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“Estas son contradicciones que tienen que arreglar jartando chicha entre los dos”

EN PLATA BLANCA

"Me atrevo a decir que este conflicto es entre dos extraterrestres"

El antropólogo y astrólogo Mauricio Puerta habla sobre su experiencia en el Cauca y su visión del enfrentamiento entre el Estado colombiano y los Nasa.

María Jimena Duzán
28 de julio de 2012

María Jimena Duzán: ¿Hace cuánto vive en el Cauca con los nasas?

Mauricio Puerta:
Llegué como antropólogo porque iba a hacer mi tesis de grado. En compañía de Álvaro Chávez hicimos las excavaciones de Tierradentro y trabajamos juntos 18 años. Me fui por tres semanas, sin saber que me iba a morir allá de viejo. Soy de los pocos colombianos que ha estado pendiente, día a día, de la evolución de los nasas. Tengo mi casa, mi alma y mi corazón allá en Tierradentro, que es donde se inicia la nación Nasa. No he dejado la sangre, pero esa se dejará después. Por eso me atrevo a decirle esto: este conflicto es entre dos extraterrestres.

M.J.D.: ¿Cómo así?

M.P.:
El mundo de la ciudad y el mundo del indígena son dos cosas completamente diferentes. Tengo la ventaja de vivir los dos mundos porque pertenezco a los dos.

M.J.D.: Y sabiendo cómo funcionan esos dos mundos, ¿cuál cree usted que es la fórmula para poner a hablar a dos extraterrestres?

M.P.:
Primero se necesita que haya credibilidad de parte y parte, y esta se ha perdido. Los indígenas del norte del Cauca llevan años esperando que las promesas que les hicieron se cumplan, pero ni los gobiernos anteriores ni este lo han hecho. Y por experiencia sé que cuando a un indígena se le promete algo hay que cumplirle de manera inmediata. Estando yo en el PNR, llegué a Tierradentro a decirle a los indígenas que me habían aprobado 40 millones para unos cursos. Para ellos esos 40 millones eran para mañana, pero a mí me los demoraron tres años. Me tocó pedirlos prestados, porque no les podía quedar mal. Yo sí creo que faltan proyectos agropecuarios que ellos vean florecer y que les devuelvan la confianza perdida.

M.J.D.: ¿Alguna vez hubo confianza entre los indígenas y el Estado?

M.P.:
Pues mire, cuando mejor estuvo la relación entre los indígenas y el Estado fue en la época del Plan Nacional de Rehabilitación (PNR), en el gobierno Barco. Eso coincidió con el proceso de paz con el M-19 y el Quintín Lame, que tuvo de epicentro al Cauca y que adelantó su consejero Rafael Pardo junto con Ricardo Santamaría. De resto, a los indígenas les han hecho muchas promesas que en su mayoría no se han cumplido. Y eso ha ocurrido sobre todo en el norte del Cauca, lo que ha contribuido a su radicalización.

M.J.D.: ¿Con Uribe no se agriaron aún más las relaciones entre el Estado y los indígenas del Cauca? Trató de dividirlos creando la Opic.

M.P.:
Sí se afectaron mucho porque hubo muy poca ayuda social. Los trabajos sociales empezaron a decaer desde el final del gobierno Pastrana para acá, porque el Estado se enfoco en acabar con la guerrilla. Como le decía yo a Uribe en una ocasión cuando íbamos en un avión: "no puede poner en la misma mochila a todos los indígenas porque ni todos son guerrilleros ni están infiltrados".

M.J.D.: Pero eso es lo mismo que ha dicho el ministro de Defensa Pinzón: que las protestas indígenas están instigadas por las Farc.

M.P.:
Pues es que las Farc también nacieron ahí: en Río Chiquito, que es el límite entre Tierradentro y el Tolima. Yo diría que mucha gente en el Cauca ha nacido bajo la herencia filosófica si así pudiéramos llamarlo de la guerrilla. Pero también hay que tener en cuenta que la guerrilla ha cambiado y que no es la misma de los años ochenta. Uno se podía sentar con ellos a hablar filosóficamente. Hoy ya no es posible.

M.J.D.: ¿Cuántas veces se reunió con la guerrilla?

M.P.:
Muchas veces. Varios de sus comandantes incluso fueron a mi casa a que les hiciera la carta astral.

M.J.D.: ¿Y a quiénes se las leyó?

M.P.:
Esos comandantes ya están muertos. Yo diría que hoy las comunidades ven a la guerrilla como una necesidad económica, más que otra cosa. No dudo que hayan infiltrado a los indígenas, pero si es cierto que la guerrilla tiene influencia en estas comunidades: ¿no será porque ha faltado más presencia del Estado y que este ha estado alejado de las comunidades y de sus necesidades? Lo que sí he visto es que los indígenas que logran estudiar y mejorar su conocimiento son los menos proclives a ese tipo de influencias. El problema es que no todos pueden llegar a hacerlo. Y no todos quieren estudiar. Entre los indígenas todavía hay una creencia según la cual nacieron fue para trabajar, no para ser perezosos. Afortunadamente, todos esos líderes de hoy son estudiados, quieren aprender inglés, saben de internet, chatean y están conectados con el mundo, no solo con su cosmogonía. Los indígenas tienen que tener mentes universales si quieren salir de las montañas.

M.J.D.: ¿Y usted cree que hay un distanciamiento entre los líderes viejos y esos líderes nuevos más conectados con el mundo?

