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Médicos colombianos, varados en Argentina

Anualmente ese país recibe decenas de médicos que buscan especializarse. Sin embargo, a pesar de haber sido admitidos a posgrados, denuncian que desde hace meses no pueden matricularse ni trabajar.

13 de mayo de 2016

Muchos médicos colombianos que viven en Argentina no pasan por su mejor momento: denuncian que no pueden trabajar por las demoras del Sistema Informático de Solicitud de Convalidaciones (SISCO) y el Ministerio de Educación del país austral, que reglamenta el ejercicio de los extranjeros.

Un médico colombiano originario de Medellín y que vive en Argentina desde hace dos meses contó que ya fue admitido a la especialización de cardiología en dos hospitales de Buenos Aires, pero no ha podido matricularse ni trabajar como médico general porque su proceso de homologación “está estancado”.

En enero de este año presentó toda su documentación ante el SISCO y comentó que, según la página web de la entidad, “el título de médico me sería expedido en 51 días”.

El profesional también resaltó que todos los procesos han sido largos, pues aunque vive en Argentina desde el pasado mes de marzo, inició los trámites en octubre del 2015 con el objetivo de evitar este tipo de retrasos.

A pesar de haber contactado a la Cancillería colombiana, la Embajada en Argentina, la Defensoría del Pueblo de ese país y recurrir personalmente al ministerio encargado, la única respuesta que ha recibido él y sus colegas proviene de autoridades colombianas.

Mariana Uribe Cruz, vocera de la Embajada de Colombia en Buenos Aires, les contestó el pasado 5 de mayo a varios estudiantes, que estaban tocando “todas las puertas posibles para intentar solucionar las demoras”.

Pero los colombianos no son los únicos afectados. Luciana Ruben, médica argentina egresada de la Escuela Latinoamericana de Medicina (Cuba), comentó que los procesos de convalidación u homologación que sus 50 compañeros de promoción se iniciaron entre los meses de agosto y septiembre del 2015 tardaron, en promedio, dos meses.

Sin embargo, Luciana Ruben inició su trámite en el SISCO el 8 de octubre pasado y no ha recibido respuesta. “Más o menos para esa fecha el gobierno anterior empezó a ‘entregar’ sus funciones y los trámites se atrasaron”, explica. También agrega que su trámite “se devolvió dos pasos”.

En el caso de la doctora Ruben, ni siquiera un artículo de prensa de un medio de comunicación local, publicado en febrero de este año que expone sus dificultades en la materia, logró acelerar el proceso para iniciar su labor profesional. Esto se debe a que “hay más de 1.600 procesos atrasados” en el SISCO, reclamó la médica, situación que empeoró en abril de este año, justo cuando se abrieron convocatorias para aspirar a las plazas en los diferentes hospitales”.

Una pareja de profesionales viajó a estudiar a Argentina. Pero debido a las demoras, no sólo no pueden aspirar a una especialidad, tampoco pueden laborar: “Sin un título homologado no somos médicos (…) Estamos viendo agotados poco a poco nuestros ahorros, decidimos buscar empleo como meseros o de telemarketer”.

“El trabajo es ser residente”

Desde los años 1990, Argentina recibe una afluencia de médicos colombianos que ha aumentado desde el 2003. Aunque no hay cifras oficiales, cerca de la mitad de quienes viajan a ese país son estudiantes universitarios y graduados de diferentes profesiones que buscan alternativas académicas más económicas, pero de buena calidad.

Un especialista egresado de la universidad CES, en Medellín, comenta que “la academia en Colombia es excelente, pero no se puede aplicar en la vida real porque cuando uno se gradúa, se encuentra con las limitaciones que imponen las EPS y la falta de recursos en muchas partes del país, incluso en las ciudades”.

A este panorama se suman los pocos cupos en las universidades que, por lo general, oscilan entre uno y seis para especialidades clínicas o quirúrgicas a las cuales se presentan cientos de personas en un solo periodo académico. Otro factor es la poca oferta de universidades públicas en el medio, lo cual motiva a estudiantes y profesionales de diferentes áreas a probar su suerte en Argentina. Sólo en Buenos Aires hay 19 universidades oficiales, panorama que contrasta con la situación en Colombia, con 32 universidades públicas distribuidas a lo largo del territorio nacional, de las cuales sólo 13 cuentan con especialidades médicas.

A esto se suma el factor económico. “Las universidades privadas suelen ofrecer más cupos (para posgrados de medicina), pero cada semestre puede costar entre nueve y 12 millones de pesos, y el residente no puede trabajar. Una especialización dura de tres a cuatro años y el trabajo de uno es ser residente”, comenta otro profesional consultado, que agrega que conoce médicos que llevan años presentándose a varias universidades de varias ciudades del país y no han pasado.

En contraste, Marcela Vásquez, residente de medicina interna en Buenos Aires (Argentina), cuenta: “Yo me presenté una vez a una residencia (en Argentina) y pasé ahí mismo. Acá ves los frutos de estudiar para un examen de residencia”. Panorama que contradice la situación en Colombia, según cuenta un médico antioqueño radicado en el país austral y quien tras ocho años de pagar cientos de miles de pesos por formularios en universidades públicas y privadas de Medellín, Cali, Bogotá, Cartagena y Manizales, prefirió trasladarse al exterior. “Nunca pasé a posgrado en Colombia. Y aun si hubiera pasado, habría tenido muchas dificultades para pagar una (universidad) privada sin trabajar al mismo tiempo”, cuenta.

En cuanto al factor económico, la universidad más ‘barata’ en Colombia que ofrece posgrados en medicina es la Universidad de Antioquia, cuyo formulario de inscripción para presentar el examen de admisión cuesta un salario mínimo legal vigente (SMLV) y el año de especialidad o residencia cuesta tres.

En otras universidades públicas del país, el precio del semestre oscila entre cuatro y seis millones de pesos. Sin embargo, los estudiantes de cualquier especialización medicoquirúrgica en Colombia pueden acceder la Beca Crédito, beneficio otorgado por el Icetex que se puede solicitar si, además de cumplir otros criterios, la persona “demuestra ingresos que permitan garantizar la deuda”, la cual se debe pagar una vez se gradúe, según reza la página web de la entidad.

Adicionalmente, el Icetex aclara que si el estudiante “mantiene un promedio académico superior al 75 % respecto a la máxima nota establecida”, el crédito se podrá condonar.

Por el contrario, en Argentina, como en la mayoría de países latinoamericanos, el futuro especialista no necesita endeudarse con el Estado, ya que recibe un salario mensual de acuerdo con el hospital donde se matricule. “En los dos hospitales a los que pasé me pagarían mensualmente entre $2.500.000 y $4.000.000 colombianos”, recalca el médico colombiano que ha sido aceptado en dos universidades argentinas para Cardiología.

Ante la preocupación manifestada por el gremio médico, el año pasado sobre la posible reducción de los cupos para las becas crédito, el Ministerio de Salud colombiano emitió un boletín el 4 de septiembre del 2015 en el cual asegura que “se comprometió a trabajar conjuntamente con la Asociación Nacional de Internos y Residentes (ANIR) en un proyecto de ley que permita el pago a los residentes”.

Acerca de la situación de los residentes médicos en Colombia, la doctora Vásquez explica que “la desgracia de Colombia es que no hay gasto social para educación ni salud. El posgrado en medicina es un privilegio”, dice. Y agrega: “Acá, el que no estudia es porque no quiere”.