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"ME GUSTA EL CAPITALISMO, PERO DEMOCRATICO"

ENTREVISTA:ANTONIO NAVARRO WOLF

26 de noviembre de 1990

SEMANA: ¿Con quién va a integrar su lista?
ANTONIO NAVARRO: Va a ser una lista nacional. Vamos a meter liberales, conservadores, independientes...

S.:Todo esto suena muy bien, pero lo ùnico que se sabe concretamente es que usted le ofreció el tercer renglòn de su lista a René Higuita. Con todo el respeto que me merece como portero, parece una falta de seriedadde suparte incluirlo dentro de las setenta personas que van a elaborar la Constituciòn de Colombia.
A.N.: Quiero una lista en la que cada colombiano se sienta representado y son muchos más colombianos de los que ustedes creen los que se sienten representados por Higuita.

S.:¿ Nos puede dar nombres de liberales o conservadores ?
A.N.: Todavía no. Apenas estoy descubriendo lo difícil que es hacer una lista, que es como tratar de cuadrar un poco de micos para una foto.

S.: ¿Nombres de guerrilleros ?
A.N.: Rosemberg Pabon y yo somos los únicos fijos por ahora.

S.: Las encuestas demuestran que usted va a ser una de las figuras pre dominantes de la Constituyente. ¿Por que no tratamos de definir algunos cambios concretos que usted. impulsarìa o apoyarìa ? Comencemos por el Congreso.

A.N.: Los cambios que hay que hacerle al Congreso son enormes. En primer lugar en lo que se refiere a su integraciòn, y en segundo lugar en lo que se refiere a sus funciones.

S.: ¿ Conservarìa las dos càmaras?
A.N.: Eso es accesorio, aunque sí creo que es necesario reducir el número de congresistas y limitar el número de veces que pueden ser reelegidos.

S.: ¿Cuàntas veces ?
A.N.: No sé, pero en todo caso no estoy de acuerdo con esas carreras que duran treinta años y que crean dinastías departamentales.
S.: ¿ Cambiaría la modalidad para elegir congresistas ?
A.N.: Sí. Me gusta el concepto de la circunscripciòn uninominal tanto para mayorías como para minorias. En otras palabras, que cada congresista tenga una relaciòn más directa con sus electores y que éstos puedan pedirle cuentas.

S.: ¿ Y en cuanto a las funciones, qué cambiarìa ?
A.N.: Más que cambiar, hay que darle las funciones que ha perdido. Los congresistas no piensan sino en puestos y en auxilios, y esa no debe ser la funciòn del Congreso. Hoy los políticos no son más que intermediarios entre el pueblo y el poder.

S.: No parece muy peyorativo el concepto, pues un congresista por definición debe ser un intermediario entre el pueblo y el poder.

A.N.: Pero es que un polìtico tiene que ser mucho mas que eso. En Colombia deberíamos pasar del régimen presidencialista a uno semi parlamentario, en el que se comparta y se democratice el ejercicio del poder.

S.: ¿ Es partidario, entonces, de recortar el poder actual del Ejecutivo ?
A.N.: Sí, hay que crear escenarios de concertación. Hoy el Ejecutivo tiene el monopolio de la planeaciòn y el presupuesto, que son elaborados por los técnicos de Planeaciòn Nacional y el Ministerio de Hacienda. En esto deber haber participaciòn del Congreso, que debería tener iniciativa sobre el gasto.
Los Corpes son un buen comienzo y pueden ser escenarios ideales de planeaciòn para que se haga de abajo para arriba y no de arriba para arriba como se hace ahora.

S.: En la pràctica está usted hablando de desmontar la reforma 68, cuyo principal logro por parte del ex presidente Carlos Lleras fue el de recuperar para el Ejecutivo la iniciativa del gasto. El paìs se habìa vuelto inmanejable con la rapiña de los congresistas queriendo sacar más tajada del pongué.

A.N.: Es que no hay que irse ni para un extremo, ni para el otro. Lo que hay es que concertar y buscar mecanismos para hacerlo.

S.: ¿Qué más harìa con el Congreso ?
A.N.: Darle la facultad de la moción de censura para que los congresistas puedan tumbar a un ministro si no cumple con sus funciones.

S.: Fuera de Inglaterra, los regìmenes parlamentarios como los que usted propone han sido un de sastre. En la República de Weimar desembocaron en Hitler, en Francia después de la III y la IV República tuvieron que recurrir a De Gaulle. En Italia no hay gobierno que resista un año. ¿Le parece eso imitable ?
A.N.: En todo caso me parece mejor que el bipartidismo actual, que no ha hecho sino cerrar espacios democráticos. Tenemos que llegar aun pluripartidismo, en el que cada partido tenga ideas claras y represente tesis concretas.

