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El abogado Fabricio Pinzón defendió a la Nación en una demanda interpuesta por el contratista Mario Huertas, por haber perdido el contrato de la concesión de la doble calzada Bogotá-Girardot, que terminó en manos del Grupo Nule y sus socios. | Foto: Guillermo Torres

DENUNCIA

Lo mucho que gana el asesor de los Nule

Un escandaloso contrato tiene a Fabricio Pinzón a punto de cobrar al Estado unos 17.000 millones de pesos.

2 de marzo de 2013

El abogado Fabricio Pinzón Barreto está siendo el vivo ejemplo de la filosofía del profe Maturana cuando dijo como director técnico de la Selección Colombia que “perder es ganar un poco”. De hecho, en este caso sería más acertado decir que perder es ganar mucho.


Pinzón Barreto es un reconocido litigante con amplia experiencia en derecho administrativo y contratación estatal. En 2004 firmó varios contratos con el Instituto Nacional de Concesiones (Inco) para defender los intereses de la Nación en varias demandas, entre ellas una interpuesta por el contratista Mario Huertas.

En ese caso el constructor alegó que hubo irregularidades en la adjudicación de la concesión de la doble calzada Bogotá-Girardot, pues a pesar de haber hecho la mejor propuesta económica, lo descalificaron de manera irregular. El contrato pasó a manos del llamado Grupo Nule y sus socios Alejandro Char, las firmas de ingeniería Vergel y Castellanos, y Álvarez y Collins.  

En diciembre el Tribunal Administrativo de Cundinamarca le dio la razón a Huertas. El abogado Pinzón se comunicó con la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI, sucesora del Inco), para coordinar la apelación ante el Consejo de Estado. Pero en la entidad le pidieron no actuar más en representación de la Agencia, pues al revisar su contrato interpretaron que había expirado a finales de 2012.

Pese a eso, Pinzón logró presentar la apelación y nombró un abogado para que lo representara para liquidar su contrato con la ANI. Ahí surgió una gran alerta, pues al revisar en detalle el contrato con el abogado la agencia encontró una cláusula que obliga al Estado a pagarle a Pinzón un jugoso porcentaje si lograba reducir las pretensiones de la demanda del contratista Huertas.

En la ANI hay diversas interpretaciones de a cuánto puede ascender ese monto. Unos consideran que el valor de la demanda de Huertas era de 400.000 millones de pesos, que es lo que costaba el contrato que perdió; otros creen que es de 178.000 millones como se menciona en la demanda, o que esa cifra debería indexarse a valor presente. Como el Tribunal condenó a la Nación a pagarle a Huertas unos 60.000 millones de pesos, significaría que el porcentaje de Pinzón estaría entre los 6.000 y 17.000 millones de pesos, pese a perder el pleito.

Por considerar que este monto es exorbitante y que la forma como se confeccionó el contrato de Pinzón es irregular, la ANI denunció el caso a la Procuraduría. Pinzón dijo a esta revista que no entiende de dónde sale la idea de irregularidad si eso fue lo pactado en su momento, y que el proceso puede durar muchos años. 

Esta no es la primera vez que Pinzón es centro de polémica. Hace un par de años, cuando SEMANA reveló lo que se conoció como “Las cuentas secretas de los Nule”, presentó un desprendible de contabilidad de este Grupo en el que se consignaba el pago de 100 millones de pesos por una gestión ante el Inco a “el enano”. Los investigadores determinaron que se trataría de Fabricio Pinzón. Además encontraron que en 2009 los Nule le entregaron una camioneta y un automóvil BMW que valían 497 millones de pesos. Aunque los comprobantes existen, el abogado dice hoy que no es cierta esta información y que eso lo aclaró en su momento con la Fiscalía. 

Cuando el escándalo creció, en marzo de 2011, Pinzón envió a los medios una carta que dirigió al Inco, en la que por “prudencia” pedía que se terminara su contrato con esa entidad. Sin embargo, pasó más de un mes y Pinzón no atendió las llamadas del Inco, como consta en un documento oficial en poder de SEMANA. Pinzón dice que nunca le aceptaron la terminación del contrato. Y ahora, dos años después, aparece de nuevo, con una cuenta que puede llegar a los 17.000 millones debajo del brazo.