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Los secretos del cubano simpatizante de Isis detenido en Bogotá

SEMANA revela detalles desconocidos de este hombre arrestado por planear ataques en la capital. ¿Quiénes son los hombres con los que intercambió los mensajes que alertaron a la Guardia Nacional española, al FBI y a la Policía colombiana?

16 de marzo de 2018

La Guardia Civil española y el FBI estadounidense no tenían dudas de que el cubano Raúl Gutiérrez Sánchez era un lobo solitario. Así denominan los expertos en terrorismo a aquellas personas que sin la necesidad de pertenecer orgánicamente a una organización tiene una personalidad que permite ser fácilmente manipulados para cometer un acto terrorista.

Justamente por esa inestabilidad y personalidad vulnerable son considerados muy peligrosos. Es por eso que Gutiérrez quedó en el radar de las agencias de esos dos países desde hace algún tiempo. A finales de enero pasado, cuando se enteraron que había entrado a territorio colombiano se comunicaron con sus colegas de la Dirección de Policía Judicial e Interpol-Dijín.

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Después de recibir la alerta los analistas del centro cibernético recolectaron datos e hicieron una búsqueda en el mundo virtual para encontrar las primeras pistas. Esa labor dio resultado y junto a los hombres del grupo investigativo de delitos contra la seguridad pública y terrorismo las pesquisas se ampliaron.

La Dijín descubrió que no era la primea vez que Gutiérrez estaba en Colombia. El 12 de julio de 2015 fue deportado y el 18 de agosto de 2017 nuevamente fue expulsado del país. Sin embargo al ahondar en sus registros migratorios los uniformados descubrieron que entre 2010 y 2014 había estado en al menos seis oportunidades en territorio colombiano.

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La primera de ellas el tres de octubre de 2010 y permaneció solo cuatro días. Al año siguiente regresó el seis de enero y salió del país dos días más tarde. En ese 2011 ingresó nuevamente el 23 de marzo y duró cinco días. Una vez más regresó el ocho de mayo y salió el 11. En todos los viajes llegaba procedente desde Panamá y regresaba nuevamente a ese país.

Un mes después retornó nuevamente pero esa vez duró mucho tiempo. Según su registro migratorio entró el 29 de junio de 2011 y en Migración Colombia aparece que permaneció casi tres años en el país, pues su registro de salida aparece con fecha de dos de octubre de 2014 rumbo a Ecuador. Al día siguiente, el 3 de octubre, regresó y permaneció hasta el día 28 de ese mes.

Gracias a estos datos, entre otros, los investigadores de Dijín ubicaron dos viviendas en Dos Quebradas, Risaralda, en donde sabían que iba Gutiérrez. En los sitios instalaron vigilancias encubiertas como parte de la operación. Vieron que en el cubano entraba con frecuencia a una de esas casas y que visitaba la segunda, habitada por un compatriota suyo con el que conversaba frecuentemente.

Mientras era controlado por los agentes, los analistas del centro cibernético, seguían sus conversaciones para determinar qué planeaba. Uno de los mensajes que encuentran en la Red prendió todas las alarmas. En ese se decía que el 13 de marzo Gutiérrez tenía planeado realizar un ataque terrorista. Fue por ello que se tomó la decisión de arrestarlo ese día.

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En la vivienda donde fue capturado tenía 11 celulares, un computador portátil y una tarjeta micro SD. Al momento de su detención Gutiérrez manifestó que había sido contactados por tres supuestos ciudadanos libios por la Web con quienes dijo que se había reunido personalmente más adelante en Armenia para iniciar lo que él llamó su proceso de radicalización.

Con las esposas en sus muñecas, Gutiérrez también dijo en esos primeros momentos que aceptaba al Islam y que su intención era atentar contra la embajada de Cuba en Bogotá, así como emprender acciones contra ciudadanos estadounidenses y de Israel en Colombia. "No soy musulmán; lucho contra el nuevo orden mundial", dijo después de escuchar cómo un juez de Bogotá lo enviaba a la cárcel La Modelo.

En los teléfonos incautados quedaron guardadas varias de las conversaciones que sostuvo durante largo tiempo con sus contactos. Algunas de estas fueron reveladas por la Fiscalía durante la audiencia de legalización de su captura hace tres días. Las personas con las que mantenía mayor contacto por medio de Telegram se identificaban como Francisco Quintana y Amir Makin. Son decenas las charlas que sostuvo con ellos en donde explícitamente comentaban sobre los actos terroristas a realizar y la forma como debía preparar los explosivos.

En las conversaciones Gutiérrez les pide ayuda económica para realizar los ataques y les cuenta que tiene cinco lugares posibles para realizar la detonación del explosivo. Incluso les envía una foto del interior de uno de esos restaurantes en Bogotá.

La investigación de la Dijín con las autoridades estadounidenses y españolas continuó avanzando. Lograron establecer que quien se identificaba como Makin Muhannad en realidad sería un hombre llamado Augusto Barraza, quien se encontraría en Argentina. Estas son algunas de las piezas del extraño rompecabezas de este Cubano de Isis. Aún faltan muchas más.