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"Nos entrenaron en la Escuela de Caballería"

Por lo menos 120 ex militares que están en Irak fueron entrenados por la controvertida firma Blackwater en la Escuela de Caballería, con autorización del gobierno.

14 de agosto de 2005

En marzo pasado el suboficial Néstor Cubides* tenía todo listo para viajar a Irak. Meses atrás había estado en una cárcel militar y allí se enteró de que Blackwater, una firma con sede en Carolina del Norte, estaba reclutando militares retirados para trabajar en Irak. Apenas cumplió su condena por haber abandonado su puesto, y expulsado como estaba de las fuerzas militares, tomó la decisión de aplicar como contratista.

"Éramos 35 entre oficiales y suboficiales y entrenábamos en la Escuela de Caballería. La empresa que nos contactó fue ID Systems Ltda., que es la que representa en Colombia a Blackwater. En la Escuela de Caballería nos decían los iraquíes. Nos reconocían porque entrenábamos con uniformes negros, casco de Kevlar, gafas Zubiola, fusil de asalto M16 y pistolas Glock 9 milímetros. El entrenamiento duró tres semanas y consistía en ejercicio,

kickboxing, polígono y mucho trabajo sicológico explicándonos todo sobre el Oriente Medio. Supuestamente íbamos a cuidar termoeléctricas en Bagdad, Faluya y Gira. Nos prometieron 2.500 dólares mensuales y un bono de supervivencia de 1.000 dólares a los seis meses. Pero la gente que salía a operaciones más riesgosas se les pagaban 5.000. Nos entrenaban cinco gringos, pero sólo uno, Alí Terán, hablaba español. Era el más duro, nos trataba mal, como si fuéramos reclutas". Al final, Cubides nunca fue llamado para viajar a Irak. Pero cerca de 120 ex militares sí lo hicieron. Un contingente que en uno o dos meses estará de regreso en el país.

Blackwater es una de las más poderosas empresas contratistas en seguridad que trabajan en Irak. En realidad, es un holding de cinco compañías, que incluye incluso una flota de aviación, y que trabaja principalmente para el Departamento de Defensa de Estados Unidos. Para Blackwater, Colombia se ha convertido en una mina de oro. En este país puede contratar a oficiales muy entrenados, a la mitad del precio que pagan a ex militares de Estados Unidos, en un momento en el que la guerra está subiendo de temperatura y se vuelve más irregular. De hecho, fueron cuatro contratistas de Blackwater los que hace un año murieron linchados y degollados por una multitud enardecida en Faluya. "Los dejaron solos, en un carro sin blindaje y se perdieron", dice Antonio, un ex militar que trabaja como escolta en Bagdad para otra compañía. Estas muertes produjeron la alarma entre algunos congresistas de Estados Unidos que cuestionaron la política de "privatizar la guerra".

Blackwater también fue duramente cuestionada por el parlamento chileno hace dos años, por haber contratado a 134 ex militares de la era Pinochet, muchos de los cuales podrían estar vinculados a casos de derechos humanos.

¿Por qué está Blackwater utilizando la Escuela de Caballería para entrenar a ex militares que viajan a Irak? ¿Quiénes son estos ex militares?

Para empezar, tanto el Ministerio de Defensa como el Ejército le confirmaron a SEMANA que los entrenamientos en la Escuela de Caballería fueron autorizados por el gobierno colombiano. "Sé que una compañía avalada por el gobierno de Estados Unidos le solicitó al Ejército esa colaboración, con el compromiso de no reclutar personal activo", dijo el viceministro de Defensa Jorge Mario Eastman. A su vez, altas fuentes oficiales del Ejército confirmaron que esos entrenamientos fueron autorizados por la institución y que "los norteamericanos tienen pleno conocimiento de ello". Y aseguraron que "sólo se les prestan las instalaciones, ellos traen sus armas y sus uniformes". Es decir, que es un 'favor' que el gobierno colombiano le está haciendo a esta firma contratista privada, pues Eastman aseguró, además, que el Ministerio no ha firmado ningún contrato de 'alquiler' de la Escuela de Caballería ni con Blackwater ni con ID Systems.

La embajada de Estados Unidos en Bogotá no negó ni afirmó que su gobierno haya intervenido a favor de alguna de estas firmas frente al Ministerio de Defensa.

SEMANA contactó a un ex capitán que es el encargado en ID Systems de este programa. El oficial afirmó que hace dos años está haciendo este trabajo para brindarles una oportunidad a sus ex compañeros de armas que quieren ganarse unos pesos más, aprovechando su conocimiento militar. "Yo no envío violadores de derechos humanos, pero tampoco estigmatizo a la gente", dijo. El capitán, sin embargo, se negó a dar más detalles sobre el programa.

Las dudas que se ciernen sobre Blackwater es si está contratando personal que se retiró voluntariamente de las Fuerzas Armadas, o, como le dijo un oficial a SEMANA, "se van los que han sacado por la discrecional, generalmente por corrupción o casos de derechos humanos". Al respecto, la fuente consultada en el Ejército reconoció que no tiene idea de cómo se selecciona el personal.

