Home

Nación

Artículo

E N T R E V I S T A

No me he robado un solo peso

En diálogo por Internet con SEMANA Fernando Botero se defiende.

26 de febrero de 2001

Desde Ciudad de Mexico, donde ahora reside, Fernando Botero Zea responde los cargos de la Fiscalía y ofrece su visión del fallo que lo acusa de hurto calificado de 875.000 dólares donados a la campaña Samper Presidente. Entrevista exclusiva con SEMANA.

SEMANA: Para empezar, causó cierta sorpresa que usted se hubiera mostrado “complacido” por la providencia de la Fiscalía.

Fernando Botero Zea: Mi comunicado fue mal interpretado. Obviamente no estoy complacido, sino indignado, por esta nueva acusación. Lo que expresé fue satisfacción porque la Fiscalía no me acusó de enriquecimiento ilícito en beneficio personal, un delito muy grave y completamente inaceptable para mí. Y satisfacción al concluir la segunda etapa de mi proceso.

SEMANA: ¿Cómo es la teoría de las etapas?

F.B.Z.: En la primera etapa admití mi culpa y fui condenado por el delito de enriquecimiento ilícito a favor de terceros, siendo el tercero la campaña Samper Presidente. La segunda etapa fue la acusación por enriquecimiento ilícito en beneficio personal. Acabo de salir airoso de esta etapa porque, repito, la Fiscalía ha manifestado inequívocamente que, a diferencia de Samper, yo no recibí un solo centavo de los narcos. Ahora viene el reto de la tercera y última etapa, en la cual demostraré que no soy culpable del delito de hurto agravado simplemente porque no me quedé con los dineros de la campaña.

SEMANA: Cuando se supo la noticia el presidente Samper dijo que esto probaba su inocencia frente al ingreso de dineros ilícitos a su campaña. ¿Cree que esto es así?

F.B.Z.: Precisamente es todo lo contrario. La providencia de la Fiscalía es la famosa ‘prueba reina’ que faltó en el juicio contra Samper. Ha quedado demostrado que el ciento por ciento de los recursos de la mafia ingresaron a su campaña y que esos dineros lo llevaron a la Presidencia de la República. Samper fue el gran favorecido de los dólares del cartel de Cali y por lo mismo es el menos favorecido por esta providencia.

SEMANA: Muchas personas creen que su mejor defensa, más que un argumento político sobre persecución judicial, sería que contara públicamente la estructura de sus cuentas, los cheques que entraron y salieron y explicara qué era suyo y qué de la campaña. ¿Está usted de acuerdo con esta opinión?

F.B.Z.: Los medios de comunicación no son el escenario para presentar las pruebas judiciales. La Fiscalía General de la Nación me investigó en 1996 por los movimientos de mis cuentas bancarias. Ya rendí indagatoria y en su momento di las explicaciones correspondientes. Luego esas cuentas ya están presentadas. Jurídicamente todo esto es cosa juzgada y es absurdo que me estén investigando de nuevo por los mismos hechos, tan absurdo como que a mí me hubieran condenado por enriquecimiento ilícito a favor de Samper y que a Samper lo hubieran absuelto. Sin embargo le doy la bienvenida a la nueva investigación porque me dará la oportunidad de demostrar otra vez, y de una vez por todas, que yo no me apropié de un solo centavo de los dineros de la campaña.

SEMANA: ¿Piensa hacer algo de este estilo en el futuro cercano?

F.B.Z.: Quiero ir a Colombia en el futuro cercano para presentar las cuentas, los certificados y las pruebas que acreditan que no soy culpable de hurto.

SEMANA: La Fiscalía sostiene que durante la campaña de 1994 sus cuentas bancarias en Nueva York tuvieron depósitos por la suma de seis millones de dólares y dice que la información la obtuvo del Departamento de Justicia de Estados Unidos. ¿Es correcto este monto?

