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El abogado Luis Gustavo Moreno asegura que los falsos testigos son “un cáncer que carcome a la justicia colombiana” | Foto: Semana

JUSTICIA

“Mentir en procesos judiciales sí paga”

El abogado Luis Gustavo Moreno asegura que los falsos testigos son “un cáncer que carcome la justicia colombiana”

30 de mayo de 2015

Casos como los del exdiputado Sigifredo López y el senador Luis Fernando Velasco son la prueba de que existen personas que mienten en procesos judiciales a cambio de beneficios.

Ambos fueron incriminados falsamente por falsos testigos que con el paso del tiempo terminaron condenados por decir mentiras. El abogado Luis Gustavo Moreno decidió adentrarse en el fenómeno que está creciendo sin control en Colombia.

Semana.com habló con el abogado e investigador que decidió adentrarse en el tema de los falsos testigos. Su primera frase fue como una sentencia: “Mentir en procesos judiciales sí paga”.

Semana.com: ¿Por qué decidió estudiar el fenómeno de los falsos testigos?

Gustavo Moreno: Hay muchas razones, no sólo de índole académica sino por principios y convicciones, cuando uno escoge el derecho penal, uno no está pensando en lucrarse en la profesión porque si fuese así, se pensaría en el derecho tributario o comercial. Por pasión, por convicción, cuando uno oye de las garantías y el debido proceso. El cartel de falsos testigos es una lucha que muy pocos quieren dar porque hay involucrados fiscales, funcionarios, testigos y sin duda una investigación tiene que apuntar a un lado.

Semana.com: ¿Cómo se desarrolla el tema en Colombia?

G. M.: En la última década un sinnúmero de los fallos judiciales que se han emitido, sorpresivamente, terminan en absolución porque se determina que hay falsos testigos que provocaron la apertura de la investigación y la captura de una persona. Posteriormente, las personas señaladas injustamente logran desvirtuar las mentiras. El asunto es que no todo el mundo puede dar esa batalla por recursos económicos.

Semana.com: ¿Qué es el cartel de los falsos testigos?

G. M.: Existe una fábrica de mentirosos, algo que llama la atención en el contexto latinoamericano. Hay mentirosos, hay personas que se venden por un plato de lentejas, hay personas que son capaces de mentir por plata, en cualquier escenario. Esas personas se venden por un traslado de cárcel, por una mejor habitación, entre otros beneficios

Semana.com: ¿Cuál es la responsabilidad de la Fiscalía en él fenómeno?

G. M.: Hay responsabilidad de la Fiscalía. Hay fiscales a que toda costa ofrecen beneficios, a pesar de que saben que el testigo no tiene conocimiento de los hechos y decide inventarse generosamente fábulas y hacerlas verdades a través de los procesos penales. La pereza de la Fiscalía de investigar es increíble. Ahora quieren negociar todo. Ese es un campo maravilloso para un falso testigo, entonces el negocio es redondo. Hay manzanas podridas en la Fiscalía y hay fiscales que han protegido a falsos testigos

Semana.com: ¿En qué casos se evidencia un falso testigo?

G. M.:
Hay un organigrama de falsos testigos. Por ejemplo, Andrés de Jesús Vélez es un personaje oscuro que fue tenido en el proceso contra la exsenadora Nancy Patricia Gutiérrez. Tiempo después se comprobó que todo fue una mentira. Y ahora este personaje es testigo clave en el proceso contra Luis Alfredo Ramos.

A esta persona, de manera insólita, se le han cancelado órdenes de captura y de solicitud de medida de aseguramiento porque está tramitando un principio de oportunidad. Yo digo: si una persona mintió, seguirá mintiendo.

Semana.com: ¿Qué cifras hay al respecto de los falsos testigos en Colombia?

G. M.:
La línea de investigación Luigi Ferrajoli, a través del libro El falso testimonio, de mi autoría, revela una encuesta realizada al 10.000 personas en las principales ciudades de Colombia que arroja resultados sorprendentes sobre la percepción del fenómeno.

El 61 % de los encuestados no cree en la justicia colombiana, mientras que el 81 % cree en la existencia de los falsos testigos. Peor aún, el 73 % considera que puede ser víctima de uno de ellos.