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MISION IMPOSIBLE?

El gobierno de César Gaviria empieza a pensar lo impensable: desarmar a los colombianos.

14 de octubre de 1991

NO FUERON POCAS LAS PERSONAS QUE SE sorprendieron al escuchar al nuevo ministro de Defensa. Rafael Pardo Rueda, afirmar en su primer discurso como jefe de esa cartera que una tarea fundamental del Gobierno era la de emprender el desarme de los civiles en el país.
La sorpresa radicaba en que, por un lado, las declaraciones públicas sobre ese tema en administraciones anteriores habían estado enfocadas en el sentido contrario, el de la necesidad de armar a los civiles, y porque en Colombia ha habido tanta violencia en forma ininterrumpida y desde épocas tan remotas que hoy en día hay millones de colombianos que consideran que andar con un revólver pegado a la cintura hace parte de los derechos inalienables de la persona humana.
En la historia de Colombia es difícil encontrar un período en el que la convivencia entre los ciudadanos haya sido pacífica. Por medio de la violencia se logró el dominio sobre los indígenas nativos por parte de los españoles; los comuneros trataron de quitarse el yugo a través de las armas; la independencia se logró a punta de mosquetes; la organización política del país se decidió a bala entre radicales y conseradores; los conservadores y los liberales se disputaron su hegemonía por un sistema tan sangriento que la époea se llamó