Los ciclistas colombianos están de vuelta

En Colombia hubo una época en la que los niños no soñaban con la camiseta del F.C. Barcelona, con ver la Champion’s League o con los goles de Cristiano Ronaldo. Hace un par de décadas el deporte rey era el ciclismo. 

La gente se pegaba al transistor a escuchar las epopeyas de Lucho Herrera, hablaba con propiedad de las rampas del Alpe d’Huez y llenaban álbumes con monas de los equipos de la temporada. Pero ahora en las carreteras de Europa truena una nueva generación de corredores criollos, que prometen volver a enfermar el país con la fiebre por el caballito de acero.

Hace tres semanas Nairo Quintana conquistó la Vuelta al País Vasco, diez días después Sergio Henao y Carlos Betancur fueron segundo y tercero en la Flecha Valona, la semana pasada varios colombianos se pelearon el podio de la Vuelta a Guatemala. 

Y el sábado entrante, por primera vez en 15 años un equipo ciento por ciento criollo, el Team Colombia, volverá a correr en una de las tres grandes carreras mundiales: el Giro d’Italia.

El inicio de la temporada ha sido tan bueno que hay tres ciclistas colombianos en el top 10 mundial y Colombia, como Nación, es la segunda que más puntos ha ganado después de España. Y lo mejor de todo es que la nueva guardia del ciclismo es joven, profesional desde hace un buen rato, tiene experiencia en el Viejo Continente y todavía tiempo para crecer. ¿Cómo rescató el ciclismo colombiano la ilusión de reconquistar a Europa?

Con sus tres cordilleras, sus premios de montaña que rayan los 3.000 metros, Colombia tiene materia prima de sobra para el ciclismo. Pero eso ya todo el mundo lo sabía. Parte de la revolución actual se explica porque esta camada saltó el charco muy joven. Una de las primeras consecuencias fue mental, dejar de tenerles miedo a los rivales europeos, no sufrir por el frío, acostumbrarse a la presión de las grandes carreras. 

Según le dijo a SEMANA Raúl Mesa, legendario técnico colombiano y actual director del equipo EPM- Une “como se fueron jóvenes, se acomodan más fácil al ambiente europeo. Se van sin tantos compromisos familiares, más libres, más enfocados”. 

En Europa los nacionales también ganaron experiencia. Como dijo Claudio Corti el mánager de Team Colombia: “Uno de los problemas del ciclismo colombiano es que no compite con los más grandes. Para progresar hay que correr con los mejores, con la élite, y eso es en Europa, no en Suramérica”.

Además los colombianos se volvieron todo terreno. En los ochenta dominaban la montaña, pero se hundían en la contrarreloj. Héctor Urrego, director de La Hora del Ciclismo en Antena 2, le dijo a SEMANA que “los muchachos europeizaron su manera de correr, ya no son solo escaladores, se les da una formación completa, se mejoran las dietas, la técnica, se trabaja en los puntos débiles”. 

El ciclismo mundial también ha pasado por tiempos turbulentos, donde las grandes estrellas han caído una tras otra por dopaje. Aunque siempre habrá trampa, se intensificaron los controles con la introducción de un pasaporte biológico que archiva todos los exámenes de un ciclista. Como dijo el antioqueño Carlos Betancur después de su tercer puesto en la Flecha Valona, “ahora con más vigilancia tenemos dominio ante los europeos. Venir de la altura nos vuelve a dar beneficios”.

También hay que resaltar que varios jóvenes vienen del equipo Colombia es Pasión, donde se invirtió, a pesar de que no fuera obligatorio, en pasaportes biológicos. Así el ciclismo nacional, que no siempre gozó de la mejor fama en su lucha antidoping, conquistó su transparencia, dio garantías y facilitó el camino de sus corredores a Europa.

Pero tal vez el paso más importante fue volver a impulsar equipos nacionales en competencias internacionales. En los ochenta los colombianos eran visitantes asiduos de las carreteras europeas. En los noventa ese puente se derrumbó cuando los grandes patrocinadores –Café de Colombia y Manzana Postobón– cerraron sus chequeras y cruzar el Atlántico se volvió una apuesta complicada.

Tocó esperar a 2007 para que Proexport iniciara un nuevo proceso con Colombia es Pasión. Aunque la escuadra no logró competir en las carreras más importantes del mundo, les dio a sus corredores roce y exposición en Europa. En paralelo Coldeportes pasó por un revolcón que sentó nuevas bases. 

A finales de 2011, con una mezcla de promesas nacionales y un par de veteranos, Jairo Clopatofsky lanzó el Team Colombia-Coldeportes. La escuadra se instaló en el norte de Italia con todas las de la ley: 18 corredores, buses, carros y un presupuesto de 3 millones de dólares. 

Debutó en la categoría Profesional Continental, la segunda división mundial y se puso a rodar por Europa. Lo importante, como dijo Corti, era “sonar y hacerse un nombre”. Con el tiempo llegaron los primeros resultados. No en las grandes clásicas, ni en las vueltas más prestigiosas, pero acumularon pedalazos, triunfos y a principios de 2013 los invitaron al Giro. 

Ahora hay que ser realistas. Un colombiano no va a conquistar un giro, un tour o una vuelta de la noche a la mañana. El Team Colombia puede aspirar a ganar alguna etapa y tal vez llevarse el maillot de mejor escalador. Y los Urán, los Betancur, los Quintana que están en equipos de primera todavía no son capos. 

Les tocará todavía aguantar un par de temporadas, contar con un poco de suerte y mostrarse apenas puedan. Pero todos los ciclistas saben que la paciencia es una de las principales virtudes en ese deporte. Y si hay que esperar un poco más para lograr grandes cosas, así se hará. 

23 años

Ciudad Bolívar, Antioquia

26 años

23 años

Cómbita, Boyacá