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Mar de coca

A pesar de que la Armada Nacional consiguió este año una cifra récord de decomisos, la droga sigue saliendo de Colombia como nunca antes.

15 de diciembre de 2003

El 24 de noviembre un avión estadounidense detectó en el mar Caribe una embarcación sospechosa que había salido desde la costa colombiana y alertó a la Fuerza Naval del Atlántico en Cartagena. Como buscar una embarcación en mar abierto puede resultar más difícil que encontrar una aguja en un pajar, la Armada dispuso varias unidades del cuerpo de guardacostas y utilizó uno de los dos aviones de patrullaje que adquirió a mediados de este año para evitar que los delincuentes escaparan.

A mitad de la mañana de ese lunes, cuando varias de las lanchas de los guardacostas recorrían el Caribe, la aeronave localizó la embarcación sospechosa a 160 millas al norte de Cartagena. Se trataba de una lancha go fast, comúnmente utilizada para transportar grandes cantidades de droga. Los tripulantes del avión informaron a sus colegas en el mar la ubicación exacta de la lancha.

Los narcotraficantes intentaron cambiar de rumbo en varias oportunidades para eludir los botes que los perseguían y escapar del asedio del avión naval que sobrevolaba sobre ellos. Después de ocho horas de persecución, a los tres tripulantes de la go fast no les quedó otra alternativa que rendirse. Cuando los miembros de la Armada abordaron la embarcación encontraron una tonelada de cocaína de alta pureza escondida en la lancha. El valor de esa droga en el mercado estadounidense es de 30 millones de dólares.

Con la tonelada de coca encontrada en la lancha la Armada Nacional alcanzó la impresionante cifra de 65 toneladas de cocaína incautada entre enero y noviembre de este año, un récord histórico que supera en 10 toneladas lo incautado en 2002 y en casi 20 lo decomisado el año anterior. El valor en el mercado estadounidense de la droga incautada es la astronómica cifra de 1.935 millones de dólares, el equivalente al presupuesto del Plan Colombia.

Este inusual auge de decomisos de coca tiene varias explicaciones. Durante este año se han construido lanchas interceptoras de alta velocidad y se realizó un gran esfuerzo por tecnificar las labores de inteligencia. "Los mecanismos de cooperación internacional han mejorado mucho también y el intercambio de información con otros países, principalmente Estados Unidos, ha sido mucho más fluido y es en tiempo real lo que permite que las operaciones que se realicen sean más efectivas", explicó a SEMANA el comandante de la Armada, almirante Mauricio Soto.

Pero si bien los acuerdos de interdicción con los estadounidenses han sido fundamentales para lograr grandes incautaciones la Armada también forjó alianzas estratégicas con países europeos con el fin de contrarrestar los cambios en las rutas que este año intentaron poner en práctica los narcotraficantes. "Volvieron a utilizar la ruta del Caribe para enviar la droga hacia Europa en donde su valor es mucho mayor", explica el almirante Soto. Aunque en el Caribe existen muchos controles los narcotraficantes saben que las distancias a los puntos de entrega de droga son mucho más cortas que por el Pacífico y por eso han decidido arriesgarse por estas rutas".

Hasta el año pasado 75 por ciento de la droga salía por el mar Pacífico y 25 por ciento por el Caribe. Debido a la intensificación de controles de la Armada en el Pacífico este año la proporción cambió. Ahora 60 por ciento sale por esa ruta y 40 por ciento por el Caribe.

El incremento en la cantidad de droga que estaba llegando a Europa obligó a países como Gran Bretaña, Francia y Holanda a trabajar en llave con la Armada para frenar la llegada de embarcaciones con coca a sus costas. Los resultados fueron inmediatos. Cerca de 20 de las 65 toneladas que han sido decomisadas este año en alta mar fueron incautadas cerca de las costas europeas gracias a este intercambio de información y cooperación.

Las nuevas estrategias, alianzas y formas de operar así como la entrada en operación de los dos aviones patrulleros consolidaron este año a la Armada como una de las puntas de lanza en la guerra contra el narcotráfico.