Nueva polémica con las vallas: Partido Comunista se queja por las piezas en su contra

En medio de una campaña que ha resultado polarizante y rodeada de escándalos y acusaciones, son varios los candidatos que han acudido a una estrategia tradicional, pero al parecer aún efectiva para dar su nombre a conocer: las vallas.

La mayoría de estas piezas publicitarias busca dar a conocer el nombre del candidato y resaltar sus cualidades o la gestión que hayan hecho en algún cargo político. En muchas ocasiones se usan frases llamativas o se hacen promesas, como el candidato que promete eliminar el IVA.

Sin embargo, ciertos aspirantes han levantado polémica debido a que en algunas vallas que han instalado atacan a contrincantes suyos o a otros líderes políticos.

Uno de los más afectados ha sido el Partido Comunista, al que se le devolvió su personería jurídica en diciembre del año pasado y que ahora es parte del Pacto Histórico.

La renaciente colectividad, en un carta enviada al presidente Iván Duque, le expresó su “contundente rechazo a la campaña publicitaria del partido de gobierno, el Centro Democrático, con vallas que formulan como consigna ‘Por un país libre de comunismo’”.

Por eso, el partido le pidió al jefe de Estado que “tome todas las disposiciones necesarias para poner freno a las incitaciones, a la estigmatización por razones ideológicas y a la publicidad insidiosa que estimula la violencia anticomunista”.

La colectividad aclaró finalmente que su esencia es ser un partido “del pueblo, comprometido en la defensa de las libertades democráticas y los derechos fundamentales”.

El ‘neocomunismo’

En Colombia, el miedo al comunismo y a la pérdida de la democracia están, para un segmento de la población, a la vuelta de la esquina: en Venezuela, Cuba y Nicaragua. El temor a “ser como Venezuela” está presente en algunos colombianos.

Este temor ha sido canalizado por el Centro Democrático en los últimos años, primero para oponerse al acuerdo con las Farc y luego, en 2018, para hacerle contrapeso al senador Gustavo Petro, quien es asociado por el uribismo con una tendencia ideológica similar a la de Venezuela.

Ahora, cuando la campaña está en su punto más álgido, nuevamente ha aparecido el fantasma de ser como Venezuela, pero ahora representado en otra expresión: el neocomunismo. Incluso sectores del uribismo han señalado a Petro de ser el “maestro” de esta tendencia.

En declaraciones dadas al Canal Telecafé, el expresidente Álvaro Uribe señaló que Gustavo Petro “es mucho más inteligente que Hugo Chávez y que los presidentes Pedro Castillo, Alberto Fernández y Daniel Ortega”.

Además, aseguró que “los horrores comunistas necesitan espejos de éxitos democráticos (…). Por eso yo he dicho muy reflexivamente que el maestro no fue Chávez, fue Petro quien le enseñó a Chávez. Colombia puede tener el más peligroso comunismo de toda la región”.

Analistas consultados por SEMANA señalaron que, más allá de la existencia concreta del denominado neocomunismo, el uso de este tipo de expresiones forma parte de una “estrategia política para capitalizar temores y ganar adeptos por medio del miedo”.

Víctor Mijares, doctor de la Universidad de Hamburgo, considera que no hay “condiciones favorables” para un castrochavismo o un neocomunismo.

“Creo que la exportación de ideologías es un poco parecida a la exportación de animales exóticos donde uno los pone en ambientes que pueden ser favorables o pueden ser hostiles. No veo tantas condiciones favorables para el desarrollo del castrochavismo en el hábitat colombiano. Las condiciones históricas, sociopolíticas y económicas del país no dan como para que se implemente plenamente”, señala el analista venezolano, en una publicación de la Universidad de los Andes.

Por su parte, la politóloga de la Universidad Sergio Arboleda Natalia Hernández argumentó que “ni siquiera la eventual llegada de Gustavo Petro al poder podría representar la llegada de un neocomunismo a Colombia”.

“Colombia, en medio de su desprestigio institucional, cuenta con un sistema de contrapesos relativamente sólido, si bien el Ejecutivo tiene facultades más amplias de las que debiera, estas son limitadas por los otros poderes”, expresó la analista en diálogo con SEMANA.