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En La Guajira la gente busca agua hasta debajo de la tierra. Además de la calamidad de los niños desnutridos, sus reses (foto de abajo) y todos sus animales están muriendo de sed. | Foto: Foto: Betty Martínez

CLIMA

Nadie se preparó para El Niño

La llegada del fenómeno climático estaba más que anunciada, pese a ello casi nadie se preparó para la emergencia. ¿Por qué?

26 de julio de 2014

Miles de niños amenazados por desnutrición. Comunidades enteras que mueren por una gota de agua. Reses enflaquecidas que buscan desesperadas cualquier vestigio de humedad y miles de pelícanos que caen agonizantes sobre la arena ardiente de una playa pulverizada por el sol.

Cualquiera diría que esas imágenes son de África, pero la triste realidad es que resumen la crudeza que padece buena parte del territorio colombiano por cuenta de un problema climático conocido como Fenómeno de El Niño, un periodo de escasez de lluvias donde el verano se torna prolongado e inclemente.

Una muestra de ello es lo que ocurre en el norte del país. Luego de que SEMANA publicó el especial ‘S.O.S La Guajira’, el defensor del Pueblo, Jorge Otálora, confirmó que 37.000 niños están desnutridos y unas 60.000 personas requieren ayuda humanitaria. De hecho, en ese departamento se declaró Calamidad Pública en 8 de los 15 municipios por cuenta de la sequía.

En Santa Marta, Magdalena, el servicio de agua potable llega en carrotanques porque el sistema de acueducto colapsó ante el bajo nivel de las aguas. Mientras tanto, los cultivadores de arroz de Cesar y La Guajira reportan pérdidas parciales cercanas a los 7.000 millones de pesos, debido a la falta de lluvias; el calor arrasó el 47 por ciento de los cultivos. La industria avícola en Santander también lanzó su voz de alerta, debido al fuerte verano que los obligó a reducir su producción en un millón de aves y los ganaderos aseguran que han muerto más de 40.000 reses. Toda una hecatombe.

Lo irónico de esta emergencia, que por ahora se enquistó en los siete departamentos del Caribe, es que nada de lo que ocurre es nuevo y lo que es peor, la crisis fue advertida con suficiente tiempo para amenguar su impacto. “Hay una probabilidad de cerca del 68 por ciento de que El Niño comience a mediados de año (julio, agosto y septiembre) y del 79 por ciento de que su fase de máximo desarrollo ocurra en el último trimestre de 2014 (octubre, noviembre y diciembre)”, advirtió Ómar Franco, director del Ideam, en rueda de prensa el pasado 24 de abril. ¿Por qué no hubo preparación para la emergencia?

Aunque la Unidad de Gestión del Riesgo activó el Plan Nacional de Contingencia, todo indica que muy pocas autoridades tomaron en serio el asunto. Prueba de ello es que hay 117 municipios de 22 departamentos con alertas por posible desabastecimiento de agua.

Llama la atención que Colombia siga actuando como si fuera la primera vez que llegara El Niño, un problema que ha padecido con severidad cinco veces en los últimos 22 años. Nadie olvida, por ejemplo, el famoso apagón de 1992 o las pérdidas agrícolas y de pesca marítima en 2006. Por no hablar de que hace apenas tres años el país estaba con el agua al cuello por la emergencia invernal de La Niña; atender esa crisis costó billones de pesos. Hoy la película parece repetirse pero al contrario, por una cruel sequía.

El presidente Santos convocó este jueves un Consejo de Ministros en Soledad Atlántico, y aunque se pensó que le echaría mano a una de las figuras de emergencia social o económica para agilizar recursos y mitigar la crisis, solo anunció 36.000 millones de pesos, entre otras cosas, para construir pozos de agua en La Guajira y Santa Marta. Y el ministro de Agricultura Rubén Lizarralde prometió ayudas para los ganaderos y arroceros.

Todo eso deja entrever que el problema se atenderá a posteriori, cuando lo ideal sería la prevención, es decir, que se tomaran acciones con meses de antemano, como están haciendo en Antioquia. El gobernador Sergio Fajardo reunió hace año y medio a distintas entidades y gremios y con una inversión de3.000 millones de pesos aplicaron un plan de prevención ya sea para el Fenómeno de El Niño o la Niña. El proyecto ya tiene a 55.000 personas capacitadas en manejo de agua, cuidado de cuencas y bosques, control de quemas, “permitió establecer 2.700 puestos de enlace en toda la región para difundir alertas tempranas”, explicó César Hernández, de Prevención y Atención de Desastres. Y hoy, a diferencia de otros departamentos, los niveles de agua están bien allí.