F.B.Z.: Por razones legales no puedo entrar a explicar esos movimientos en una entrevista. Pero puedo afirmar categóricamente que esa cifra es completamente falsa. Los movimientos no llegan ni cerca de esa cifra. La misma Fiscalía se limita a pedir aclaraciones sobre 800.000 dólares. Luego ese monto es absurdo.

SEMANA: ¿Nos podría precisar cuánto dinero de la campaña manejó en esas cuentas y cuánto era suyo personal?

F.B.Z.: El error fundamental que cometí fue facilitarle mis cuentas en el extranjero a la campaña para recibir algunas donaciones políticas, todas lícitas, que no se podían recibir en Colombia por el famoso problema de los topes electorales. El sistema lo conocían todos en la campaña, empezando por el propio Samper. La mezcla de unos dineros con los otros es lo que ha generado los malos entendidos, sobre todo porque mis cuentas tuvieron movimientos personales grandes en 1994: la venta del lote de mi madre en Los Rosales por 1,2 millones de dólares, la venta de obras de arte por un cifra considerable, la venta de una finca en Carmen de Apicalá y otra en Tabio, entre otras cosas. Pero repito que ya expliqué ante la Fiscalía cuáles de los depósitos y giros eran personales y cuáles eran de la campaña. Y volveré a dar las explicaciones que sean necesarias.

SEMANA: Según la Fiscalía, de los seis millones, dos millones de dólares fueron traídos a Colombia. Uno efectivamente ingresó a la campaña. Sin embargo sostiene que el otro millón que trajo lo usó para comprar una finca en Tabio a nombre de Jaime Orlando Páez y para sus cuentas personales.

F.B.Z.: Eso simplemente no es cierto. Para empezar, el doctor Páez se limitó a negociar esa finca que compró Gloria Zea, mi madre. Dentro de los recursos que se movieron por mis cuentas en el primer semestre de 1994 hay 1,2 millones de dólares que le pertenecían a ella, producto de la venta de un lote suyo en la Urbanización Los Rosales en Bogotá. En mi expediente están la promesa y las consignaciones correspondientes. Una parte de ese dinero se destinó para la compra del terreno aledaño a su finca en Tabio, y ese terreno es de propiedad de la sociedad comercial de mi madre, como consta en la respectiva escritura. Luego la información es inexacta y tendenciosa.

SEMANA: Si este segundo millón era suyo (y no de la campaña como dice la Fiscalía), ¿por qué utilizó los mismos complicados mecanismos para traerlo a Colombia? (transferirlo al banco en Panamá, compra de bonos ley 55, utilización de nueve intermediarios, etc.)

F.B.Z.: Ese mecanismo no tiene nada de raro. En el caso de la campaña se empleó porque permitía el ingreso de recursos a las tesorerías regionales sin agravar el problema de los topes electorales. En el caso personal lo utilicé simplemente porque resultaba más económico que el mecanismo tradicional de vender dólares en un banco.

SEMANA: La Fiscalía afirma que en enero de 1994 bancos de segundo orden de Miami giraron múltiples cheques por exactamente 3.990 dólares a su cuenta Tucurinca en Nueva York. ¿De dónde provenían estos giros?

F.B.Z.: Por la cuenta Tucurinca no pasaron dineros de la campaña y los montos personales que manejé por esa cuenta fueron relativamente bajos en esta época.

SEMANA: ¿Cómo se siente ahora después de la decisión de la Fiscalía?

F.B.Z.: Miro las cosas en perspectiva. Fui el único de la campaña que pagó por sus errores. Los demás se escondieron detrás del escudo ministerial o hicieron uso de los poderes de la Presidencia para comprar una absolución que carece completamente de legitimidad y credibilidad. Pagué una larga condena y llevo tres años sin poder ir a Colombia. Pero ahora los momentos duros se ven más en el pasado que en el futuro. La verdad es que estoy tranquilo y feliz de poder regresar al país.