Home

Nación

Artículo

"El control político al Gobierno y a la administración, como función fundamental para la armonía del poder público, será una tarea ardua y de retroalimentación, con la garantía e independencia para todas las bancadas y funcionarios que vengan a rendir cuentas de su actividad", aseguró. | Foto: León Darío Peláez

POLÍTICA

El 'grito de independencia' del nuevo presidente de la Cámara

Alfil del exvicepresidente Germán Vargas Lleras, el representante Carlos Alberto Cuenca dejó claras sus prioridades y le envió un mensaje al Gobierno Duque.

20 de julio de 2019

Las mayorías en el Congreso le han sido esquivas al Gobierno Duque, especialmente en la Cámara de Representantes. Al despedirse de la presidencia Alejandro Carlos Chacón fue incisivo en asegurar que esta cámara había sido "independiente" y que en su recinto se dieron 14 de los 18 debates de la legislatura. Chacón le pasó la batuta a Carlos Alberto Cuenca, representante de Cambio Radical, elegido en concordancia al acuerdo político previo.

El primer discurso de Cuenca, un líder político de Guainía que lleva una década en el Congreso, fue otro ‘grito de independencia‘ en este 20 de julio en el que se instaló el Congreso. Cuenca fue conciso y directo al respecto: "Al Gobierno nacional quiero dejarle claro que no seremos un obstáculo, seguiremos siendo independientes y estaremos prestos para estudiar todas las iniciativas y reformas que sean necesarias para sacar el país adelante: reforma a la salud, fortalecimiento al medioambiente y protección animal, reforma agraria, reforma a la administración de justicia, la Ley de cielos abiertos, la creación del Ministerio de la Familia y la iniciativa de la cadena perpetua para quienes violan y asesinan a nuestras niñas y niños. Todo esto requiere de respuestas contundentes por parte de nosotros".

Le sugerimos: García y Cuenca: en sus manos queda el Congreso

Esta independencia viniendo de una voz de Cambio Radical también deja ver que sigue siendo complicado que el partido cambie su declaratoria y acepte ser "de gobierno". Esta idea ha rondado en los corrillos políticos desde hace meses y todavía no parece tener asidero. Además, Cuenca es un alfil del exvicepresidente Germán Vargas Lleras y esto hará más compleja la ecuación. Otro escenario se daría en caso de que en la presidencia hubiera quedado el representante César Lorduy de la casa Char, con quien Cuenca se disputó el puesto.

"A mis compañeros de Cambio Radical y a nuestro jefe natural, el doctor Germán Vargas Lleras, a quien respeto y admiro, les reitero una vez más toda mi gratitud y todo mi compromiso para seguir haciendo de este partido la fuerza política influyente que hará de Colombia una nueva historia", aseguró Cuenca.

Aunque el trabajo político de Cuenca se ha concentrado hasta el momento en lo regional, dirigir la Cámara de Representantes le dará mayor margen de maniobra y poder político. Desde antes de posesionarse Cuenca ha demostrado que manifestará sus reparos al Gobierno cuando sea necesario. A su parecer, Duque debería trabajar por consolidar su gobernabilidad y no darle juego solo al Centro Democrático.

Y aunque Cuenca no hizo tanto hincapié en la paz como el presidente del Senado, Lidio García, en su discurso, no omitió el tema. "Esta presidencia quiere hacer parte de la construcción de un Estado capaz de garantizar un sinnúmero de derechos, porque invocando a nuestro nobel García Márquez, el realismo mágico dejémoslo en Macondo y sus mariposas amarillas, a nosotros nos corresponde afrontar la realidad colombiana, que nos exige legislar para la libertad, legislar para la igualdad, legislar para la fraternidad y lo más importante, legislar para la paz", aseguró.

En contexto: Las contundentes frases a favor de la paz del nuevo presidente del Senado

En la mesa directiva de la Cámara el Gobierno tiene apoyo. El primer vicepresidente es Óscar Villamizar del Centro Democrático. Mientras que la segunda vicepresidencia quedó en manos de María José Pizarro de Decentes. Cuenca no es antiduquista, pero tampoco uribista, así que bajo su mandato se anticipa que el Gobierno no la tendrá nada fácil en esta legislatura que apenas arranca.