Home

Nación

Artículo

El botín de los asaltantes fue de seis celulares, un par de gafas, un reloj y $60.000 pesos en efectivo. | Foto: Guillermo Torres

Bogotá

Monserrate: la salida de campo que terminó en robo

El trabajo de unos estudiantes de criminalística pasó a ser una aterradora experiencia.

11 de marzo de 2013

Alrededor de las 11:00 a. m. del pasado domingo 10 de marzo, un grupo de estudiantes de Investigación Criminal de la Universidad Manuela Beltrán realizaba un trabajo de campo en el que simulaban cómo realizar acciones de Policía Judicial. Lo que nunca se imaginaron es que ellos mismos terminarían siendo las víctimas reales en la escena de un crimen.

Retirados considerablemente de los senderos habituales del cerro, los 30 estudiantes, sus dos instructores y un auxiliar bachiller enviado por la Policía para dar apoyo en seguridad fueron abordados por cuatro jóvenes, dos de ellos armados con revólveres calibre 38. La acción delictiva se dio de manera sorpresiva, 26 de los estudiantes salieron corriendo desesperadamente al recibir las primeras amenazas, mientras que dos de los delincuentes también perdieron el control y se alejaron de sus cómplices. 

El robo siguió su curso ahora sólo entre dos delincuentes, los docentes, el auxiliar de policía y cuatro estudiantes. En medio de insultos, amenazas de muerte e intimidación con las armas, Álvaro Muñoz, uno de los encargados de la actividad académica y cinturón negro, intentó enfrentar a los ladrones con su experiencia en artes marciales.
Infortunadamente, sus reacciones defensivas resultaron en una herida en la cabeza por un golpe contundente con uno de los 38 y un hombro dislocado al caer mal, cuando intentaba dar una patada 'voladora'.

Según confirmaron la Policía y una de las victimas, el botín de los asaltantes fue de seis celulares, un par de gafas, un reloj y 60.000 pesos en efectivo.

En el momento de la primera estampida, varios estudiantes se cayeron mientras corrían, lo que dio como resultado seis lesionados más, con laceraciones menores. El susto no fue menor. El trabajo de campo se convirtió, de un momento a otro, en una experiencia extrema que nunca olvidarán.

Las denuncias están interpuestas y los retratos hablados ya hacen parte de la investigación. La Policía, después de los hechos, realizó una pesquisa con más de 60 uniformados, incluida la caballería, que no arrojó ningún resultado relevante.

Para la Policía Metropolitana, estos hechos ocurren por la imprudencia de los visitantes que insisten en no tomar las rutas custodiadas por los patrulleros y, por otro lado, por la cercanía de Monserrate a sitios con un alto nivel de delincuencia.

Las autoridades recordaron a los transeúntes que en los cerros orientales existen cuatro senderos autorizados: el de la calle 78, dos que salen del Parque Nacional y el del Santuario. 

No es la primera vez que en este sector turístico de Bogotá se presenta este tipo de actos delictivos. El hecho más recordado fue el de mayo del 2011, cuando aproximadamente 30 clientes del restaurante San Isidro fueron victimas de 10 atracadores.