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LOS HERMANOS DEL PRESIDENTE

El agrio enfrentamiento entre Horacio Serpa y Jaime y Juan Carlos Pastrana se convierte <BR>en un dolor de cabeza para el Jefe del Estado y los hace quedar mal a todos.

12 de abril de 1999

Es usual que los hermanos de los presidentes sean motivo de preocupación de los
gobiernos. A veces esto ocurre sin que medie falta alguna de su parte. En cualquier caso son blanco
político y su vulnerabilidad es evidente en la medida en que son figuras públicas, así carezcan de la
protección propia del poder público. Sin embargo hay también casos en los que sus actividades
privadas entran en el terreno de lo público. En esa circunstancia los ataques prenden como gasolina y
afectan más a los mandatarios que a los hermanos. Por último, hay hermanos de presidentes que se
han ganado su lugar en la historia, no por aprovechar su posición de privilegio sino en razón de su
excentricidad y deseo de figuración.Casos hay decenas, aquí y en el resto del mundo. Hay hermanos
de presidentes que avergüenzan a los jefes de Estado, como lo ha hecho Roger Clinton, quien estuvo
en la cárcel por tráfico de drogas. Hay eventualidades de abierta diferencia entre hermanos, como le
sucedió durante la presidencia a Jimmy Carter con su hermano Billy, a quien denunciaron en su
momento por un contrato de cabildeo que suscribió con el líder libio Muamar Gaddafi. Por último, hay
otros que dejan una sombra de duda sobre lo que sabía el presidente acerca de las actividades
ilegales de su hermano, como es el sonado caso del ex presidente mexicano Carlos Salinas de Gortari
y los asuntos relacionados con el tráfico de estupefacientes y las muertes de Luis Donaldo Colosio y
José Francisco Ruiz Massieu, en los que fue vinculado su hermano Raúl.
En Colombia los casos son, también, numerosos. A Virgilio Barco lo exasperaba la sombra de su
hermano Jorge y los hechos y desventuras de éste fueron un dolor de cabeza para un presidente que
se caracterizó por su honestidad y su austeridad. Alrededor de Jorge Barco se tejieron leyendas y sus
actividades empresariales, relacionadas con el sector aeronáutico, entraron frecuentemente en
conflicto con la carrera política de Virgilio y fueron fuente de fricción familiar permanente. Otros ex
presidentes sufrieron en su momento por las actividades de sus hermanos o por las interpretaciones
de los medios sobre sus conductas. En no pocas oportunidades los medios bogotanos atacaron a
Juvenal Betancur, a quien veían como un personaje folclórico y llamativo. El ex presidente Gaviria
sufrió durante semanas los embates de los medios contra su hermano Juan Carlos, quien, como
todos los constructores de vivienda de interés social de ese entonces, recibía en parte de pago, de
parte de los compradores, subsidios del Inurbe. Meses después la Procuraduría concluiría en favor de
Juan Carlos Gaviria, pero el daño estaba hecho.Daniel Samper Pizano, figura pública aún más
importante que su hermano el presidente, en virtud de sus actividades periodísticas como miembro de
la revista Alternativa y como director de la unidad investigativa de El Tiempo, fue noticia también y,
aunque no fue dolor de cabeza para su hermano, estuvo en los titulares de prensa al tomar la decisión
de retirarse del ejercicio del periodismo, en Colombia al menos, hasta tanto su hermano no saliera
del gobierno.
El nivel más bajo del debate
Hace tiempo era evidente que el presidente Andrés Pastrana no sería una excepción a esta regla.
Para nadie era desconocido el carácter explosivo de su hermano mayor y los frentes de batalla que
tenía abiertos el ex director de la Prensa, Juan Carlos Pastrana, el 7 de agosto de 1998, parecían
suficientes para ser noticia durante todo el cuatrienio. La verdad es que tener como contradictores a
Julio Mario Santo Domingo, al Fiscal General de la Nación y a una buena parte del Partido Liberal,
todos víctimas de los ataques del diario la Prensa, aseguraba cuatro años de conflicto ininterrumpido
para el primer hermano. Por eso lo que sorprendió a la opinión en días pasados no fueron los
enfrentamientos públicos entre Juan Carlos Pastrana y Santo Domingo, el Fiscal u Horacio Serpa, sino
la aparición, en el mismo cuadrilátero, de Jaime Pastrana Arango, hermano menor del presidente
Pastrana. Con esta intervención son ya dos los hermanos del Presidente de la República que se
enfrentan abiertamente y en público con el jefe del Partido Liberal.
Jaime Pastrana, el más sereno de los hermanos del Presidente, apareció en momentos en que el
conflicto entre Juan Carlos y Horacio Serpa tomaba matices extremos. Con gran habilidad, y en el
contexto de su debate con Juan Carlos Pastrana alrededor de la famosa indagatoria de Santiago
Medina, Horacio Serpa trajo a cuento un crédito de la Caja Agraria al diario la Prensa para llevar a
cabo un paralelo entre lo sucedido con Diego Pardo Koppel y la familia Pastrana. Esto sucedió al aire
mientras Julio Sánchez Cristo entrevistaba al jefe de la oposición en La FM acerca de su debate
público con Juan Carlos Pastrana. El último incidente de este agrio enfrentamiento había arrastrado el
debate a sus niveles más bajos. Serpa, quien había insinuado ya semanas atrás que algo extraño
había ocurrido en 1970 en un accidente de tránsito en el que Juan Carlos Pastrana atropelló a un
transeúnte causándole la muerte, sugirió que era tiempo de llevarle a cabo al hermano del Presidente
un examen toxicológico.
En una respuesta típica de su irreverencia, pero también característica del nivel al que ha llegado el
debate, Pastrana le respondió que estaba dispuesto a "entregar las muestras del caso" si Serpa le traía
"el tarrito" adecuado. Quizás fue eso lo que llevó a Serpa a sacar su batería pesada en el tema de la
Caja Agraria. Afirmó que "por razones similares el Presidente le quitó el empleo al embajador en
México Diego Pardo Koppel".Serpa hacía referencia a una serie de créditos otorgados por la Caja
Agraria a la Editora Supernova S.A., dueña del diario la Prensa, entre los años 1989 y 1991, y a la
refinanciación que de los mismos, y ante el no pago de éstos, hizo el gerente de la entidad, Santiago
Tobón Rubio, el 19 de noviembre de 1993. En esa oportunidad la Caja Agraria, que ya para ese
entonces tenía más del 60 por ciento de su cartera comprometida con sectores no agropecuarios,
firmó con la familia Pastrana un contrato en el que la deuda, por un total de 97.700.000 pesos, se
refinanciaba con un mecanismo en el que la entidad aceptaría 17 millones de pesos, de los casi 35
millones en intereses, en pauta del diario la Prensa. Era este componente de la pauta lo que hacía
similar los casos de la Prensa y el de Diego Pardo Koppel. Pero si bien existen similitudes, hay dos
diferencias que operan en favor, en este caso, de la Prensa. La primera es que el titular de la deuda en
el caso de Pardo es distinto a la empresa que ofrece la pauta, lo cual no es el caso del periódico. Lo
segundo es que en el caso de la Caja el grueso de la deuda no se canjeó por pauta alguna.

