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" A MI ME SACAN MUERTO DEL PARTIDO LIBERAL"

ENTREVISTA: ALBERTO SANTOFIMIO

5 de octubre de 1987

SEMANA: Se ha dicho que si el costo de la unión liberal es que usted quede por fuera del partido, el liberalismo está dispuesto a asumir ese costo si es necesario.
ALBERTO SANTOFIMIO: Me niego a creer que alguien con jerarquía dentro del liberalismo se atreva a hacer semejante afirmación. Contraría el espíritu liberal y las realidades políticas. La expulsión, que es lo que ustedes insinúan, no existe sino en las dictaduras. La unión con vetos es un imposible. Sería no el final de una división, sino el comienzo de otra más grave, más prolongada y casi que irreconciliable.

S.: Concretamente, ¿cuál es su posición frente al ingreso de Galán al partido?
A.S.: Una cosa son los acuerdos mecánicos y burocráticos en torno a una alcaldía y otra cosa es la unión liberal. Para que haya unión liberal tiene que desaparecer el Nuevo Liberalismo con personería distinta y autonomía estatutaria y organizativa.

S.: Pero hay quienes dicen que bastaría con que Galán se sometíera a una convención...
A.S.: A la gente se le olvida que existe la ley electoral. Legalmente, Galán no puede pertenecer a dos partidos.

S.: ¿Es incompatible el ingreso de Galán al Partido Liberal con la permanencia suya en el oficialismo? ¿ O dicho en otras palabras, el fin de la disidencia de Galán implica el nacimiento de la disidencia de Santofimio?
A.S.: A mí me sacan muerto del Partido Liberal.

S.: Pero el acercamiento de Galán al oficialismo parece ser muy scrio.
A.S.: Es que Galán no se resigna a perder la mitaca. No se resigna a que se materialice una nueva derrota de su movimiento, pero tampoco se resigna a entrar al partido. Galán no quiere renunciar al instrumento de división permanente que es el Nuevo Liberalismo. Galán quiere que el oficialismo le ayude a pasar el río de las elecciones de mitaca. Pero lo quiere hacer condicionando la política liberal a su estrategia personal.

S.: Pero, al parecer, el Partido Liberal estaría dispuesto a hacerle esta concesión a Galán.
A.S.: El Partido Liberal no tiene dueños ni es propiedad privada de nadie. Los miembros del Nuevo Liberalismo caben en un Volkswagen. Las mayorías del Partido Liberal están en todo el país.

S.: ¿Cuáles son sus diferencias fundamentales con Galán?
A.S.:Tengo con Galán diferencias esenciales. Yo he sido un luchador y él un afortunado. Yo soy un hombre de partido y él de antipartido. Yo soy un hombre modesto de la provincia y él un privilegiado de la capital. Yo he sido un perseguido de la gran prensa y él un consentido. Yo me he hecho luchando contra los ex presidentes. El, en cambio, es un ahijado de los ex presidentes, aún de los conservadores. Yo soy un producto popular y él un producto de la clase alta. Sin embargo, el Partido Liberal siempre se ha movido entre este tipo de tendencias y perspectivas opuestas, y siempre alguna de las dos ha logrado triunfar para constituirse en la línea oficial del partido. Pero la actitud valiente no es la de esconderse ni mimetizarse, sino la de confrontarse para que el pueblo decida. No debe haber situaciones ambiguas. O hay unión liberal, porque las condiciones políticas, programaticas e ideológicas así lo permiten o, por el contrario, hay en las elecciones de mitaca una confrontación entre el Partido Liberal como tal y el Nuevo Liberalismo como partido independiente, inscrito ante el Consejo Electoral. La historia de las disidencias liberales desde Gaitán hasta nuestros días es muy diciente. O las disidencias triunfan y se convierten en la voz oficial del partido, o desaparecen por falta de apoyo electoral y sus protagonistas regresan al seno de la colectividad. Hay varias maneras de regresar al partido. Por ejemplo, López Michelsen regresó por la vía de las ideas, a través de la reforma constitucional del 68. Galán pretende regresar a través de Mestre, por la vía de las a caldías.

