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El ministro Henao segura que la inequidad se ha reducido y advierte que las ciudades colombianas no están preparadas para el cambio climático. | Foto: Semana

ENTREVISTA

“Yopal no tiene agua por pura corrupción”: MinVivienda

El ministro de Vivienda, Luis Felipe Henao, responde por qué no hay agua en Yopal y Santa Marta.

Cristina Castro, periodista de Semana
9 de abril de 2014

Luis Felipe Henao es uno de los principales protagonistas del VII Foro Urbano Mundial que se realiza en Medellín por estos días. En su calidad de ministro organizador del certamen ha tenido una agenda como de jefe de Estado y se ha reunido con los pesos pesados de la planeación urbana del planeta como el premio nobel de Economía, Josepg Stiglitz. Henao está seguro de que este foro impactará la planeación de las ciudades en Colombia, dedicó espacio a la problemática de la falta de agua en dos ciudades y señaló como responsable a la corrupcción. Semana.com habló con él. 


Semana.com: En la inauguración del foro usted dijo que era prioritario que las ciudades se adaptaran al cambio climático. ¿A qué se refiere con esa advertencia? 

Luis Felipe Henao:
Me refiero a que vivimos en un planeta cada día más urbanizado. En Colombia el 75 por ciento de la población vive hoy en ciudades. Hoy salir en China, por ejemplo, es un peligro porque existe una gran polución. Lo mismo está pasando en México y en Santiago de Chile. Si no tomamos ya decisiones sobre políticas amigables en las ciudades, que es donde más personas viven y mas amenazas hay, estas van a terminar siendo insostenibles. 
 
Semana.com: ¿Cree que las ciudades colombianas están hoy preparadas para ese fenómeno? 

L. F. H.:
No. Las ciudades colombianas no están preparadas para el cambio climático. Yo creo que estos foros lo que hacen es que esa discusión se vuelva actual, que las ciudades puedan hacer políticas para ser resilientes a los cambios del clima, es decir que sean capaces de enfrentar esas transformaciones que se dan por hechos atribuibles a la naturaleza o al mismo hombre. 

Semana.com: El tema de este foro es la inequidad. Usted dijo que el gobierno Santos ha reducido esas cifras más que en los ocho años de Álvaro Uribe. Pero luego el presidente reconoció que en un informe de la ONU el país se raja. ¿Esto no es una contradicción? 

L. F. H.:
No hay ninguna contradicción. Como ha dicho el presidente Santos, el informe de la ONU es una foto a 2010. Lo que yo he contado en este foro es qué pasó de 2010 a 2014. Lo que encontramos es que entre 2002 y 2010 cinco ciudades empeoraron en los niveles de inequidad y entre 2010 y 2013 se quiebra esa tendencia. Hemos mejorado dos puntos porcentuales en esas mediciones. Eso sigue siendo supremamente alto y debemos trabajar mucho más ahí. Pero la tendencia se empieza a quebrar en este gobierno. De las trece ciudades principales del país, once mejoraron sus niveles de equidad y dos, Pasto y Montería, quedaron estancados. Los índices Gini y Palma demuestran que en estos tres años la diferencia entre ricos y pobres disminuyó. 

Semana.com: Me imagino que usted le atribuye esto al programa de las 100.000 viviendas

L .F. H.:
Tampoco. Es un conjunto de factores, pero la vivienda sí es uno de los que resuelve la pobreza. El 68 por ciento de las personas a las que les estamos entregando una casa no tenían antes servicios públicos, no tenían piso, muchos no tenían ni siquiera baño. 
 
Semana.com: ¿Y esa meta sí se puede cumplir? Muchos dicen que el Ministerio va atrasado para llegar a las 100.000 viviendas.

L. F. H.:
Yo creo que es un programa muy exitoso, pero claro que en el ministerio todos creemos eso. Hoy me reuní con Stiglitz. Le parece un programa muy importante por la gran informalidad que tiene Colombia pues efectivamente antes la gente no tenía como pagar un crédito. Esas viviendas atacan varios problemas como la desnutrición de los niños pues muchas veces las mamás no tenían con qué comprarles un almuerzo porque lo que ganaban se iba todo en el arriendo. Hemos terminado casi 60.000 viviendas. Estamos en proceso de entregarlas y creemos que para finales de 2014 todas las viviendas estarán terminadas. 

Semana.com: Pero ese programa finalmente solo impacta a la población más pobre entre los pobres. Hay otro segmento de personas que trabajan, no alcanzan a clasificar en ese programa, pero tampoco tienen cómo pagar una cuota inicial o un crédito. 

L. F. H.:
La política de vivienda no es solamente para un grupo. Nosotros sabemos que en Colombia hay personas talla s, m, l y xl, y que todos tienen necesidades. Para quienes ganan entre uno y dos salarios mínimos, que también están en un grado de vulnerabilidad, tenemos un programa de 86.000 viviendas. Esas casas no son gratis, pero las cuotas son muy manejables y no superan los 200.000 pesos mensuales. Para la clase media desarrollamos el subsidio a la tasa de interés. Tenemos otro programa para los jóvenes, en alianza con el Banco Mundial. La idea es que ellos puedan tener una transición en la que accedan a un subsidio pero puedan vivir en arriendo mientras compran su casa. 

