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Los sindicatos, los estudiantes, los campesinos y los indígenas saldrán a las calles a reivindicar sus banderas y a presionar su eventual participación en la futura negociación de paz.

POLÍTICA

Mes de marchas

La cita en octubre no solo será en Oslo con las Farc. Miles de colombianos saldrán a las calles por las más diversas banderas sociales, entre ellas, la paz.

29 de septiembre de 2012

El próximo 4 de octubre, los sindicatos y el movimiento estudiantil inaugurarán una jornada de protesta con la marcha por el trabajo decente. A partir de ese día y hasta el 8 de noviembre, trabajadores, estudiantes, mujeres, indígenas, campesinos, entre otros, saldrán a las calles a ondear las banderas por la dignidad laboral, la salud, la educación y otras reivindicaciones. En medio del arranque oficial de las negociaciones con las Farc en Oslo también esgrimirán sus argumentos sobre cómo lograr la paz.

La actividad social en octubre no es mayor sorpresa. Desde 2008, por ejemplo, los trabajadores del mundo protestan todos los días 7, y los días 12 se conmemora la llegada de Colón a América, fecha que tiene especial significado para los pueblos indígenas. La diferencia en 2012 es que las distintas organizaciones se pusieron de acuerdo para unir sus actividades, y que coinciden con los vientos de paz. Este factor, desde luego, entraña un mayor entusiasmo. Para Camilo González Posso, presidente del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz, "este momento da cuenta de una mayor apertura para la movilización social".

Entre el 4 y el 12 de este mes se convocará la Semana de la Indignación contra el trabajo infantil, la informalidad y los contratos sin garantías laborales. "El 62 por ciento de la población está en la informalidad. Eso no es trabajo digno", recordó Domingo Tovar, presidente de la CUT. Y a esa causa se unirán los estudiantes que desde hace un año están construyendo una propuesta de reforma a la Ley de Educación. "Por un billón de pesos más para la universidad pública", reza su eslogan.

Los organizadores de las marchas saludan la mesa de diálogo que arranca en Oslo pero también consideran que las soluciones sociales deben incluirse. Y solicitan a las partes interrumpir la guerra. "La paz no es solo el silencio de los fusiles, sino la ausencia de las violencias que producen las deudas sociales", dijo Javier Cuadros, integrante de Marcha Patriótica, una de las organizaciones convocantes.

Simultáneamente, las mujeres indígenas del Cauca protestarán por los asesinatos, según sus cuentas, de 26 comuneros. Llevarán pendones que ubicarán en los sitios donde cayeron sus compañeros por causa de las balas en medio del conflicto armado. Y grupos étnicos de todo el país viajarán a Bogotá para instalar el Congreso Nacional Indígena. "Vamos a protestar contra los asesinatos, las amenazas y el conflicto armado. Llamaremos a respetar la vida", explicó Feliciano Valencia, líder de la Acin.

Del 8 al 11 de octubre, los manifestantes acamparán en los parques para pedir por el derecho a la salud en un momento en el que los hospitales de la capital padecen su peor crisis. Para el 12 se está preparando una movilización nacional llamada día de la Dignidad, cuando estudiantes, indígenas y trabajadores saldrán de nuevo a la calle. La siguiente semana, el 17, la Mesa Ampliada Nacional de Estudiantes (Mane) marchará para la presentación de su propuesta de reforma educativa.

El gobierno también participará en este 'mes de marchas'. El 11 de octubre la Consejería para el Diálogo Social enviará un mensaje para rechazar la violencia y alimentar el optimismo. "Mi aporte es creer", dice la campaña a la que se han sumado Shakira, Falcao y Juanes, entre otras figuras. Como parte del festín de símbolos, la Consejería Presidencial en cabeza de Lucho Garzón busca que ese día los colombianos saquen sus banderas patrias y en lugar de la franja roja pongan una de color blanco que recuerde la paz como anhelo de todos. Esto sin contar que el gobierno impulsará marchas a favor de las víctimas y de la restitución de tierras en Sincelejo y planea otras en lugares históricamente afectados por la violencia.

Aunque probablemente la oleada de marchas sacará a la luz muchos temas sociales no resueltos como el Cauca o la reforma universitaria, también servirá para desfogar las inconformidades de una sociedad poco habituada a la protesta. El desafío del gobierno está en cómo tramitar estas inconformidades al mismo tiempo que inaugura unos diálogos de paz con la guerrilla.