S.: Existe la sensación de que este proceso de acercamiento a Galán se ha efectuado a sus espaldas y, sobre todo antes de octubre, cuando le toca su turno en la presidencia de la dirección...
A.S.: De ninguna manera. Con mi voto en la Dirección Liberal se autorizó al presidente rotativo y transitorio, doctor Mestre, para dialogar con el doctor Galán sobre la posibilidad de coincidir en la estrategia electoral para algunas o todas las alcaldías, según fuera la amplitud de las conversaciones y la actitud favorable a un entendimiento. Hasta ahí llegó la autorización de la dirección, y las conversaciones se han desarrollado, hasta donde llegan mis informes, dentro de esa autorización, y todo referendum de las decisiones que la propia dirección, como cuerpo colegiado deberá tomar finalmente. No tenemos en el liberalismo jefatura única, sino dirección plural. Será entonces la dirección la que tome, en últimas, las decisiones.

S.: ¿Hay alguna posibilidad de que usted apoye un candidato galanista para la Alcaldía de Bogotá?
A.S.: En el caso de Bogotá yo no he puesto sino una condición para apoyar un candidato de consenso. Que, además de las obvias condiciones de respetabilidad, calidad intelectual y moral, y conocimiento de los problemas de la ciudad, sea un liberal con lealtad al partido, y que haya contribuido a la elección de Barco como presidente de la República.

S.: ¿Eso significa que usted no estaría dispuesto a apoyar sino a un candidato oficialista?
A.S.: Sí claro, que sea de la mayoría, porque lo más contrario al espíritu liberal y democrático, y al sentido que tiene la elección popular de alcaldes, sería el de hacer un acuerdo por arriba, para darle a la minoría el privilegio exorbitante de tener un candidato en contra del querer de las grandes mayorías que se expresaron en las urnas y que, en el caso de Bogotá, por cuenta del Partido Liberal, doblaron al doctor Galán en el número de concejales y de votos. Además, la Dirección Liberal Nacional debe dar ejemplo de respeto a las normas. No puede violar la resolución que, en materia de elección popular de alcaldes, dictó hace poco menos de un mes y que dice claramente que el derecho de postulación de las alcaldías corresponde a las mayorías.

S.: Denos sus nombres para la Alcaldía de Bogotá.
A.S.: En estricto orden alfabético yo tengo una lista de candidatos que no tienen características grupistas y que suscitarían, a mi juicio, un gran consenso de opinión pública: Juan Martín Caicedo, Abdón Espinosa, Pedro Gómez Barrero, Fernando Hinestrosa, Alvaro Uribe Rueda y Gustavo Vasco.

S.: Tal como van las cosas, la elección del candidato para alcalde en Bogotá y, por consiguiente, el principio de la unión liberal, podría lograrse a través de una de dos fórmulas: o mediante una lista de precandidatos presentada por el oficialismo para que escoja Galán, o a través de una lista presentada por Galán para que el oficialismo escoja. ¿Cuál de las dos fórmulas prefiere?
A.S.: La Direccion Liberal Nacional, antes de cualquier decisión, entregó el manejo previo a un compromisario de excepcional prestancia, Víctor Mosquera. El ha mantenido contacto no sólo con los miembros de la Dirección, sino con personas a las cuales él ha considerado prudente pedir consejo y opinión en este punto, quedando claro que se ha impuesto la tesis de que el candidato de Bogotá será una persona del Partido Liberal y no del galanismo. Lo que corresponde ahora es la mecánica política de la selección del nombre. A mi me interesa la tesis y no el procedimiento. Que la Dirección envíe nombres para que el Nuevo Liberalismo escoja, o que el Nuevo Liberalismo señale nombres para que la Dirección escoja, me da lo mismo. Aunque también habría la posibilidad de que el doctor Mosquera como ex presidente, ex designado y connotado jerarca liberal escogiera de dos listas presentadas separadamente por ambos sectores de nombres liberales oficialistas. Estoy seguro de que escogeria bien, por encima de mezquinos intereses, y porque sabría consultar a la persona a quien se debe consultar, a la persona que logró la más alta votación en Bogotá con su nombre y que, aunque esté viajando, el doctor Mosquera sabrá buscarlo para consultarlo.

S.: Se ha dicho que la presencia de María Eugenia entre el abanico de candidatos presiona la unión liberal.
A.S.: Mi estirpe lopista me hace coincidir con mi maestro en la simpatía por María Eugenia, pero en la imposibilidad de votar por ella, porque no es liberal.