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"Nunca pensé en la candidatura hasta que me pusieron contra la pared"

Juan Manuel Santos habla sobre su retiro de la lucha por la Alcaldía de Bogotá.

18 de agosto de 2003

SEMANA: Usted habia dicho reiteradamente que no se lanzaba a la Alcaldía. ¿Por qué a lo último cambió de opinión?

Juan Manuel Santos: Es verdad. Nunca pensé en la Alcaldía hasta que la Dirección Liberal en pleno me puso contra la pared. Me pidió que ayudara a mi partido, que tantos honores me ha dado, en esta crisis tan dramática que está viviendo.

SEMANA: ¿Pero entonces por qué se retiró?

J.M.S.: También por el partido. Yo acepté unas reglas de juego que se surtieron, pero en la mitad se dio un empate técnico en una encuesta. Y para dirimirlo se iba a generar un enfrentamiento y un desgaste en el que saldrían perjudicados el partido y su candidato, cualquiera que fuese. En esas condiciones yo no le jalaba.

SEMANA: ¿Pero entonces usted se retiró porque Castro lo derrotaría en el tal Colegio Electoral?

J.M.S.: No, porque si bien Castro es un mago en el manejo de estos cuerpos colegiados, yo tampoco soy manco y la última instancia, que era la Dirección, estaba conmigo. Pero era precisamente esta confrontación la que quise evitar por el bien de todos.

SEMANA: ¿Cómo es eso de una encuesta que lo daba a usted como ganador por encima de todos los demás candidatos y luego otra que lo colocaba otra vez de cuarto y con empate técnico con Jaime Castro?

J.M.S.: Cierto. Napoleón Franco hizo tal vez la más completa encuesta que se haya hecho últimamente sobre preferencias electorales en Bogotá, en la que midieron a todos, Lozano, María Emma, Lucho, Pizano y yo. En esa encuesta yo era el puntero. Pero ¡ojo! Ese resultado se supo después de que yo ya me había comprometido con la dirección a ser candidato. Es inexacto el confidencial de SEMANA, en el cual afirman que yo me lancé por la encuesta. Cuando la encuesta salió yo ya me había lanzado.

SEMANA: ¿Por qué esa diferencia tan grande entre la primera y la segunda encuesta?

J.M.S.: ¿La verdad? No sé. Nadie tiene una explicación convincente. Tal vez lo que podría decir a estas alturas es que si yo hubiera estado obsesionado por la Alcaldía habría regresado antes y hubiera sido mucho más agresivo en el proceso. De pronto tienen razón los que dicen que no me la jugué a fondo o que he debido cancelar mis compromisos en el exterior. Pero le repito, mi verdadera obsesión era ayudar a que el partido saliera del hueco en Bogotá, y se logró.

SEMANA: Algunos dicen que salió chamuscado.

J.M.S.: Si algunos piensan que actuar en conciencia y con decencia en la política y ayudar a la unidad del partido es chamuscarse, pues bienvenidas las quemaduras.

SEMANA: ¿No será que usted hizo todo esto para que el Partido Liberal lo nombre jefe único?

J.M.S.: No hile tan delgado. Siempre me ha ido bien en la vida pública estableciendo las prioridades en su orden correcto. Primero el país (¿se acuerda del Ministerio de Hacienda?), segundo el partido y de tercero y bien atrás cualquier interés personal.

SEMANA: ¿Cómo ve al Partido Liberal en este momento?

J.M.S.: Está en una profunda crisis. Pero la solución no es abandonarlo sino reconstruirlo. Si seguimos pendejeando con el cuento de la antipolítica y los movimientos independientes podemos terminar con un Chávez encaramado en el Palacio de Nariño. Por eso en el inmediato futuro seguiré trabajando por la resurrección y renovación de mi partido.