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Sildana Maestre (der.), la mujer que habría sido víctima de un disparo por parte de su esposo Ricardo Molina Araujo (izq.). | Foto: Archivo particular

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Murió Sildana Maestre, la mujer que recibió un disparo de su marido

La mujer se encontraba en la Clínica del Country, en coma inducido y con pronóstico reservado.

28 de mayo de 2014

Este miércoles los médicos de la clínica el Country reportaron el fallecimiento de Sildana Maestre, prima del exprocurador general Edgardo Maya, quien había sido víctima de un ataque con arma de fusil por parte de su esposo Ricardo Molina Araujo.

El hecho ocurrió el pasado 26 de abril y conmocionó a Valledupar. Uno de los disparos perforó la cabeza de Sildana y desde entonces fue traslada a Bogotá donde se mantuvo en estado reservado.

La noche anterior al triste episodio Molina había estado con amigos ganaderos en el Hotel Sonesta y pasada la una de la mañana salió para su casa ubicada en el barrio Novalito, al norte de la ciudad. Al llegar, su esposa, Sildana, le recriminó haber llegado tarde y se presentó una discusión.

Él, para intentar ponerle fin, sacó su pistola y disparó al aire. En total, las autoridades encontraron 16 proyectiles en la habitación, 13 pegaron en el techo y tres en las paredes. El arma que utilizó Molina fue una pistola CZ de fabricación checa que tiene precisamente capacidad para 16 proyectiles de 9 milímetros.

En un momento dado, una de sus hijas le pidió que parara esa locura. “Mi papá descargó el arma y amagó a la pared creyendo que estaba desocupada, apuntó y disparó”, explicó la joven en un testimonio escrito que leyó el abogado defensor de Molina. La otra hija, que también estaba en la habitación, según El Heraldo dijo que su papá sacó el cargador “y luego se le disparó la pistola”. Ese fue el último disparo: el proyectil rebotó en la pared y penetró la cabeza de su esposa.

Cuando vio que Sildana se desplomó, a Ricardo se le pasó la borrachera y llamó a su cuñado Carlos Alberto Maestre, hermano de la víctima. Después de contarle lo ocurrido entre los dos la llevaron a la Clínica Valledupar donde la intervinieron para estabilizarla, pero no pudieron extraer la bala.

El sábado 26 de abril, en horas de la mañana, Edgardo Maya Villazón exprocurador general de la Nación, primo muy cercano de Sildana, se la llevó a Bogotá en un avión hospital y desde entonces estuvo en coma inducido con pronóstico reservado. Para Maya ha sido un drama por partida doble, pues Ricardo, el agresor, es hijo de Consuelo Araújo, la Cacica, quien fue su esposa hasta su trágica muerte en 2001.

El hecho conmocionó a Valledupar, pero cinco días después, el martes 29 en la noche, arrancó el Festival de la Leyenda Vallenata y la historia de Ricardo y Sildana pasó a un segundo plano.

Ricardo es hijo del patriarca Hernando Molina y la periodista y fundadora del Festival de la Leyenda Vallenata Consuelo Araújo Noguera, conocida como la Cacica, quien se hizo famosa por sus fogosas columnas periodísticas en los años setenta en el diario El Espectador. Ambos, amigos de parrandas del maestro Rafael Escalona.

De la unión entre Molina y Araújo hubo cuatro hijos, Rodolfo, presidente del festival vallenato; Hernando, exgobernador; Andrés, abogado y periodista, quien tiene un programa en Radio Guatapurí, y Ricardo, el hijo que se ha mantenido alejado de la vida social y política, dedicado a administrar las tierras y ganados de la familia.

Ricardo había logrado llevar una vida lejos del poder y de la vida social, muy distinta a la que han llevado sus hermanos y sus primos los Araújo. Es un ganadero de tiempo completo, hombre de pocas palabras y, al parecer, como dicen en el Caribe, es de muy mala bebida.

Sildana fue siempre considerada la compañera perfecta. Una mujer juiciosa, que trabajó en la rama judicial y en su calidad de contadora llevó las cuentas de la finca. Después de la muerte de la Cacica se hizo cargo del manejo de la casa de su primo Edgardo Maya, uno de los más afectados con esta tragedia, quien además tiene su residencia al frente de la de la pareja.

Entretanto, su esposo Ricardo permanece tras las rejas y ahora se complica todavía más su situación judicial pues deberá responder por la muerte de su compañera, un hecho que consterna a la sociedad cesarense.