Cuentas claras, posesión tranquila
No obstante lo anterior, lo que sí resulta inexplicable en una familia presidencial fue la
negociación que se hiciera el 6 de agosto de 1998, apenas un día antes de que se posesionara en su
cargo el presidente Pastrana. En ella, una empresa de un tío muy cercano al Jefe del Estado, Andrés
Uribe Crane, canceló la suma de 148.200.000 pesos, cifra que no incluyó intereses moratorios de
ninguna clase. Es quizás en este punto en el cual podría tener algo de razón el ataque de Horacio
Serpa. Afirmar que un préstamo de la Caja Agraria a un diario no responde precisamente a la vocación
"campesina" de esa entidad es un recurso facilista que no se ve bien en boca de un dirigente del peso
de Serpa. Y aunque hay quienes afirman que la política de condonación de intereses de mora fue en
ese entonces una iniciativa de carácter general para la cartera relacionada con medios de
comunicación, lo cierto es que la aceptación de la condonación resulta impresentable para una
familia que, como la Pastrana Arango, llegaba a la Presidencia de la República por segunda vez. El
hecho de que se haya pagado la deuda la víspera de la posesión acentúa la sensación de
impropiedad.
A lo anterior se agrega el embargo y secuestro que decretara en contra de Editora Supernova el
Instituto de Seguros Sociales en 1997, por deudas cercanas a los 800 millones de pesos, acreencia
que fue cancelada también antes de la posesión del presidente Pastrana.

