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Álvaro Uribe le dio el jueves el aval a Andrés Guerra, hoy candidato a la Gobernación de Antioquia por el Centro Democrático. Pero algunos ya piensan que en unos meses podría retirar a Guerra y terminar apoyando a Federico Restrepo, considerado el elegido de Sergio Fajardo para sucederlo en el departamento. | Foto: Guillermo Torres

POLÍTICA

¿Matrimonio Uribe-Fajardo en el 2018?

El senador Álvaro Uribe y el gobernador de Antioquia, Sergio Fajardo, podrían terminar apoyando al mismo candidato para el departamento.

25 de julio de 2015

Si algo tienen en común Álvaro Uribe y Sergio Fajardo es que los liderazgos que hoy representan en Antioquia se forjaron en torno a su imagen. Ambos son carismáticos y populares, y a los dos los han etiquetado de caudillos. Nunca han hecho política juntos, entre otras cosas porque no comparten ideas fundamentales. Pero también porque pertenecen a dos generaciones y elites distintas: una es la del poncho y el carriel, y la otra, la de la bicicleta y el bluyín. Desde sus propias orillas, y salvo algunos roces, sin embargo, siempre se han respetado.

Y ahora la relación podría vivir un nuevo avance. Desde la semana pasada, en Antioquia ya no suena descabellado decir que el fajardismo y el uribismo podrían contraer matrimonio para las elecciones presidenciales de 2018. Esto se debe a una sorprendente decisión que tomó Uribe la semana pasada.

Seis días después de retirarle su apoyo a la controvertida Liliana Rendón, el jueves el Centro Democrático (CD) le otorgó el aval a Andrés Guerra Hoyos, un exdiputado poco conocido sin muchas oportunidades de ganar. Pero no se trata de un error, sino de un acto bien calculado. Pues quienes conocen el detrás de bambalinas de la decisión sostienen que Uribe aprovechará la debilidad de su candidato para, en varias semanas, retirarlo y adherir a uno más fuerte: Federico Restrepo, el hombre de Fajardo.

La historia comenzó hace más de un mes. Según fuentes consultadas por SEMANA, el pasado domingo 21 de junio, Día del Padre, tuvo lugar una reunión entre Restrepo y Uribe en su finca en Rionegro, lugar donde el expresidente suele tomar decisiones trascendentales. El cortejo pareció funcionar, pues desde ese día corrió el rumor de que el CD se desligaría de Liliana Rendón.

La reculada con Rendón, tras pactos firmados, dejó al descubierto varias heridas. La primera tiene que ver con disputas dentro del uribismo en Antioquia. Alicia Arango, uribista pura sangre y exdirectora ejecutiva del CD, culpó al exministro Fabio Valencia de la descomposición del partido en tierra de Uribe y lo acusó de practicar “politiquería barata”. Le reclamó no haber dado la cara ante la “patraseada” con Rendón, quien, tras el desplante, también se dedicó a sacar trapitos al sol.

Uno de estos tiene que ver con el Grupo Empresarial Antioqueño (GEA). Según Rendón, este habría presionado a Uribe para descartarla a ella. Todo con el fin de apoyar a Federico Restrepo, quien fue gerente de EPM y genera confianza entre los cacaos. “Como yo siempre dije que nunca apoyaría al candidato de Fajardo, sino que iría hasta el final, pidieron mi cabeza”, dijo Rendón.

Al uribismo y al fajardismo también los conecta la repulsión que les produce la candidatura de Luis Pérez Gutiérrez. Lupe, como lo llaman desde que fue alcalde de Medellín, lleva la bendición de la Unidad Nacional y el aval del Partido Liberal, sumada a las maquinarias del Partido Conservador de la casa del parapolítico Óscar Suárez Mira y al empujón de Cambio Radical. Para Uribe un triunfo de Pérez significaría un triunfo de Juan Manuel Santos. Y para Fajardo, una afrenta a sus ideales.

Y hay un factor adicional, y aún más poderoso, que acerca al uribismo y al fajardismo: la candidatura de Germán Vargas Lleras a la Presidencia en 2018. Aunque aún faltan años para la campaña, hoy todo el mundo da dos cosas por sentadas: que también Fajardo aspira a la Presidencia, y que Uribe intentará evitar que el santismo siga en el poder.