Semana.com: Cambiando de tema, una de las grandes discusiones de las ciudades es el agua. ¿Por qué si Colombia es tan rica en ese recurso, capitales como Santa Marta sufren de racionamientos y sequías? 

L. F. H.:
El problema de Santa Marta es que no estaba bien planificada. En otras palabras, no supo responder a los cambios poblacionales. Pasó de tener 250 mil habitantes a 500.000. A eso se suma que por cuenta del desplazamiento hay grandes cinturones de miseria y hay que reconocer la realidad. Por otro lado, tampoco han hecho inversiones importantes en infraestructura. Los cauces de sus ríos han disminuido por la deforestación y otros problemas. Hay que mirar otras fuentes de agua, estamos viendo si toca traerla del Magdalena o incluso desalinizarla. Entonces estamos ante una ciudad a la que le llegó el problema y no sabía cómo solucionarlo. En este momento se realizan estudios para saber cuál podría ser la nueva fuente de agua. 

Semana.com: ¿Y Yopal? Nadie entiende como una ciudad puede vivir sin acueducto tres años, sin que nadie haga nada. 

L. F. H.:
Yo creo que el problema de Yopal es eminente corrupción. Yo lo he denunciado penal y disciplinariamente. Cuando el problema comenzó no dejaron que el gobierno nacional interviniera. Solo pudimos entrar cuando la Procuraduría se pronunció y lideramos con ellos unas mesas. Gracias a esa intervención, Yopal entró al plan de aguas. Eso es importante porque ahí el ministerio al menos puede ver los diseños de lo que se va a hacer. Antes no podíamos ver esos planes y la ciudad terminó apostándole a una planta modular que finalmente no funcionó. En este momento estamos a la espera de que en junio nos entreguen unos diseños para poder sacar a licitación la obra que Yopal necesita. Pero como le dije, las denuncias de corrupción que hay son muy graves. 
 
Semana.com: En este foro se ha hablado mucho de ciudades sostenibles. ¿Qué entiende por ese concepto? 

L. F. H.:
Para poder tener una ciudad sostenible, hay que tener una ciudad inteligente. Esto quiere decir una ciudad que tenga un desarrollo económico, un desarrollo social y un desarrollo ambiental. Es imposible privilegiar solamente uno de esos tres factores. No hay ciudad sostenible si no hay equidad, si las personas no tienen una buena forma de movilizarse, si no hay buenas fuentes de trabajo y si el cuidado de la naturaleza no es predominante a la hora de tomar decisiones territoriales. La equidad se manifiesta de muchas formas y una de ellas es el espacio público. Los ricos tienen como pagárselo a través de clubes y otras formas de esparcimiento, pero los pobres no. Las ciudades tienen que tener espacios de encuentro para sus ciudadanos. Tienen que recuperar sus ríos como lo está haciendo Santa Marta, Cartagena, Montería o Valledupar. Entiendo que la sostenibilidad implica planear y saber cuáles son los riesgos. 
 
Semana.com: Usted dijo que hay que planear las ciudades para el post-conflicto.¿Eso qué quiere decir?
L. F. H.:
Lo quiero decir es que así no hayamos firmado la paz tenemos que tener unas ciudades que tengan la posibilidad de adecuarse a las exigencias que esta va traer. Para lograrlo hay que tener una mejor interrelación con el campo, generar economías de corto alcance que permitan lograr procesos de transición entre el campo y la ciudad, que los productos de los campesinos lleguen rápido y fácil a las tiendas de las capitales. Entiendo por una ciudad preparada para el post-conflicto contar con programas de acompañamiento a las víctimas, no solamente desde el punto de vista sicológico sino laboral. El post conflicto implica crear oportunidades para todas las víctimas de la violencia y tener abierta la discusión de cómo podemos llegar a la reconciliación. 

Semana.com: Por último, de las experiencias que usted ha visto en este foro, ¿cuáles le han dado envidia y le gustaría promover en Colombia? 

L. F. H. :
Este foro tiene experiencias extraordinarias. Me impresionó, por ejemplo, el proceso de arrendamientos que tiene Estados Unidos. También México que está reorganizando los procesos de vivienda y le ha dado más peso a la vivienda rural. Ellos generan a través de recursos del Estado suelos mejor ubicados para las personas más vulnerables. Pero lo que más me deja este foro es que hay que tener cuatro procesos para lograr las ciudades que queremos. 1) Solidaridad, porque la suerte que tiene una persona es la misma suerte de la ciudad. 2) Transparencia: la corrupción le quita oportunidades a las personas y afecta la democracia. 3) Resiliencia para enfrentarse a los retos del cambio de clima. 4) Calidad de vida pero con proyectos que superen las administraciones, que haya un contrato social donde sea la gente la que pueda decir cuáles son las obras que más les interesan y que esas obras vinculen a sus gobernantes. Si algo he aprendido en este foro es que el empoderamiento de la sociedad es lo que finalmente termina determinando que a las ciudades les vaya bien o mal.