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| Foto: Oficina del Alto Comisionado para la paz

Los militares que desmienten a un senador uribista

Los uniformados, que participan en los diálogos de paz en La Habana, rechazaron las declaraciones del senador Jaime Amín, quien denunció supuestas inconformidades de ellos con el Gobierno.

26 de febrero de 2016

El grupo de oficiales de las Fuerzas Militares y de la Policía que brindan asesoría a los diálogos de paz entre el Gobierno y las FARC en La Habana desmintió inconformidades con el equipo negociador de paz.

Los uniformados salieron en defensa del proceso tras la declaraciones del senador del Centro Democrático Jaime Amín, quien aseguró que existía malestar entre los militares activos debido a que no son tenidos en cuenta en la subcomisión técnica del conflicto.

"Hemos conocido que los seis miembros de las Fuerzas Armadas que están destacados de forma permanente en La Habana en algunos temas de fondo no han sido tenidos en cuenta", señaló el senador.

Amín anunció que los militares tenían listo para hacer público un documento en el que darían a conocer las razones de su malestar.

Sin embargo, tal pronunciamiento no se produjo y, por el contrario, los uniformados apoyaron en bloque los diálogos de paz. "Nuestro trabajo ha sido construido bajo la orientación del ministro de la Defensa, la cúpula de las Fuerzas Armadas y el equipo de plenipotenciarios del Gobierno, en cumplimiento de los lineamientos e instrucciones del Presidente de la República, con los cuales coincidimos integralmente", señala el comunicado que fue firmado por todos los generales designados en la Habana (Cuba).

La participación de los militares y policías en las negociaciones que se realizan en Cuba es clave para discutir las diferentes opciones que existen para que las FARC dejen las armas y se reintegren a la vida civil, además de un cese bilateral del fuego. Para ello, estudiarán casos nacionales y extranjeros.

De esta manera, se desactiva una nueva amenaza al buen ambiente entre el grupo negociador del Gobierno que, por estos días, trata de superar el escandaloso episodio de la guerrilla en Conejo, La Guajira, que desatendió órdenes impartidas por el Gobierno en lo que se refiere a la movilización de jefes de las FARC en el territorio nacional para adelantar las denominadas pedagogía de paz en sus filas.