Por eso resulta paradójico que el gobierno de Estados Unidos siga exigiendo una certificación por derechos humanos a las Fuerzas Armadas colombianas, mientras, por otro lado, avala una compañía cuyos métodos de reclutamiento son una incógnita para todo el mundo.

El 'boom' de los contratistas

Pero Blackwater no es la única empresa de este tipo en Colombia. La exportación de seguridad privada está en plena bonanza. En julio pasado, los españoles anunciaron que necesitaban 15.000 hombres para trabajar en ese país. Y los colombianos son los primeros candidatos. Gustavo Carrillo* es otro oficial retirado que ha puesto sus ojos en este negocio y que actualmente está buscando 360 ex militares que estén dispuestos a viajar a Irak. "Estos no son mercenarios. Los mercenarios son gente que actúa sin ley ni Dios y hasta donde yo sé, no hay ningún colombiano en Irak como mercenario". Carrillo dice que su compañía ofrece dos tipos de empleos: en seguridad estacionaria (celadores) y como escoltas de otros contratistas. Por la primera tarea los colombianos ganan aproximadamente 2.700 dólares al mes, prácticamente la cuarta parte de lo que gana un norteamericano por hacerel mismo trabajo. Por ser escoltas ganan el doble, pues al ser una tarea móvil exige más riesgo. En ambos casos el dinero les queda libre de gastos, y tienen un seguro de vida de 250.000 dólares. Además, por cada tres meses de trabajo en Irak, tienen un mes de descanso en Colombia. Carrillo le aseguró a SEMANA que su proceso de selección incluye una verificación con el DAS y con la Procuraduría sobre los antecedentes de quienes aspiran a viajar.

Antonio León* es escolta de un grupo de contratistas en Bagdad. Hace un año, cuando llegó, su labor era entrenar a iraquíes para trabajar como vigilantes estacionarios. "Dormíamos en la embajada norteamericana, que funciona como un cuartel. Salíamos al sitio de trabajo. Por lo menos dos veces a la semana había ataques de morteros, pero nunca nos ha ocurrido nada". León dice que no se siente mercenario. "Yo soy un profesional de la seguridad aquí o en cualquier lugar del mundo" afirma. Y a pesar de que siempre ha estado armado con una pistola y un fusil, no ha tenido que combatir. "En Irak el ambiente no es bélico. Se parece más bien a Medellín en las épocas de la guerra del cartel. Es un ambiente de zozobra permanente, pero sin guerra", dice. Sobre la presencia de colombianos en Irak, calcula que no sobrepasen los 120 y en lo que está claro es en que sólo ha muerto uno: Jorge Arias Duque, quien hace dos años falleció mientras trabajaba para una filial de Halliburton, empresa que fue dirigida por Dick Cheney y que es considerada como una de las más poderosas firmas norteamericanas con presencia en ese país.

Aunque se ha rumorado que ha reclutado personas como contratistas, su director en Colombia, Edgar Villamil, lo niega tajantemente. "Hubo algunas personas que fueron contactadas directamente desde Estados Unidos, pero todos regresaron ya", dice (ver recuadro). Otra empresa que lleva contratistas a Irak y que tiene una filial en Colombia es Armor Group. SEMANA habló con los encargados de esta compañía, quienes aseguraron que esa organización no recluta personal en Colombia porque "hay mucha oferta en los países balcánicos, y de Europa del este y sale más económico el traslado." Mercenarios?

Es un hecho que la guerra en Irak demuestra que cada vez más grandes compañías están asumiendo tareas que antes desarrollaban las fuerzas armadas. Se calcula que en Irak hay más de 20.000 iraquíes como contratistas privados, y 6.000 de otros países, entre los que se encuentra Colombia. Una industria floreciente para los países del Tercer Mundo, donde cada uno de estos militares gana hasta 20 veces lo que gana en las filas regulares de sus ejércitos. Diversas ONG en Estados Unidos se han quejado de que estas compañías no tienen ningún tipo de rendición de cuentas. Actualmente se puede saber cuántos soldados de la coalición han muerto en Irak, pero nadie sabe cuántos contratistas, ni de qué nacionalidades.

A medida que la guerra se privatiza más, menos responsabilidad tienen los Estados sobre lo que hacen sus contratistas o mercenarios. ¿Ante quién rinden cuentas estos hombres? Lo único que está claro es que lo hacen ante sus compañías privadas. Nada más. En 2001 entró en vigencia una convención internacional de la ONU que prohíbe el reclutamiento, la utilización, la financiación y adiestramiento de mercenarios. Apenas 25 Estados lo ratificaron. Por supuesto, Estados Unidos no fue uno de ellos.

Es obvio que Colombia esté en la mira de esta floreciente industria de 'exportar seguridad'. Justamente por eso se requiere transparencia. Que las empresas que actúan en este campo salgan de la semiclandestinidad en la que trabajan y que el gobierno tome cartas en el asunto para que se empiece a regular esta actividad. Porque, de lo contrario, Colombia entrará por la puerta de atrás a la guerra en Irak. Sin mandar tropas oficiales, pero acolitando a compañías que son el brazo derecho de Estados Unidos en la guerra más cuestionada que ha librado el Tío Sam en los últimos años.

* Nombres cambiados por seguridad.