Cara pierde Andres, sello tambien
Algunos afirman que Horacio Serpa sólo puede ganar en un debate en el que su contradictor no sea el
Jefe del Estado sino uno de sus hermanos. Pero eso no es cierto. A Serpa no le conviene el debate
con Juan Carlos y Jaime Pastrana Arango por tres razones. En primer lugar, porque el jefe liberal
pierde su estatus presidencial al descender a una pelea en la que el nivel de los insultos no es
propio de quien aspira a la primera magistratura. En segundo lugar, porque tanto Juan Carlos como
Jaime tienen poco qué perder en el debate y por ese motivo pueden ir tan lejos como quieran en sus
ataques personales contra el jefe de la oposición o, dado el caso, contra cualquiera que se enfrente a
ellos. Serpa, en cambio, tiene límites de insulto que no podría atravesar. En tercer lugar, porque en el
fondo, en el tema del robo de la indagatoria, Horacio Serpa sólo puede perder. Hoy son pocos los que
creen el argumento de Serpa según el cual el material que utilizaron en la famosa rueda de prensa
Fernando Botero y él fuera apenas "un resumen", que llegó a manos de los ministros mediante "un
anónimo". Y la reiteración del tema de ese debate trae a la memoria el que es, sin lugar a dudas,
el peor momento de la carrera política de Serpa, en compañía de Fernando Botero, su colega de
campaña y de gabinete.Pero el mayor perdedor en este asunto es sin duda el presidente Andrés
Pastrana. A los problemas de la recesión económica, la profunda desesperanza en que se encuentra
el país, el surgimiento de ataques estratégicos sobre temas de corrupción iniciados por el bloque
samperista contra la administración y el momento crítico que vive el proceso de paz con las Farc, al
gobierno no le conviene en absoluto la presencia de los hermanos Pastrana en el cuadrilátero de la
opinión pública.La pelea entre Juan Carlos y el Fiscal ya ha agriado de manera casi
irreconciliable las relaciones entre el Presidente y Alfonso Gómez Méndez, quien, a pesar de guardar
silencio en ese tema "hasta el 2001", no oculta en privado su molestia por la inexistencia de una
expresión de solidaridad del Presidente ante los exabruptos de su hermano.En el frente del Grupo
Santo Domingo el tema es similar. Las relaciones entre el Grupo y el Presidente habían mejorado de
manera notable. La insistencia en los ataques contra Santo Domingo por parte de
Juan Carlos y el avance de la denuncia penal por calumnia que instaurara el
mismo Julio Mario son
obstáculos para un desarme real entre unos y otros.En el fondo surgen dos preguntas. ¿Cuentan los
hermanos del Presidente con el apoyo del Jefe del Estado? ¿Debe el Presidente hacer pública su
opinión sobre las graves acusaciones que unos y otros han hecho contra el Fiscal General y Serpa?
Mientras esos interrogantes se responden la frase que usó Serpa al retirarse del programa de Julio
Sánchez Cristo sigue siendo la más descriptiva de lo que ocurre hoy en este tema. Según Serpa, hoy
hay dos personas en el país que tienen problemas con sus hermanos: el 'Mono Jojoy' y el presidente
Andrés Pastrana.