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"No hay datos suficientes que permitan confirmar que es Juan Sebastián"

Según Medicina Legal, no hay información antropológica ni médica que, por ahora, permita corroborar que el cuerpo pertenece al menor de dos años desaparecido en Soacha.

15 de febrero de 2016

La incertidumbre en el caso de Juan Sebastián Fuentes se mantiene. El instituto de Medicina Legal informó este lunes que, debido al alto grado de descomposición del cuerpo encontrado el pasado sábado en una alcantarilla de Soacha, no se ha podido verificar si el cuerpo pertenece al menor de dos años, desaparecido el pasado 22 de diciembre.

"Esperamos dar los resultados esta semana. No podemos decir si es. No hay datos suficientes, ni antropológicos ni médicos, que nos permitan aseverar que se trata de Juan Sebastián. Vamos a esperar los resultados de genética para poder entregar al niño", manifestó Carlos Valdés, director de la entidad. 

Agregó: "La identificación del cuerpo no se ha alcanzado. Se tomaron las muestras biológicas de los padres y hasta tanto no se tenga ese resultado, no se puede hacer entrega oficial del cuerpo".

Y es que el hallazgo del cuerpo no fue fácil. El cuerpo fue encontrado luego de que los bomberos utilizaran cámaras especializadas con las que se pudo detectar la figura de un niño. Posteriormente, personal de Acueducto de Bogotá confirmó la triste noticia.

De inmediato se iniciaron labores para determinar en la superficie el punto exacto en donde podría estar el cuerpo del menor. Con una retroexcavadora abrieron un hueco y perforaron el tubo. Buzos profesionales del cuerpo de Bomberos se sumergieron y sacaron los restos de un niño que estaba en alto grado descomposición y que coincide con las características de Juan Sebastián.

El cuerpo estaba a escasos 500 metros de la vivienda en donde vivía el menor, el mismo lugar en el que hace dos días encontraron una prenda que fue enviada al Instituto de Medicina Legal, y tras un análisis forense, la Fiscalía determinó que pertenecía al niño.

Las mismas fuentes del ente acusador que hablaron con Semana.com, señalaron que el cuerpo del menor, al parecer, sufrió un proceso de descomposición conocido como adipocira, es decir, un fenómeno en el que el tejido blando se torna resbaloso lo que generó que las prendas de vestir se desprendieran.

Las autoridades realizaron el levantamiento del cadáver, el cual fue trasladado a Medicina Legal, para proceder con el proceso de identificación.

"Yo siempre desde que vi el vídeo supe. Esa fue la verdad y el niño se cayó en ese hueco. De todas maneras estoy tranquila porque ahora sí voy a poder enterrar a mi hijo como quería y se debía", dijo Clara Rojas, madre del menor.

La historia

Este caso mantuvo la atención de los colombianos. Desde el primer momento en que se inició la búsqueda se entregaron volantes, su imagen ocupó los primeros minutos de los noticieros de televisión, las aperturas y primeras planas de los portales y los periódicos nacionales. Incluso, la fotografía del niño apareció en la torre Colpatria.

Los familiares sospecharon desde un principio de antiguos enemigos como los causantes del secuestro y por todos los medios suplicaron que lo entregaran. Pedían que lo dejaran en algún lugar y que luego avisaran para recogerlo.

Luego a mediados de enero, la hipótesis de la desaparición fue más allá. Se tenía la sospecha de que al menor los habían sacado fuera del país. Primero, se dijo que estaría en Ecuador, luego en México, pero Migración Colombia descartó esa posibilidad.

En un comunicado y tras revisar la base de datos de los movimientos migratorios, “no se encuentra registro alguno que permita establecer la salida regular del menor del territorio nacional”.

Desde el primer día la familia se rehusó a creer que Juan Sebastián había caído en el hueco, pero tras el análisis del terreno, las autoridades encontraron una alcantarilla de tres metros destapada y se reinició búsqueda. Con equipo especializado hicieron pruebas con cámaras robóticas y elementos flotantes para encontrar algún rastro.

La exploración se extendió a la rivera y el cauce del río Bogotá hasta el Salto del Tequendama, pero todo fue infructuoso y las autoridades suspendieron las labores.