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NESTOR ELI HABLA EN SERIO

22 de abril de 1996

Los televidentes colombianos identifican a Jaime Garzón con sus personajes Néstor Elí, Dioselina Tibaná y Godofredo Cínico Caspa. Pero pocos saben que detrás de ese gran humorista hay también un colombiano preocupado por la situación nacional. Mitad en serio y mitad en broma,
SEMANA dialogó con esta popular figura para preguntarle por el estado de la Nación. Semana: ¿Qué cree usted que sucedió en la campaña con los dineros calientes? En otras palabras ¿quién sabía y quién no sabía?
Jaime Garzón: Creo que entró plata del narcotráfico a espaldas de los elefantes. Los únicos que a ciencia cierta sabían eran los Rodríguez, que no han querido decir quiénes sabían.
Semana: Entonces, ¿de qué es responsable Samper?
J.G.: De no saber o de saber y no contar. Ambas cosas son igualmente graves.
Semana: ¿Qué opina usted de los otros protagonistas, Botero y los tres ministros llamados a indagatoria?
J.G.: De Botero, él es masón y faltó al juramento de la masonería, que es llevarse los secretos a la tumba.
Semana: ¿Y de los otros tres ministros?
J.G.: Esos sí se van a llevar el secreto a la tumba, pero antes lo tumban. Se lo juro.
Semana: ¿Qué piensa del Fiscal?
J.G.: No sé si saben que uno de mis perros se llama Fiscal y lo puse así porque se las huele todas, no ladra pero muerde.
Semana: Pero usted es amigo personal de todos los acusados. ¿Cómo combina su mamadera de gallo con sus críticas a ellos? Según nos dicen todos han desfilado por las comidas semanales que usted hace en su casa...
J.G.: Todos son culpables. Lo que pasa es que tienen mi casa por cárcel.
Semana: ¿Y cómo son sus relaciones con el Presidente de la República?
J.G.: Como las de cualquier propietario de apartamento con su portero: libres y espontáneas.
Semana: Hablando en serio. Usted se ve con frecuencia con el Presidente a pesar de que le tira rayo todo el tiempo en Quac. ¿Cómo son sus relaciones con él?
J.G.: Es una relación franca y amable porque en realidad yo lo critico a sus espaldas.
Semana: ¿Cuál es su opinión sobre la renuncia del Presidente?
J.G.: Justa y necesaria.
Semana: ¿Cree que se va a producir?
J.G.: En el Edificio Colombia se ven cada vez menos visitantes y más escoltas. Pero la decisión final sobre su salida depende de quienes lo eligieron: los Rodríguez y Julio Mario.
Semana: Usted siempre ha sido íntimo amigo de Andrés Pastrana. ¿Cómo ve sus posibilidades?
J.G.: Le veo más posibilidades a Misael.
Semana: ¿Y a Juan Manuel y a Noemí cómo los ve?
J.G.: Juan Manuel ya ni se ve. Y Noemí, que por su dulzura femenina hubiera sido la perfecta para una reconciliación nacional, se nos convirtió en una Policarpa Salavarrieta.
Semana: ¿Qué opina usted de adelantar las elecciones?
J.G.: ¿Quién las va a financiar? Los Rodríguez no se aguantan otro conejo. A Santacruz lo mataron y Santo Domingo prefiere a De la Calle porque le sale gratis.
Semana: ¿Qué opina usted de De La Calle?
J.G.: A mí personalmente no me gusta porque si sube se va Samper y sin él no hay a quién tirarle rayo en Quac. Por eso es que en Quac somos samperistas.
Semana: De La Calle ha dicho que su contribución al país es que es silencioso pero no ausente...
J.G.: Para mí los que han estado silenciosos pero no ausentes son los Rodríguez. Eso sí es contribución de verdad.
Semana: ¿A qué le atribuye usted ese silencio de los Rodríguez Orejuela?
J.G.: Hay un dicho en el mundo del hampa: los bandidos son varones. En el proceso 8.000 ha funcionado de lado y lado: los bandidos han resultado varones y los barones, con 'b' larga, han resultado bandidos.
Semana: Bueno, y cambiando de tema, ¿cuál es su próximo proyecto después de Quac?
J.G.: Estoy escribiendo un libro que se llama De la patria boba a la patria loba. De los Rodríguez Gacha pasamos a los Rodríguez Gucci, del cartel de Cali al Cartier de Cali. En fin, Colombia, que antes babeaba, ahora aúlla.