaciones de paz. En estas conversaciones secretas de Ralito, que fueron divulgadas por SEMANA hace un año, el entonces comandantes de las AUC, Salvatore Mancuso, prácticamente pronosticó lo que hoy está ocurriendo. "Vamos a hablarle claro señor Luis Carlos Restrepo --le dijo el jefe de las AUC al comisionado de Paz-. Si la situación de la extradición no tiene solución, nosotros podemos avanzar en las primeras desmovilizaciones. Y se lo vamos a cumplir. Y vamos a desmovilizar a unos hombres y quizá yo me tire de cabeza en esa primera desmovilización. Pero si no se da claridad al futuro con la situación del narcotráfico y con la justicia de Estados Unidos, no avanzarían más desmovilizaciones porque es más fácil devolverse al monte y recoger lo poco que quedó de las tropas que no se han desmovilizado". En ese entonces el alto comisionado para la Paz, Luis Carlos Restrepo, los tranquilizó con lo que aseguró era un compromiso del presidente Álvaro Uribe. "Hay una oferta del Presidente que dice: 'Yo no puedo modificar el tema de la extradición porque ese se me convierte en un problema internacional inmanejable. Yo no puedo en medio de una campaña electoral o en medio de una relación de cooperación con Estados Unidos, pretender modificar este tema. Ante esa realidad, dice el Presidente, yo uso mi discrecionalidad'. Para un buen entendedor, eso es lo que les ofrece el Presidente", les dijo Restrepo. Eso fue precisamente lo que le salieron a cobrar los paramilitares la semana pasada. "Hay que buscarle claridad. Yo toqué ese tema hace un año en la mesa de negociaciones cuando el Comisionado golpeó la mesa," aseguró Mancuso el viernes pasado, en una clara alusión al compromiso del gobierno. Estas declaraciones del jefe paramilitar fueron respaldadas por monseñor Julio César Vidal, obispo de Montería, quien fue testigo de esa reunión de hace un año. " No sabemos por qué se trasladó a 'Don Berna' a la cárcel de Cómbita. Diríamos que en ese sentido indudablemente no obedece a lo que se había hablado en la mesa", aseguró el prelado, quien cree que el proceso no se romperá y que la crisis será superada muy pronto. Y en parte tiene razón. En un proceso de paz en el que se aspira a desmovilizar un total de 20.000 hombres, es normal que se presenten acuerdos y diferencias. El gobierno les cumplió con asegurarles que el Congreso les aprobaría la Ley de Justicia y Paz y así ocurrió. Dijo que las penas no sobrepasarían los ocho años y así está estipulado en la ley. Pero también se han presentado dificultades con el manejo de los recursos económicos para el sostenimiento de los desmovilizados y la puesta en marcha de las casas y los albergues donde han llegado los reinsertados. También ha causado preocupación el hecho de que en varias zonas de donde salieron los paramilitares éstas han vuelto a ser ocupadas por las Farc. Pero posiblemente el mayor incumplimiento del gobierno, según las autodefensas, es que en Ralito se acordó que ningún miembro de esas organizaciones iría a parar a una cárcel común, sino que las condenas se cumplirían en colonias agrícolas. Se rompió ese entendimiento en el caso de 'don Berna'. Al presidente Uribe no le tembló la mano para ordenar su traslado a la cárcel más segura del país. A pesar de las bravuconadas de los paramilitares, lo cierto es que el gobierno está convencido de que aquí no va a pasar nada. Una de las razones es muy sencilla. Ya hay más de 10.000 combatientes que se han reintegrado a la vida civil. Varios de los jefes también. Y es probable que el anuncio de suspender las desmovilizaciones no pase de ser, como ya ha ocurrido, una crisis de unos pocos días. En medio de todo, los paramilitares que no se han desmovilizado confían en Luis Carlos Restrepo. Consideran que es un hombre recto e insobornable. Y creen en la palabra de Álvaro Uribe como presidente.