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Notas sobresalientes

Hubo varios hechos llamativos y aspectos curiosos en la última jornada electoral. SEMANA recoge algunos de ellos.

27 de octubre de 2007

Samper, triunfador

Sin la menor duda, el ex presidente Ernesto Samper (foto) es uno de los grandes ganadores de la jornada electoral del domingo pasado. Peñalosa cometió el error de amenazar con que el triunfo de Samuel Moreno equivaldría al triunfo de Samper y acabó por convertirlo en una realidad. Además del alcalde de Bogotá, varios allegados al ex presidente triunfaron el domingo. Entre ellos están Horacio Serpa, quien a pesar de ser menos samperista de lo que la gente cree, seguramente será leal a su antiguo jefe. Eduardo Verano de la Rosa, el nuevo gobernador de Atlántico, fue ministro de Samper y es muy cercano. Su ex ministro de Defensa Guillermo Alberto González triunfó en Cauca. En Sucre, si gana José Guerra Tulena, cuya victoria era posible al cierre de esta edición, también tendría un aliado. Esto para no mencionar muchos otros gobernadores y alcaldes que le tienen afecto, y un sinnúmero de concejales relativamente anónimos que son sus simpatizantes. Por lo tanto, el general Gustavo Rojas Pinilla no fue el único ex presidente caído a quien le fue bien el domingo.
 
Los pecados no se heredan

Si algo quedó claro en el resultado electoral es que no siempre les cobran a los hijos o nietos, los ‘pecados’ de sus padres, y eso se evidencia más en el Valle del Cauca que en ninguna otra parte. En la Gobernación tuvo un triunfo arrollador Juan Carlos Abadía (foto), hijo de Carlos Abadía, uno de los grandes protagonistas del proceso 8.000, condenado a varios años de cárcel. Y en la Alcaldía ganó Jorge Iván Ospina, hijo de Iván Marino Ospina, quien llegó a ser brevemente el número uno del M-19 cuando fue dado de baja por parte del Ejército en Cali. Habría que concluir que los electores, en ese departamento, no olvidan pero sí perdonan.
 
El gol de Vinasco

En cuanto a hazañas políticas, la más inexplicable es la de William Vinasco (foto). En política, era un paracaidista pintoresco sin maquinaria de ninguna clase ni recursos económicos diferentes de los propios. Y aun así, sacó el 18 por ciento de la votación de Bogotá, acercándose a los 350.000 votos. Los bogotanos lo conocían como un locutor deportivo de radio que terminaba la transmisión de los partidos de fútbol con la frase “Y esta noche no me esperen en la casa”. Sus allegados creen que si lo hubieran dejado participar en los últimos debates en televisión, habría podido superar a Peñalosa. A pesar de su éxito, es considerado más un fenómeno coyuntural que una fuerza política nueva. Sólo el tiempo lo dirá. Lo que nadie discute es que el hombre que tantas veces ha gritado la palabra gol, metió un gol olímpico.
 
Los delfines

Samuel Moreno no es el único delfín a quien le fue bien la semana pasada. Tampoco se queja Germán Vargas quien, a pesar de sus derrotas en Bogotá y en Cundinamarca, se consolidó como jefe político. Y en Barranquilla, el hijo de Fuad Char, Alejandro, demostró, con una aplastante victoria sobre Édgar Perea que lo que se hereda no se hurta. Por otra parte, Carlos Fernando Galán (foto), quien obtuvo un excelente resultado en Bogotá, demostró que la memoria de su padre no sólo da para un delfín, sino para dos. Al fin y al cabo, su hermano Juan Manuel también fue un triunfador en las elecciones de Senado de 2006. El prestigio del apellido, sin embargo, se hereda sólo en línea directa, pues Antonio el hermano del líder asesinado sacó menos del 2 por ciento en la elección para la Alcaldía de Bogotá.
Carlos Fernando además de su apellido tiene muchas otras condiciones. Quienes lo conocen aseguran que es un hombre muy inteligente, trabajador y con gran sentido de responsabilidad.
 
¿Son endosables los votos?

Si no fuera por el triunfo de Alonso Salazar en Medellín, se habría podido decir que en Colombia los votos no son endosables. El propio Presidente de la República demostró esto al haber fracasado en su intento por elegir a Enrique Peñalosa. Su decisión de irse lanza en ristre contra Samuel Moreno, sin mencionar su nombre, en los últimos días, fue contraproducente y lo dejó de dueño de una derrota que no era de él.
Le fue mejor a su esposa Lina (foto), cuyo candidato a la Alcaldía de Medellín, Alonso Salazar, fue una de las grandes revelaciones del domingo. Ese triunfo, sin embargo, fue más del alcalde de Medellín Sergio Fajardo (foto) que de la primera dama. Fajardo no sólo se lo inventó, sino que lo promovió y se jugó a tal punto, que tiene investigación de la Procuraduría.
 
Guerra sucia

La guerra sucia en la política siempre había sido una costumbre norteamericana que se había trasplantado a Colombia. En las elecciones pasadas esta modalidad tuvo más presencia que en las últimas campañas. El gran interrogante es si fue efectiva o contraproducente. Y hubo de lo uno y de lo otro. En Bogotá y en Cali fue donde más agua sucia se vio. A ‘Kiko’ Lloreda lo ridiculizaron vestido de esmoquin mostrándolo como un niñito de clase alta ajeno a los sufrimientos de las masas. No hay duda de que esta estrategia contribuyó a su derrota. Algo parecido le pudo haber sucedido a Enrique Peñalosa, a quien en una campaña boca a boca supuestamente orquestada por el Polo Democrático lo tildaron de elitista y de ‘enemigo’ de ‘lo social’. En el caso de Samuel Moreno pudo haber sucedido lo contrario: al ser percibido como una víctima de juego sucio, se generó solidaridad a su favor.
 
Los medios ya no eligen

Si algo quedó claro en las últimas elecciones es que los medios ya no eligen. El Tiempo no sólo apoyó editorialmente a Enrique Peñalosa, sino que en momentos dio la impresión de estar sesgado en contra de Samuel. El mayor apoyo que tuvo este último en el diario de los Santos fue la columna de Roberto Posada que fue el primer columnista que salió del clóset. Alonso Salazar en Medellín y Judit Pinedo en Cartagena, dos de sus recomendados, sí ganaron pero en regiones donde la circulación del periódico es marginal, por lo cual sería exagerado atribuirle el triunfo.

La FM de RCN y RCN televisión fueron percibidos por el Polo como abiertamente parcializados a favor de Peñalosa. Si esto sucedió, habría sido más por iniciativa de los directores de los programas que por orden del propietario, Carlos Ardila Lülle, cuya amistad con María Eugenia Rojas es de vieja data y conocida nacionalmente.