M.P.:
Pues es que yo creo que los líderes viejos tienen miedo de que esa nueva generación cambie lo que ellos quieren preservar. Es decir, la cultura, las tradiciones.

M.J.D.: Y no les falta razón…

M.P.:
Sí, pero es que también hay tradiciones que hay que dejar atrás porque no sirven para ahora. Pretender que el indígena tiene que vivir como lo hacían sus antepasados, descalzo, de capisayo, pues es un absurdo. Cuando yo llegué a Tierradentro hace 40 años, uno se encontraba a indígenas mascando coca y descalzos. Hoy para ver un indígena en Tierradentro así, hay que disfrazarlo. Y en el norte del Cauca menos, porque la cercanía con Cali los ha conectado más con la 'civilización'.

M.J.D.: ¿Los indígenas tienen razón en pedir la salida del Ejército y de las Farc de sus territorios?

M.P.:
Pues yo lo que creo que están pidiendo es que no se les metan tan en la casa, porque cuando la guerrilla ataca los más afectados son ellos. ¡Es que los búnkeres están en el pueblo! Ahí es donde está 'el florero de Llorente'. Lo que están pidiendo es que se hagan un poco más afuera, y creo que en eso la comunidad tiene razón.

M.J.D.: ¿Y tienen también razón en utilizar la violencia? Muchos de esos búnkeres han sido destruidos por la guardia indígena.

M.P.:
Pues digamos que se les llenó el termómetro y las cosas se salieron de madre. Los nasas están furiosos porque el Estado no les ha cumplido y cada vez están más radicalizados. En el fondo la pelea es entre la Constitución y la legislación indígena. Esta última dice que en los terrenos indígenas tendrán su propia autoridad y serán gobernados por ellos mismos. Y la Constitución dice que no habrá territorio donde el Ejército no impere. De todos modos, creo que los indígenas tienen hoy una posición de oro: si logran demostrar que ellos no tienen nada que ver con la guerrilla, que no tienen infiltrados, la opinión pública cambia con respecto a ellos.

M.J.D.: ¿Pero sí cree que eso es suficiente? ¿No hay también una actitud racista hacia los indígenas? Un indio es un guache.

M.P.:
Los insultos que uno lee por internet son horribles, es cierto. Pero gran parte de esos insultos se los han ganado ellos mismos. Se han hecho echar el agua sucia porque no han demostrado lo contrario.

M.J.D.: La imagen del soldado García llorando, víctima de la agresión de los indígenas, ¿afectó la percepción de que los indígenas del Cauca solo hacen resistencia pacifica?

M.P.:
Sí, los afectó. Y el problema es que no hay foto de los indígenas sacando a la guerrilla porque eso se hizo en el monte, donde no había cámaras.

M.J.D.: ¿Usted cree que los indígenas están sacando a las Farc?

M.P.:
Sí lo creo. Otra cosa es que se les entren por otra parte. Sacar al Ejército por la carretera es muy fácil, pero sacarlo de arriba, donde hay unas cuencas gigantescas y profundas, es más difícil. ¡En una sola de esas cuencas cabe todo el Ejército de Colombia y no se ve!

M.J.D.: ¿Qué opina de la guardia indígena?

M.P.:
Por lo general, está integrada por muchachos a los que se les da poder con una vara. Falta que muchos de ellos también tengan una mente abierta al conocimiento. No hacen una resistencia pacífica y, de hecho, se están radicalizando. Los indígenas son una colmena de hormigas instintivas, o sea que, si alguien se mueve lo hace toda la comunidad. Y ese proceso ya no solo se está gestado en el Cauca, sino que se está comenzando a dar en Putumayo, y así sucesivamente.

M.J.D.: ¿Y el gobierno sí sabe lo que está pasando?

M.P.:
No creo que el gobierno lo sepa. El gobierno solo sabe lo que le cuentan. Y a él le cuentan que este movimiento no es real porque está instigado por las Farc, y eso no es cierto. Hay necesidades reales que hacen que la comunidad se radicalice. Los indígenas se sienten huérfanos del Estado. Lo que falta es que gobierno e indígenas se quiten el disfraz y los ministros vengan a compartir con los indígenas, como hacía Rafael Pardo, en tiempos del PNR, que iba a jartar chicha con los indígenas.

M.J.D.: ¿Qué opina del ministro Pinzón?

M.P.:
Pues que tiene cara de soldado. A él le falta ir a tomar chicha al Cauca. De la misma forma que le falta al presidente ir a que le hagan la limpieza. Falta que se enamoren unos de otros. No hay que olvidar que en 1600 los españoles enviaron a Juan de Borja a pacificar a los páez y hasta ahora no han podido. Páez fue el nombre que los españoles le dieron a los nasas. En lengua nasa 'páez' significa plaga. Y 'nasa' significa gente.

M.J.D.: ¿Usted habla nasa?

M.P.:
Pues después de tres totumadas de chicha le hablo lo que quiera.

M.J.D.: En Bogotá muchos se quejan de que los indígenas sí reciben la plata de las transferencias, pero no aceptan la presencia del Ejército.

M.P.:
Esas son las contradicciones que tienen que arreglar, jartando chicha entre los dos. Es que las dos partes tienen que quitarse el disfraz y emborracharse.

M.J.D.: ¿Y por qué no lo han hecho?

M.P.:
Porque falta alguien que los junte.

M.J.D.: ¿Le ha hecho al presidente la carta astral?

M.P.:
No. Con el presidente hemos estado en otras correrías. Él es leo y por encima de ellos no hay nada porque son el Sol. Chávez también es leo. Ahí le dejo el dato.