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NO HAY SEXTO BUENO

En el Cauca se agudiza el hostigamiento a los indígenas por parte del VI Frente de las FARC

16 de septiembre de 1985

"¡No pasa! ¡No pasa!", gritaban varias mujeres paeces armadas de palos, obligando a detenerse al carro en que llegaba a Jambaló, Cauca, el reportero de SEMANA Indignadas, llorando, decían al periodista que no encontraban otra forma de manifestar su protesta por los continuados asesinatos de indigenas de la zona por parte del VI Frente de las FARC "Es que va no sabemos qué hacer". A unos pasos de allí, sus compañeros interrogaban a una muchacha morena de 22 años, detenida por ellos bajo la sospecha de ser de las FARC "requísela bien que a la fija que esa vieja es "farola", ordenaba un indígena.
El hecho de sangre más reciente de que los indigenas del Cauca acusan a las FARC, había ocurrido en Jambaló sólo dos días antes, el domingo 11 de agosto. Desde el sábado, cuentan doscientos hombres del grupo guerrillero habían empezado a rondar el pueblo. Y el domingo acribillarian a tiros a tres indigenas a la salida del pueblo los hermanos Simón y Juvenal Pacho y su primo Efrén Chaguendo Pacho, así como al chofer de la camioneta en que viajaban, Isidoro Prada Montes, de Piendamó, a su ayudante y a su sobrino de cinco años, tras acusarlos de llevar provisiones para el grupo "Ricardo Franco".
"Fueron las FARC", asegura Eduardo Pacho, hermano de los asesinados "Hay que decirlo sin miedo, así vengan y me maten a mí también. Porque por el miedo que se les tiene es que son así de asesinos". Su padre, Francisco Pacho, asiente "Nos quieren acabar porque no les "trabajamos" a ellos".
Por no "trabajarles" fue asesinada ese mismo domingo, hora y media despues, la maestra indigena Rosa Elena Toconás. Su madre, Fidelina Izú, cuenta a SEMANA "Yo iba con ella cuando llegaron a llevársela, y ella les dijo que si era para matarla que lo hicieran de una vez. Ahí fue cuando le descargaron un tiro en el pecho, y después otros cuatro más. Cuando me agaché para ayudarla me dijo: "Mamita, cuente, cuente que me mataron los de las FARC". Así lo registró el Consejo Regional de Indígenas del Cauca (CRIC) en un comunicado público. Y añade el CRIC: "Hasta la fecha, las FARC, que hoy conforman la Unión Patriótica han eliminado a diecisiete compañeros indígenas del Cauca por el sólo hecho de no pertenecer a su organización, y se están convirtiendo así en el enemigo número uno de los indígenas".
En Jambaló explican que las versiones que ha dado la prensa sobre enfrentamientos entre militares y guerrilleros en la zona, no son lo bastante claras. "Por aquí los que se están dando plomo son los de las FARC y el Ejército por un lado, contra los del M-19 y el Ricardo Franco por el otro" --aseguraron los indigenas a SEMANA-- "Es que aquí las FARC están de aliadas de los militares y terratenientes", afirma Inocencio Ramos, viudo de la maestra asesinada. Y vuelve a intervenir Eduardo Pacho, denunciando la alianza: "Isaías Sánchez, Alfredo Mulcué, Salomón Mulcué Nilo Calambazy otros terratenientes son los que han estado financiando a las FARC, para que los cuiden de nosotros".
La situación, que dura ya meses, ha venido agravándose cada día más, hasta el punto de que los indigenas han decidido pasar a la acción para defenderse. Su método consiste en capturar a los extraños que puedan ser sospechosos de pertenecer a las temidas FARC entregárselos, no al Ejército, que según ellos es su aliado, sino a las otras organizaciones guerrilleras que operan en esta región del Cauca. Así fue como detuvieron a la muchacha de que se habló más arriba. La interrogaron durante seis horas, y la dejaron libre tras cerciorarse de su identidad. Era del M-19, pero no se había atrevido a decirlo porque también ella temía haber caído en manos del Sexto frente de las FARC.--