S.: ¿Con nombres concretos de paìses, cuáles son los sistemas polìticos que usted màs admira?
A.N.: España y Canada.

S.: Quiero que me conteste tres puntos: ¿es partidario o enemigo de la reelección presidencial?
A.N.: Enemigo, siempre lo he sido.

S.: ¿Cree usted en el esquema gobierno oposición o cree que es conveniente que el partido que gane las elecciones le dé participación en el gobierno a las otras fuerzas polìticas ?
A.N.: Creo que los gobiernos deben ser nacionales, no hay otro mecanismo para gobernar a este paìs.

S.: ¿Cuàl es su posición frente al papel de las Fuerzas Armadas?
A.N.: El muro de Berlin se cayó en Europa, pero no en el pensamiento de los militares colombianos. Siguen con el concepto de la guerra fría, cuando la guerra fría se acabó, buscando comunistas donde no hay y diciendo que reciben órdenes del extranjero.

S.: Eso suena perfecto en teorìa, pero en la pràctica tenemos al cura Perez, un extranjero, volando oleoductos, y a las FARC emboscando todos los dìas a nombre del comunismo. Los problemas de orden pùblico no son inventados por el Ejército.

A.N.: Bueno, el Estado tiene que defenderse, lo reconozco. Es más, las Fuerzas Armadas tienen que recuperar el monopolio de las armas, pero los problemas militares no deben ser de los militares solamente.

S.: Para recuperar el monopolio de la armas hay que desarmar a mucha gente. ¿Cómo piensa hacerlo ?
A.N.: A unos convenciéndolos como lo hicieron con nosotros, a otros quitándoles los salvoconductos y a otros como sea. Hoy hay 700 mil armas de guerra con salvoconducto en manos de civiles que, en una situación de guerra interna, se politizan. El Estado tiene que hacerse respetar.

S.: Resulta irónico viniendo de usted . La principal razón por la cual el Estado no se respeta es porque se considera que se puede chantajear a través de la violencia. Y esta modalidad se la invento el M-19. Primero, con el secuestro de Josè Raquel Mercado, a quien asesinaron al no acceder el gobierno a sus peticiones; y posteriormente con el secuestro de Hugo Ferreira, cuya liberación se dio gracias a las concesiones que se hicieron. Y esto para no mencionar la liberaciòn de Alvaro Gòmez, que es la que lo tiene a usted de Ministro. ¿Cree que el M-19 tiene autoridad moral para hablar de respeto al Estado ?
A.N.: Los Estados Unidos se inventaron la bomba atómica y la usaron. La historia los ha juzgado por eso de acuerdo con las circunstancias en las que lo hicieron. Eso no quiere decir que la puedan usar hoy día.

S.: No hablemos con metàforas. El hecho es que por cuenta de la estrategia de los secuestros, el M-19 logró enormes dividendos a cosa de la legitimidad de las instituciones. Esto ha llevado a que los extraditables hagan lo mismo: secuestrar gente inocente para que les cambien la ley. En otras palabras, estamos donde estamos por cuenta de quienes imitan pràcticas inventadas por ustedes. ¿No es paradójico que ahora usted encabece una lista para una Asamblea Constituyente que busca arreglar unos problemas de los cuales su movimiento es en gran parte responsable ?
A.N.: No quiero defender, ni justificar lo que hicimos, pero pienso que cuando lo hicimos, esas cosas tenían una finalidad y una justificación. No creo que se pueda comparar la situación del narcotrafico hoy con lo que hizo el M-19 en ese momento. Se trata de circunstancias distintas, de razones diferentes. Lo que buscábamos era abrir un espacio a una paz para Colombia, envuelta en una espiral de violencia.

S.: Hablando de narcotráfico, usted siempre ha sido partidario de una negociación polìtica. ¿Llevarìa este punto a la Constituyente?
A.N.: Eso tiene varias partes. Por ejemplo, en cuanto a la extradición, que va a estar, queramoslo o no, en el temario de la Constituyente, nuestra posición es ya conocida: creemos que debe haber una justicia eficaz y capaz, para que los colombianos sean juzgados en Colombia.
S.:Pero es que el problema no radica ya tanto en la extradición como en el tratamiento polìtico que está exigiendo el narcoterrorismo.

