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Entrevista

"Mi carrera política comenzará después de estas elecciones"

María Emma Mejía dialogó con Jorge Leyva, de SEMANA.

20 de octubre de 2003

SEMANA: ¿Ha tenido presiones para retirarse y respaldar a alguno de los candidatos punteros?

Maria Emma Mejia: Sí, pero no lo voy a hacer. Me quedo en esto hasta el final. Me voy a dejar contar.

SEMANA: Pero las encuestas demuestran que no tiene ninguna posibilidad de ganar las elecciones.

M.E.M.: Hay muchas formas de ganar en política. Se puede ganar a corto plazo o a largo plazo. Yo espero ganar a largo plazo. Como dijo el Papa el día que cumplió 25 años de pontificado: "Puede que esté frágil pero sigo adelante".

SEMANA: Algunos observadores creen que usted podría ser el fiel de la balanza entre Lucho y Lozano. En otras palabras, que usted podría decidir la elección con su adhesión.

M.E.M.: Les agradezco el poder que me atribuyen, pero yo siempre he reiterado que no creo que los electores bogotanos sean borregos. Se trata de un electorado maduro y me parece que considerarlo endosable es menospreciarlo.

SEMANA: ¿Cree que con estas elecciones se sacudió la imagen de oportunista que algunos le han atribuido?

M.E.M.: Pero por favor, ¿cómo puede ser oportunista una persona que, según ustedes mismos, tiene la capacidad de inclinar la balanza en una elección y se mantiene firme?

SEMANA: ¿Y qué opina de la puya que le echó el ex presidente Samper en la entrevista de 'El Tiempo' cuando dijo que a usted le daba pena que la asociaran con él?

M.E.M.: Creo que se le olvida que cuando a media Colombia le daba pena que lo asociaran con él yo puse la cara. Y no sólo aquí sino en el mundo entero porque yo era su canciller. Me parece que esos hechos pesan más que sus jueguitos de palabras.

SEMANA: Esta es la primera vez que usted no niega su pasado samperista.

M.E.M.: Yo nunca he negado nada. Los medios se han obsesionado con que soy galanista, gavirista, samperista y hasta pastranista. Por cuenta de esto raras veces me preguntaban por los temas que le interesan a la gente, como el desempleo, la salud, la educación y el orden público.

SEMANA: Pero sí trabajó con Galán, Gaviria, Samper y hasta con Pastrana.

M.E.M.: Eso es cierto. Pero esto no tendría que ser un Inri sino, por el contrario, una buena hoja de vida. He sido consejera de Paz para Medellín, ministra de Educación y canciller. Incluso estuve encargada de funciones presidenciales. Para bien o para mal, esa ha sido mi carrera como funcionaria pública y me siento muy orgullosa de ella.

SEMANA: ¿Y qué sigue ahora?

M.E.M.: Pues aunque suene paradójico yo creo que mi carrera política comenzará después de estas elecciones. Como funcionaria pública adquirí la experiencia y creo que tengo el derecho para volar con mis propias alas. Todos los cargos que he mencionado han sido por nombramiento. Ahora aspiro a crear un proyecto político respaldado por el voto popular.

SEMANA: Pero eso no va a suceder en estas elecciones. Cuando se lanzó por primera vez a la Alcaldía sacó medio millón de votos. Esta vez va a sacar muchos menos.

M.E.M.: Ya lo veremos. Sin embargo, independientemente de cuántos saque, serán votos propios y espero que constituyan la base de un proyecto serio e importante a largo plazo. Prefiero sacar 50.000 ó 100.000 votos de gente que cree en mí que medio millón que podrían ser atribuidos a maquinarias o patrocinios de terceros. La verdad, nunca me he sentido más tranquila conmigo misma que en este momento.

SEMANA: Usted dice que mantiene su independencia y no adhiere a ninguno de los dos candidatos punteros. Pero en el primer debate de televisión dijo al aire que si usted no fuera candidata votaría por Lucho Garzón. Para todo el mundo quedó claro que su corazón está de ese lado.

M.E.M.: No sé si mi corazón esté con Lucho pero definitivamente no está con la corriente política que encarnan Enrique Peñalosa y Germán Vargas Lleras. Creo que una de las buenas cosas que han resultado del desorden institucional que estamos viviendo es que se está presentando un realineamiento de fuerzas basado en diferencias ideológicas. El país necesitaba eso y los partidos tradicionales no se diferenciaban en nada.

SEMANA: ¿Cómo definiría usted ese realineamiento?

M.E.M.: A las fuerzas políticas de centroderecha que han gobernado el país durante el último cuarto de siglo les está apareciendo una corriente de centroizquierda que está cogiendo vuelo y que quiere enfrentarlos por las vías democráticas. De lo que se trata es de revertir una tendencia pero no con balas sino con votos.

SEMANA: Pero si usted y Lucho son de la misma tendencia ¿por qué no se retira? ¿Qué ventaja tiene que haya dos?

M.E.M.: Es que de ahora en adelante no va a haber dos. Va a haber muchos más. Es como si usted le pregunta a Juan Manuel Santos que por qué aspira a la Presidencia si del otro lado ya están Peñalosa y Germán Vargas. También del otro lado va a haber muchos. Y entre más haya mucho mejor.

SEMANA: A usted parece no importarle la desintegración de los partidos políticos.

M.E.M.: Yo creo que tiene que haber partidos. Son la esencia de la democracia. Pero me parece más sano que surjan de las nuevas fuerzas políticas que se están viendo ahora a que nos pongamos a tratar de resucitar los moribundos partidos tradicionales. Hay que volver a barajar.

SEMANA: Nos sorprende la contundencia con que está hablando. ¿Usted cree que si no fuera mujer le hubiera ido mejor en estas elecciones?

M.E.M.: Sí.

SEMANA: Y una última pregunta. ¿Aspira a ser presidente de la República?

M.E.M.: No le contesto eso porque no me creería. Pero sí le digo que aspiro a que el nuevo proyecto que se está creando permita que las mujeres colombianas lleguen hasta la última etapa de sus carreras políticas y no hasta la penúltima, que es hasta donde se nos permite hoy.