Home

Nación

Artículo

partidos

Marea roja

Aunque en las elecciones internas el liberalismo sobrepasó las expectativas, y superó el millón de votos, el futuro no está despejado.

31 de marzo de 2007

Hace mucho tiempo no se veían tantas sonrisas en el Partido Liberal. Su director, César Gaviria, y la plana mayor festejaron como una gran victoria los resultados de las elecciones internas, celebradas el domingo 25, en las que se escogieron directorios regionales y delegados para el Congreso Nacional del próximo mes. La principal razón de la alegría fue el alto volumen de participantes: 1.274.656. Una cifra alta, si se considera que duplica la que alcanzó el Polo Democrático en sus últimas internas, supera las del Partido Conservador y multiplica por dos las que habían obtenido los rojos en su anterior convocatoria.

Que más de un millón de personas se acercaran a las urnas liberales en un domingo frío para la política y en un proceso desconocido para muchos y ante el cual el voto de opinión era indiferente, fue un éxito. Varias declaraciones y comentarios de prensa señalaron que el partido no estaba acabado, que el proceso que en forma callada y sistemática ha liderado Gaviria empieza a rendir frutos, y que no se puede descartar como gran jugador para las próximas elecciones, en octubre del presente año, y en las presidenciales de 2010. En las oficinas de la dirección, además, consideraron que se había fortalecido la línea señalada por el jefe único y había quedado debilitado el sector que la ha criticado.

Después de las noticias del lunes, que hicieron énfasis en el volumen de votos, vino el análisis detallado y este le dio paso a otras interpretaciones. En Bogotá, por ejemplo, el descalabro del concejal Antonio Galán lo dejó casi por fuera de su aspiración a ser el candidato rojo para la Alcaldía. En Santander, en cambio, Horacio Serpa quedó fortalecido como candidato a la Gobernación, y en Valle ocurrió lo mismo con María del Socorro Bustamante.

Y aun más allá de esas consecuencias regionales, surgieron otras miradas que apuntan a que no hay tal opción de poder para el liberalismo. La senadora Piedad Córdoba y su equipo de colaboradores hicieron un detallado seguimiento a los datos parciales, pues aún la Registraduría no ha presentado los resultados definitivos. Sus conclusiones no son tan optimistas. Para empezar, dicen, hubo una fuerte concentración de votantes en las zonas rurales. En las grandes capitales -Bogotá, Cali, Medellín, Barranquilla y Pereira- sólo acudió un 16 por ciento. Lo cual, desde el punto de vista estratégico, resulta muy delicado porque en elecciones nacionales los centros urbanos son los que tienen más dinamismo. De paso, lo anterior significa que la gran mayoría de la movilización fue de maquinaria. Hubo muy poco voto de opinión.

El trabajo de la senadora Córdoba enciende otras alarmas. La falta de votación joven, por ejemplo, a pesar de que las reglas de juego permitían el sufragio de los mayores de 14 años. También observó que se presentó un alto número de sufragios nulos y en blanco, que alimentan la hipótesis de que no se entendieron los mecanismos de votación.

La gran pregunta es qué sigue hacia adelante para el Partido Liberal. ¿Cuál es su mejor opción estratégica? La positiva interpretación que hace la Dirección Nacional -cuyo apoyo resultó ampliamente mayoritario- conduce a la idea de que se fortaleció el centro y que debe buscar un espacio intermedio entre el uribismo y el Polo. Piedad Córdoba, en cambio, considera que si se comparan las estadísticas de esta consulta con las del Polo Democrático, se concluye que este último está tomando la delantera en varios lugares fundamentales, como Bogotá, donde sólo hubo 79.000 votos. La senadora considera que se están fortaleciendo el uribismo y el Polo, que hay una polarización en la cual el liberalismo tiende a hacerse invisible o a convertirse en 'bisagra': a veces con la derecha, y en otras ocasiones con la izquierda.

Los resultados, en fin, superaron las expectativas. Pero una mirada cuidadosa obliga a concluir que falta mucho trabajo. Sería prematuro afirmar que esta semana de pascua es la de la resurrección del Partido Liberal.