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"No es un año para celebrar la libertad de prensa en América Latina"

La periodista e investigadora María Teresa Ronderos, quien participó en la elaboración de uno de los manuales para periodistas que cubren conflicto, habló con Semana.com sobre la libertad de prensa y los consejos que debe seguir un periodista en lugares de riesgo.

3 de mayo de 2012

A la luz de los hechos, el periodismo no parece tener motivos para celebrar su día mundial, el de la libertad de prensa. Este 3 de mayo, los aplausos que se deberían llevar los reporteros del mundo que levantan sus voces para denunciar, están silenciados porque varios de ellos no pueden cumplir con su oficio.

La desaparición del periodista francés Romeó Langlois, en una zona de conflicto en Colombia y el asesinato de la periodista mexicana Regina Martínez, quien trabajaba para la revista de ese país, Proceso, ocurridos en los últimos cinco días, son dos ejemplos de la falta de garantías para ejercer la profesión que persisten a pesar de las continuas exigencias internacionales para que los periodistas puedan cumplir con el deber de informar sobre lo que ocurre en el mundo.

Igualmente revelador, sobre la situación que vive la prensa, resulta el informe publicado por Reporteros sin Fronteras que da a conocer que en el mundo es asesinado un periodista cada cinco días, es decir 73 al año.

“No hay nota que valga una vida”

El secuestro de periodistas por extorsión o rédito político ha ocurrido con frecuencia. Numerosos casos han sido denunciados en países como Colombia, Filipinas, Rusia, Irak, Pakistán, Afganistán, México y Somalia. Según una investigación realizada por el Comité para la Protección de los Periodistas, CPJ por sus siglas en inglés, sólo en Afganistán al menos 20 periodistas y trabajadores de medios fueron secuestrados por grupos criminales de insurgentes desde 2007 hasta 2011.

Precisamente la CPJ, una organización apolítica y fundada por periodistas estadounidenses para luchar contra abusos contra la prensa, publicó su manual más completo de seguridad para periodistas. (Vea aquí el manual)

Entre las recomendaciones que se les hace a los periodistas se les pide que reevalúen los riesgos de manera frecuente a medida que las condiciones cambien. Sobre este punto Terry Anderson antiguo corresponsal de la agencia Associated Press en Medio Oriente, y quien fue tomado como rehén en Beirut durante casi siete años, escribió al terminar su cautiverio escribió que "no hay nota que valga una vida".

"Siempre, en forma constante, cada minuto, mida los beneficios en comparación con los peligros. Y tan pronto como se sienta poco confortable con esa ecuación, tome la decisión de irse, abandone el lugar. No vale la pena", asegura Anderson.

El manual que reivindica el derecho que tienen los periodistas a cubrir el conflicto, dice que el mejor antídoto es la precaución y enumera varias indicaciones: Viajar en equipo a las zonas peligrosas, asegurarse que haya un individuo local confiable que conozca los planes y preparar un plan de contingencia con información de contacto para que la gente y grupos puedan llamar en el caso de que desaparezca.

Para la periodista e investigadora María Teresa Ronderos, quién participó en la elaboración del 'Manual Para Cubrir la Guerra y la Paz', dirigido a los periodistas colombianos, las recomendaciones generales que se hacen, son sobre todo, no ir a una zona en la que no se tengan personas que lo puedan guiar, quienes sean independientes de las partes en conflicto. "Se debe ser muy prudente, claro y transparente sobre la labor que se está haciendo, no decir mentiras y que la gente sepa sobre qué se está escribiendo".

Ante las críticas que se le hacen a los periodistas por adentrarse en zonas peligrosas, Ronderos asevera que "una de las maneras de ser irresponsable es no informar, eso sería ser irresponsable, porque uno como periodista tiene que contar lo que está sucediendo, aunque esto suponga riesgos".

Sobre los problemas que enfrenta la libertad de prensa, la periodista señala que esto resulta muy complicado en países como México, Honduras o Guatemala, donde el crimen no deja informar, aunque advierte que este no es el único enemigo. "En otras zonas de América Latina, son los gobiernos los que creen que su defensa de la igualdad significa perseguir a la prensa que es crítica, como en los gobiernos de Hugo Chávez y de Rafael Correa".

En el caso de Ecuador, la periodista explica que el caso que enfrentó al presidente Correa con el periódico El Universo, en el que el mandatario demandó a un columnista de este medio, se hubiera podido manejar de una manera menos autoritaria porque lo que terminó haciendo fue lanzar un mensaje peligroso para los que ejercen el oficio. "En estos casos, cualquiera que critica al poder lo tildan de vendido o de antipopular, no creo que sea un año para celebrar la libertad de prensa en América Latina", señala.

Respecto a la situación en Colombia, son varios los obstáculos que enfrenta la prensa. "Está el conflicto, el crimen organizado y los políticos corruptos, además de otras limitaciones que impiden gozar de pleno la libertad de los periodistas como las dificultades económicas por los bajos sueldos de los periodistas, la falta de educación y el monopolio de los medios de televisión", dice Ronderos.

Sin embargo, la periodista explica y concluye que Internet ha permito contrarrestar esta situación. "Internet ha compensando la falta de libertades, ahí es posible contar todo tipo de comunicaciones, cualquiera historia".