NARCOTRÁFICO
Masacre en el Valle develó la nueva guerra mafiosa entre 'Rastrojos' y 'Urabeños'
Una decena de hombres armados con fusiles y pistolas irrumpieron en una casa y asesinaron a cuatro miembros de una misma familia e hirieron a otra persona. Conmoción en Roldanillo.
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Según versiones oficiales, los sicarios llegaron en siete motocicletas y sin mediar palabra dispararon en forma indiscriminada contra todas las personas que se encontraban dentro de la vivienda, ubicada en la vereda Higueroncito, zona rural de Roldanillo, un pequeño municipio ubicado al norte del Valle del Cauca, en el suroeste del país.
El atentado criminal ocurrió a las 11:00 p. m. y en él perdieron la vida el señor Hidolfo Escarria, de 51 años; sus hijos, Victoria y Óscar Eduardo, de 24, y Miguel Ángel, de 21 años. También resultó herida de gravedad la esposa y madre de las víctimas fatales.
En un comienzo se pensó que los Escarria asesinados son parientes cercanos a Ciro Escarria, exalcalde de Roldanillo y actual gerente de Asorut, uno de los distritos de riego más grandes del país. Sin embargo, al ser indagado el señor Escarria precisó que “tal vez somos parientes pero muy lejanos; ni siquiera sabemos el grado de consanguinidad que nos une”, aclaró.
Si bien hasta el momento no hay capturas, el coronel Nelson Ramírez, comandante de la Policía Valle, no dudó en catalogar el cuádruple crimen como una ajuste de cuentas entre las organizaciones criminales conocidas como 'Rastrojos' y 'Urabeños', que se pelean el dominio territorial del norte del Valle (Ver entrevista).
Incluso, fue más allá y aseguró que la incursión armada se debió a que “en esa vivienda se encontraban alias 'Corozo' y otro jefe de la banda criminal los 'Rastrojos', dijo tras revelar que de acuerdo a la investigación, esa acción criminal fue perpetrada por miembros de los 'Urabeños'.
Con la reciente masacre se confirma lo que es un secreto a voces en el norte del Valle: Que tras la captura, la entrega y la muerte de los capos de los carteles mafiosos, la región se convirtió en un hervidero que se disputan pequeños narcos miembros de estructuras como los 'Rastrojos' y 'Machos', estos últimos absorbidos por los 'Urabeños'.
Se teme que esa guerra reviva la crueldad y la sevicia criminal que padeció la región a comienzos de la década pasada, cuando esos mismos grupos al mando de los capos Wílber Varela, alias 'Jabón', y Diego Montoya, alias 'don Diego', se peleaban a muerte la zona, en especial las rutas de acceso hacia el Cañón de Garrapatas, considerado un santuario cocalero. Se calcula que esa confrontación mafiosa ocurrida entre el 2000 y el 2005 causó un millar de muertos.
Si bien desde el año pasado se venían presentando escaramuzas de esa guerra territorial y la alianza entre 'Machos' y 'Urabeños' para combatir contra los 'Rastrojos' era anunciada a través de panfletos, el 'florero de Llorente' ocurrió el 19 de agosto del 2012 cuando asesinaron a la señora Nelly Perea, prima hermana de Henry Rodríguez Perea, exalcalde de El Dovio y cuñado del capo Iván Urdinola Grajales, ambos muertos.
Ese acto criminal fue considerado una afrenta de los 'Rastrojos' contra los 'Machos', ya que El Dovio es considerado el santuario natural de esa organización; aunque desde el 2011 es un territorio controlado por los 'Rastrojos'. Desde entonces se han presentado otros hechos criminales que si bien no se pueden relacionar, llaman la atención por la sevicia y la relación directa o indirecta de las víctimas o sus familiares, con uno de los dos bandos en guerra.
En esa tesis cabe el reciente asesinato de los dos hermanos de Miguel Guzmán, actual alcalde de El Dovio. Mientras velaba a uno de ellos, sicarios irrumpieron y le mataron al segundo. Ese atentado sucedió el 2 de octubre (Ver nota).
En medio de esas vendettas se encuentran las cerca de 400.000 personas que viven en los 15 municipios del norte del Valle, zona donde se libra la nueva guerra mafiosa.