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NUEVO CANJE

El ELN pretendería sacar de la cárcel a tres jefes guerrilleros a cambio de la liberaciónde los observadores de OEA.

24 de noviembre de 1997

Cuando el país esperaba que la guerrilla diera un nuevo golpe militar para cumplir con sus anuncios de sabotear las elecciones del pasado domingo la subversión terminó dando un golpe publicitario. Esta vez fue a nivel internacional con el secuestro de dos delegados de la Organización de Estados Americanos _OEA_, que llegaron días antes de los comicios electorales. El guatemalteco Manfredo Marroquín y el chileno Raúl Martínez fueron secuestrados por la columna Carlos Alirio Buitrago del ELN cuando se desplazaban por la vía que conduce de Granada hacia San Carlos, en el oriente antioqueño. Junto con los veedores electorales también fue retenido el director de Derechos Humanos de Antioquia, Juan Diego Arcila. La noticia le dio la vuelta al mundo y produjo el repudio de numerosos gobiernos latinoamericanos así como de las organizaciones de derechos humanos de Europa. Incluso el ministro de Defensa, Gilberto Echeverri, señaló el pasado domingo que lo único que había logrado la subversión era dañar su propia imagen en el exterior y que por fin la comunidad internacional tenía una dimensión de lo que eran los grupos alzados en armas en Colombia. Aun cuando por intermedio de diversos voceros el ELN hizo saber que liberaría a los delegados de la OEA poco después de finalizada la jornada electoral, SEMANA estableció que existe una gran controversia en el interior del ELN por el manejo de este tema. El frente que secuestró a los dos veedores electorales así como la columna José Solano Sepúlveda, que tiene una gran influencia dentro de la organización, son partidarios de sacarle provecho internacional a este episodio. En una comunicación radial entre los comandantes de estos frentes con la dirección nacional del ELN, interceptada el sábado en la mañana por los organismos de seguridad del Estado, propusieron exigir el canje de los retenidos por los tres líderes guerrilleros que se encuentran en la cárcel. Ellos son Francisco Galán, Felipe Torres y Francisco Caraballo. En la tarde de ese mismo día la dirección nacional del ELN respondió que no estaba de acuerdo y que debían liberarlos este lunes. Sin embargo, al cierre de esta edición los organismos de inteligencia habían interceptado otras dos comunicaciones en las que estos frentes seguían con su intención de sacarle tajada al secuestro de los delegados de la OEA.La dificultad que tiene a nivel interno la dirección del ELN es muy delicada. Por un lado dos comandantes de frente están controvirtiendo las órdenes de sus superiores. Por otro lado aunque la dirección del ELN señaló que la acción de sus hombres en Antioquia correspondía a un golpe político militar, el problema de fondo que enfrentan es que a nivel internacional no tienen cómo justificar la retención y prolongación del secuestro de los dos emisarios internacionales. Mantener esta situación por mucho tiempo radicalizaría aún más la tendencia que se observa en diversos lugares del mundo de caracterizar a los grupos insurgentes de Colombia como terroristas que carecen de una ideología política con el consiguiente aislamiento dentro de las organizaciones no gubernamentales y de derechos humanos.