Los exmandatarios que hablaron de paz en Cartagena

Leer el informe (de la Comisión de Prisión Política y Tortura de Chile) es un viaje al infierno de Dante Alighieri. Entonces, planteamos que los que hacían la declaración ante esta comisión iban a ser mantenidos en privacidad durante 30 años. Me pareció que 30 años era más que suficiente. Un día me avisan que hay una señora que tiene necesidad de verme urgente. Recibo a la señora, entra al despacho y me dice: ‘Mire, presidente, parezco joven todavía, ¿verdad?’. Sí, le digo. ‘Presidente, a mí me violaron sistemáticamente, reiteradamente y tenía 15 años. Y yo espero llegar a mis 80 años y no quiero que mis nietos sepan que su abuela fue torturada en la forma que yo describí. Treinta años es poco, presidente, yo pido 50’. Nunca había pensado aquello. ¿Por qué digo esto? Porque al final opté por 50 años y en el museo de la memoria están las 29.000 declaraciones y en más de una ocasión alguien me ha dicho: ‘Usted tuvo temor a que se supiera la verdad y por eso las declaraciones son privadas’. Le dije, no, no, no, las declaraciones son privadas para que las víctimas de la tortura no tengan el escarnio de que todo el mundo sepa.”

“El presidente (César) Gaviria nos dijo que durante todo el siglo XX, desde 1910 hasta 2010, ustedes habían tenido un crecimiento promedio superior al 4 por ciento. Entonces uno se pregunta, si en medio de tanta violencia han podido crecer a ese ritmo ¿qué va a ocurrir ahora cuando ustedes ganen la paz y  se atrevan a hacerlo? ¿Qué va a ocurrir cuando, producida la paz, los tremendos esfuerzos que implican la guerra y la guerrilla, combatir la violencia, esos esfuerzos se destinen a otro tipo de guerra que concluye con una mejor educación, una mejor salud, mejor vivienda, una mejor tercera edad?”

Es la primera vez, en mi vida y en mi relación con Colombia, que veo que la oportunidad de la paz se puede convertir en la conquista de la paz. Y no imagino a nadie que no esté en ese compromiso, puede haber diferencias de cómo, por dónde se transita para llegar a ese punto de superación del conflicto, pero no imagino a nadie que no esté por ese objetivo. La paz tiene un valor en sí misma. (…) Paz para no soportar la violencia, paz para vivir en paz, paz para estar en paz con nosotros mismos. La paz tiene un valor en sí misma, pero además, como decía Willy Brandt, la paz es la condición necesaria pero no suficiente para el desarrollo pleno de los pueblos. Por lo tanto, estamos en el momento en que la prenda de la paz la tenemos en la mano y esta vez Colombia no la puede perder, después de 50 años”.

“Es la primera vez que toda la región quiere la paz, más allá de las posiciones ideológicas, más allá de los regímenes políticos, todos están a favor de la paz, desde La Habana, pasando por México, hasta Argentina, y Chile, hasta Venezuela, Ecuador, todo el mundo comprende y quiere que Colombia resuelva un conflicto, que cuando lo resuelva va a ser un respiro de paz para la región”.

Juan Manuel Santos: “Estamos sentando precedente” Presidente de Colombia. 2010 - 2018

Si en este momento me preguntan cuál va a ser el mayor desafío dentro del proceso, yo tendría que responder: encontrar ese equilibrio entre justicia y paz. Justicia tiene que haber, porque no va a haber impunidad, pero cuánto de esa justicia se sacrifica para que la paz sea posible. Nosotros estamos en una posición sui generis: somos el primer país que bajo el Tratado de Roma está negociando un conflicto armado, o sea, estamos en cierta forma sentando precedente. Ese es el gran reto que tenemos ahora y la comunidad internacional tiene que entender esa situación”.

Todos acá están en contra de algo antes de tener la posibilidad de estar a favor de algo; luego hacen lo que ustedes piensan que está bien, pero necesitamos un acuerdo que diga vamos a llegar a la paz, vamos a construir un futuro juntos. No tenemos que resolver todos los problemas y tampoco podemos tocar todos los corazones de las personas para lograr un acuerdo, pero debemos empezar”.

“Yo reconozco que es difícil mirar a las personas a la cara y decirles esto cuando te dicen ‘vas a dejar que asesinos de mi marido sirvan en el Congreso’. Esto no desaparece en un dos por tres, pero creo que dar voz a los ciudadanos que quieren esto es la mejor forma de hacerlo, es la única forma en que la gente se puede enorgullecer de esto, porque siempre habrá buenas razones para decir que no, pero igual tenemos que decir que sí porque nos va a liberar a todos”.

“Creo que lo más importante que pueden hacer es tomar a la población más afectada y a otras personas que han sido marginadas en Colombia y traerlos al círculo de oportunidades (…) Hay que dar a las personas una razón por la cual mirar al futuro. Una de las razones por las que las personas hacen hincapié en el resentimiento del pasado es que piensan que el mañana será como el ayer. La pobreza es un problema gravísimo, pero quedarnos quietos mata el alma”.

En Irlanda del Norte hubo una situación terrible para las personas allá, con todas estas dificultades, y hoy en día aún se están negociando soluciones a los problemas. Vamos allá hoy y es un lugar totalmente transformado. Vale la pena, el dividendo que viene con la paz es increíble. Este le permite al país no solo alcanzar mayor prosperidad en términos materiales sino que da al país un espíritu de esperanza para el futuro y de una manera muy profunda permite que el país sienta y descubra su potencial, sus posibilidades”.

“Tras uno de los peores ataques terroristas, el presidente Clinton y yo fuimos y nos encontramos con las víctimas de estos ataques. Hubo dos respuestas: una era de personas que les parecía imposible contemplar la paz con personas que habían matado a sus seres queridos y ellos me decían ‘cómo me puedes hablar de la paz cuando eso es lo que han hecho esas personas con mi familia’. Pero yo me acuerdo que había alguien que había perdido a un miembro de su familia en un encuentro terrorista y él me dijo: ‘Haz que esta paz sea real para que ningún otro padre tenga que sufrir lo que yo estoy sufriendo ahora’. Esa es la otra respuesta: personas que están preparadas para decir ‘haz que la paz sea real, esto lo puedes hacer y si haces esto entonces evitarás que otras personas tengan que pasar por lo que yo estoy pasando ahora’”.

“En el posconflicto lo que es importante es seguir la paz con la infraestructura, la posibilidad de construir negocios, la gente tiene que sentir que la paz ha mejorado sus vidas. La paz es un momento que abre la puerta,  pero ahí tenemos que empezar a construir”.