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MUERTE EN SAN ANDRES

El horripilante caso de Olga Lucía Delgado no es el primero.

8 de octubre de 1990

Las agujas del reloj marcaban las 6:30 de la tarde del pasado 1 de septiembre cuando Olga Lucía Delgado abandonó su habitación en el hotel Tiuna. Era su última noche en la isla de San Andrés. Tres días atrás había llegado con la ilusión de cumplir un sueño: conocer el mar. Pero su sueño se convirtio en tragedia.
Olga Lucía era una empleada de Avianca y trabajaba en el salón El Exclusivo del aeropuerto El dorado como guía de los pasajeros de primera clase. Hacía dos años que había ingresado a la compañia aérea y eran sus primeras vacaciones. Esa noche del sábado 1 de septiembre, antes de salir de la habitación, vestida con una blusa de lino, pantaloneta azul y tenis blancos, Olga Lucía acordó con sus padres que en media hora se encontrarían en la puerta del hotel para ir a cenar y luego regresarían a empacar las maletas, pues al otro día tenían que madrugar al aeropuerto. Fueron las últimas palabras que doña Aleida Ceballos y don Héctor Delgado, intercambiaron con su hija. Fue la última vez que la vieron. "Tenía un mal presentimiento. Desde que llegamos a San Andres se me metio en el corazon que algo malo iba a ocurrir.." , señaló a SEMANA, Aleida de Delgado.
Y ese palpito de una desgracia comenzó a rondar en la familia Delgado cuando doña Aleida bajó a la recepción del hotel y no encontró a su hija. La buscó por todas partes y nadie dio razón de ella. "Nosotros pensamos que se había ido a dar una vuelta. Nos sentamos a esperarla pero no llegó. Las horas pasaron y ella no aparecía. Estaba muy angustiada, sabía que algo había ocurrido" , agregó Aleida de Delgado.
Entonces, los Delgado subieron a su habitación. Doña Aleida se pegó a una de las ventanas del cuarto que daba a la calle principal y mientras esperaba el regreso de su hija dejó correr la película desde que abordó uno de los aviones de Avianca el jueves 30 de agosto en Bogotá rumbo a San Andrés. Recordó que ese día, cuando el avión paró en la plataforma del aeropuerto de la isla, su hija quedó como hipnotizada cuando vio el mar. Luego recordó que cuando llegaron a la playa, Olga se lanzó a las aguas azules y cristalinas del Caribe y sólo reaccionó cuando comprendió que ella no sabía nadar.
El primer aviso de la tragedia lo tuvo doña Aleida la primera noche cuando Olga Lucía salió con un grupo de amigos del trabajo, que también estaban de vacaciones, a una fogata en la playa. "No se demoro mucho. Regresó antes de la media noche. Llegó asustada. No quería hablar. Yo la miré y vi que en su cuello, a la altura de la garganta, tenía dos morados. Le pregunte qué le había ocurrido, pero ella no quiso contestar", indicó Aleida Delgado.
Su triste historia continúa: "El sábado nos fuimos a conocer El Acuario y Johnny Cay. Aquí comenzaron los problemas. Cuando llegarnos a Johnny Cay, había un grupo de isleños que estaban como borrachos y no le quitaban la mirada a Olga. Uno de los negros trato de abordarla, pero ella no le paro bolas. La siguieron molestando, entonces decidimos que lo mejor era regresaral hotel", dijo Aleida Delgado.
Cuando regresaron al hotel, sus padres le pidieron a Olga Lucía que esa noche no saliera a ninguna parte. "Fue cuando decidimos que comeríamos juntos. Mientras nosotros nos arreglábamos ella bajó a la recepción a esperarnos. Los empleados del hotel fueron los últimos en verla. Olga salió de hotel y se sento en un muro de piedra que divide la playa de la avenida. Después nadie volvió a saber nada de ella".
En vista de que eran las cuatro de la mañana del domingo y Olga Lucía no regresaba, los Delgado decidicron salir del hotel en busca de un puesto de policía donde contaron que su hija se había perdido. "Un agente nos contestó que a las 8:30 de la noche del sábado habían encontrado el cadáver de una jovencita ahogada. Nosotros nunca pensamos que fuera ella. Por eso hasta las 9:00 a.m. del domingo la buscamos por todas partes. Sólo al final decidimos ir al anfiteatro. Allí estaba. Completamente irreconocible. Había sido golpeada y los que se la llevaron abusaron de ella".
El final trágico de Olga Lucía Delgado no es el primero que ocurre en San Andrés. En los úllimos tres meses varias turistas han sido ultrajadas por pandillas de nativos. Hace un mes el cuerpo sin vida de un joven turista apareció en la playa. La autoridades lo habían mantenido en secreto para no espantar el poco turismo que por esta época llega a la isla. Por el momento, las investigaciones de la muerte violenta de la empleada de Avianca sigue siendo una incógnita. El jueves pasado fue detenido un lanchero que responde a la descripción que hicieron los padres de Olga Lucía del hombre que en Johnny Cay trató de acercársele a la joven.