Home

Nación

Artículo

A R T I C U L O    <NOBR>D E</NOBR>    <NOBR>L A</NOBR>    <NOBR>S E M A N A</NOBR>

Los rajados

Más de 400 mil alumnos de los diferentes colegios públicos y privados de este calendario se ‘rajaron’ en la última prueba del Icfes.

4 de diciembre de 2000

La mayoría de la población estudiantil colombiana es de calendario A. Más de 400 mil alumnos de los diferentes colegios públicos y privados de este calendario se ‘rajaron’ en la última prueba del Icfes. Pero este remezón en la educación no es nuevo. Hace seis meses 77 mil estudiantes de calendario B no mostraron mejores resultados con el nuevo modelo del exámen de estado creado desde comienzo del año 2000. Aunque padres de familia, profesores y estudiantes están preocupados por no saber si los estudiantes asegurarán sus cupos en las universidades, debido a los bajos resultados, lo cierto es que estaba pronosticado que esto iba a pasar.



El exámen del Icfes sirve para dos cosas: para que los estudiantes puedan ingresar a la universidad y adicional a eso, sirve como radiografía de la educación colombiana. Lo primero está resuelto, las universidades han ido cambiando en este tiempo sus sistemas de admisiones y así los estudiantes no han tenido problema en el ingreso. Lo segundo es lo que está en situación crónica: Colombia tiene una pésima calidad en la educación. Los colegios han centrado su enseñanza en el conocimiento aprendido a través de la memoria, y no en competencias que le ayuden a los jóvenes a pensar.



Nuevamente, en una escala de 100, ningún estudiante sacó más de 70 puntos en la prueba. Sin embargo, hay que tener en cuenta que si se toma como valores absolutos, los puntajes son malos y los estudiantes se rajaron, pero si se mira comparativamente, un puntaje arriba de 60 se ubica en el cinco por ciento superior de la población estudiantil. Para los expertos en educación, la escala de medición no está mal, simplemente los bajos resultados que arrojaron tanto las pruebas de calendario B, como los de ahora, demuestran que los estudiantes no tienen la suficiente capacidad para argumentar proponer, o interpretar la realidad en la que viven.



A diferencia de los resultados de los colegios bilingues, menos del uno por ciento de los estudiantes de calendario A obtuvo notas altas en matemáticas, y el 94 por ciento obtuvo puntaje inferior a 50 puntos en inglés. En lo único en que superaron a los de calendario B fue en lenguaje. Para los expertos en educación, estos resultados son lógicos si se tiene en cuenta que toda la población rural pertenece a calendario A y que los de calendario B son todos los colegios de Uncoli, que tienen enseñanza internacional y laboratorios bastante modernos, por esa razón tienen más facilidades con el inglés y las ciencias naturales. Para Carlos Pardo, coordinador de procesamiento de resultados del Icfes, esto sirve “para ver lo que se está privilegiando en el país, y para crear políticas de educación en cada colegio que permitan crear el perfil de estudiante que se está buscando”.



Aunque muchos están desconcertados, con los puntajes actuales, porque esperaban que los colegios fueran capaces de reorganizar sus currículos para preparar a los jóvenes a los nuevos desafíos de la educación, lo cierto es que cambiar un sistema que estaba centrado en la memoria toma muchos años. Por ahora, el exámen es un buen intento por presionar una reforma de fondo a la educación en Colombia. “ Nosotros no estabamos preparados para la evaluación, pero ahora ya comenzamos con talleres de preparación para los profesores”. Afirmó Jairo Tibasosa, rector del colegio Metodista de Ciudad Bolivar. Al modificar la evaluación, los colegios, las universidades y demás instituciones educativas, se ven obligados a transformar sus esquemas para adaptarse a las nuevas exigencias..



Sin embargo, no sólo los colegios deberán cambiar. Si lo que se pretende con el Icfes es que los estudiantes sepan qué hacer en contexto, de acuerdo a la realidad del país, será necesario hacerle a la prueba varios ajustes. “ El exámen tendrá que ser zonificado, no se puede medir igual a un estudiante de estrato seis en Bogotá que a un alumno de escuela en el Chocó”. Dijo a SEMANA Roberto Paredes, coordinador académico del Gimnasio Moderno.