A.N.: Es que la negociación polìtica ya se esta llevando a cabo. Las medidas del Gobiemo sobre extradiciòn y reducción de penas son un tratamiento polìtico que apoyo integralmente. Ese es el camino, se puede mejorar y todo lo que se avance por esa vía puede allanar dificultades para la Constituyente. Espero que ese tema se resuelva por fuera y no llegue hasta allá.

S.: Si llegara, ¿descarta la posibilidad de un indulto ?
A.N.: No descarto nada, me muevo en el terreno de las realidades y de las conveniencias para el paìs. Pero quiero hacer una precisiòn: el narcotráfico y la guerrilla son fenòmenos distintos, y tienen que tener tratamientos diferentes, aùn en el marco de reconocer que hay que darles un tratamiento polìtico.

S.: Cambiando de tema, usted hablo antes de la caída del muro de Berlìn. Esto tiene que ver con el fracaso de un sistema que fue por el que supuestamente usted se fue al monte...

A.N.: Lo que se cayò fue el comunismo y el M-19 nunca ha sido comunista. Al monte nos fuimos no para imponer el comunismo, sino para abrir espacios democráticos.

S.: Déjeme ver si lo entiendo, ¿entonces a usted le gusta el capitalismo ?
A.N.: El capitalismo democrático.

S.: ¿ Y eso que quiere decir ?
A.N.: Eso quiere decir que me gusta que Colombia sea un paìs de propietarios, que haya competencia, pero no me gustan los excesos.

S.: ¿Cuáles son los excesos ?
A.N.: Los monopolios.

S.: Sea más concreto.

A.N.: El Grupo Santo Domingo y la cerveza, por ejemplo, son un monopolio.

S.: Pero más en control que en propiedad, al fin y al cabo Bavaria es una sociedad con multiples accionistas...

A.N.: Es que monopolio para mí no sólo es que alguien tenga todo, sino que tenga un peso determinante en un area que le permita deformarla. Y no creo ni en los monopolios privados ni en los monopolios estatales.

S.: Es fácil hacer demagogia alrededor de eso. Pero si usted respeta la propiedad privada, ¿por qué castigar a los que triunfan bajo las reglas de juego del sistema ?
A.N.: Es que las reglas del juego se pueden mejorar, democratizando la propiedad y estimulando la competencia.

S.: ¿Mediante cuáles mecanismos ?
A.N.: Ya no se le quita la propiedad a nadie por la fuerza. Pienso que existen muchos instrumentos y que se podrian adoptar como modelo las leyes anti monopolio de los Estados Unidos y de la Comunidad Económica Europea. Se debe limitar el tamaño de los conglomerados econòmicos y democratizar su propiedad. El Estado debe ser capaz de crear y estimular la competencia cuando esta no existe. Hay que cambiar también el tamaño de nuestro mercado que es muy pequeño y buscar mecanismos de integraciòn regional. Concretamente, considero que hoy por hoy se debe acelerar el proceso con Venezuela. Esto permitiría ampliar nuestros mercados.

S.: Usted dice que no es partidario de la expropiación, pero que hay que democratizar la propiedad. ¿Cómo se democratiza?
A.N.: Impulsando desde el Gobierno la participación de los trabajadores en la propiedad, la gestiòn y las utilidades de las empresas. Creo en la cogestión. Fijese en el éxito de Avensa, la aerolinea venezolana que compite con Viasa. Estaba quebrada y hoy sus trabajadores son los dueños del 33 por ciento de las acciones.

S.: No veo mucho ambiente para que los empresarios quieran entregar parte de la propiedad de las acciones de sus empresas a los trabajadores, ni existe, que yo sepa, fuera de casos excepcionales, paìs donde esta modalidad de propiedad esté generalizada. Tampoco corresponde al péndulo ideológico de esta época en que la moda son las privatizaciones.

A.N.: El Estado debe dar el ejemplo.
Es precisamente a través de las privatizaciones como el Estado puede empezar a promover que los trabajadores de las empresas estatales se conviertan en accionistas de las mismas. También debe crear mecanismos e incentivos para que las empresas privadas hagan lo mismo.

S.: El paraìso de los trabajadores...

A.N.: No crea. No es tan obvio como parece. A veces los trabajadores prefieren atrincherarse en la defensa de las convenciones colectivas. No sólo algunos empresarios, sino también el sindicalismo en Colombia está anquilosado.
¿ O acaso cuántos trabajadores cree usted que estarian dispuestos a cambiar sus prestaciones y cesantías por acciones de una compañia con los riesgos que eso entraña?
S.: Una última pregunta: ¿Con todas estas teorìas cuántos constituyentes cree que va a sacar?
A.N.: No menos de 15.