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CUMBRE DE LAS AMÉRICAS

Obama y Chávez: el mano a mano que trasnocha a Cartagena

Antagonistas por naturaleza, su presencia conjunta es la que mayor atención acapara en la ciudad. Y desde ahora, antes de que lleguen (¿vendrá Chávez?), ya se nota su trascendencia, no sólo en los hoteles donde se alojarán, sino en el entorno de los mismos. Eso sí, con marcados contrastes.

Rodrigo Urrego Bautista - Enviado especial a Cartagena
12 de abril de 2012

En las calles de Cartagena no paran de buscarle morbo a la Cumbre de las Américas. Y entre las discusiones más repetidas en las esquinas del centro histórico la presencia del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y de Venezuela, Hugo Chávez, es auténtico bocado de cardenal.
“…ierda, se van a ver las caras en Cartagena. Eso sí que va a estar bueno”, dice Arnulfo, un veterano taxista que concentra sus recorridos entre Bocagrande y la ciudad amurallada.
Y puede que la expectativa sea superior a lo que en realidad va a pasar con la visita de ambos mandatarios, pero no hay duda de que ellos dos acaparan la mayor atención de los ciudadanos de a pie.

Eso sí, la presencia de Obama y Chávez en Cartagena está llena de contrastes. Para comenzar, son los únicos presidentes asistentes a la Cumbre que, en el corto plazo, tienen la condición de candidatos presidenciales. El de Estados Unidos está en campaña por la relección. Lo mismo que Chávez, que este año aspira a conservar el poder en su país, el mismo que ostenta desde 1999, gracias a que se ha valido de los cambios de Constitución para seguir al frente de los destinos de Venezuela.

La presencia de Obama está plenamente confirmada. Y además, aparte de Sebastián Piñera, será el presidente que más tiempo esté en la ciudad. La ratificación de que dormirá dos noches en la Heroica ha sido todo un suceso en la ciudad.

Mientras que Chávez, quien en principio tiene confirmada su asistencia, depende de la decisión final de sus médicos personales, según lo confirmó el propio presidente colombiano Juan Manuel Santos.

Pero a diferencia de Obama, Chávez, de estar en Cartagena, será el presidente que menos tiempo esté presente en la Cumbre. Si lo hace, no dormirá en la ciudad y probablemente su estadía se extienda solo “por unas horas”, como explicó la canciller María Ángela Holguín.

Chávez, con menos bríos

En Cartagena, la controvertida figura de Chávez es muy respetada. De los 33 asistentes es el que más veces ha visitado Cartagena. Lo ha hecho en visitas presidenciales como las de 2005 en la que se reunió con Álvaro Uribe, o la del 2009 en la que se reunió con Santos y Porfirio Lobo, el actual presidente de Honduras.

Pero las expectativas por que “algo” pase en la Cumbre entre Obama y Chávez, tiene connotaciones muy distintas a las de aquella Cumbre de las Américas de Trinidad y Tobago (2009), en la que el venezolano sorprendió a Obama con la frase “quiero ser tu amigo” y le hizo entrega de un ejemplar de ‘Las venas abiertas de América Latina’, el infaltable análisis de la región del escritor uruguayo Eduardo Galeano.

Chávez es, entre los tres asistentes, el más curtido en este tipo de cumbres. En su registro personal cuenta con la participación en tres citas americanas, en las que su presencia siempre ha sido polémica y protagónica.

Pero en Cartagena las cosas pueden ser distintas. Chávez probablemente no llegará con los bríos de siempre. Su estado de salud, del que afirman que es delicado, sin duda menguará las posibilidades de su presencia pública. Una semana atrás, el jueves santo, en un discurso que sorprendió a no pocos, a Chávez se le oyó pedirle a Dios, en tono dramático, “vida” para poder hacer algunos asuntos que aún tiene pendientes en Venezuela.

El búnker de Obama

En contraste, Obama tiene tiempo y espacio para terminar siendo vedete de la cumbre. Ya en la ciudad dicen que “es el mejor alcalde que ha tenido Cartagena. Mire si no: trajo 18 mil policías, ha arreglado las calles, pintó el centro, generó 3 mil empleos indirectos, limpió las calles, acabó los robos, y solo estará en la ciudad un par de días”. Es el chiste de moda en La Heroica.

Por eso, para aquellos que esperan un choque entre ambos mandatarios, de políticas antagónicas, es muy probable que se queden con los crespos hechos. Y si bien Chávez no querrá verse opacado, la salud y el poco tiempo lo pueden hacer ver de bajo perfil, aunque, como dice el mismo taxista, “con él nunca se sabe”.

De todas maneras, los contrastes no paran ahí. Se sienten también en asuntos logísticos. Obama, y su comitiva de algo más de 700 personas, tendrán como base el Hotel Hilton, cuyas 350 habitaciones fueron alquiladas por completo por la delegación norteamericana. Además, la mitad de las del Hotel Caribe, a pocas cuadras de distancia, también fueron ocupadas por la delegación estadounidense.

Desde la semana pasada, la avanzada de Obama ya se encuentra en Cartagena. Al acercarse cuatro cuadras al Hilton ya se siente la presencia del poder del presidente de Estados Unidos. Personal de civil, que físicamente no puede ocultar su origen, custodia los alrededores del hotel, en donde además el número de efectivos de la Policía colombiana es el mayor de la ciudad por metro cuadrado, aparte de dos retenes desplegados en la zona las 24 horas del día.

Entrar al lobby del Hilton es una tarea imposible, incluso para quienes portan acreditación de la Cumbre. Y caminar en frente del hotel es incómodo. Perros guardianes, y ojos por todas partes. Los vecinos del sector, acostumbrados a poner sus carros en la entrada de sus casas, han tenido que buscar parqueadero, pues ningún vehículo puede estar en el andén, como es la costumbre.
Averiguar detalles sobre la rutina de Obama hace parte del misterio. Al atender una llamada de SEMANA, la gerencia del hotel se abstuvo de revelar cualquier información. “Así lo ha pedido la embajada de los Estados Unidos”.

Campo Elías Teherán, el alcalde de la ciudad, fue quien reveló algún dato: “Obama trae su propio chef, e incluso gente que se encargará de probar antes la comida del presidente de Estados Unidos”.

La modestia de Chávez

Arnulfo, el veterano taxista, se sorprende cuando se entera de que Hugo Chávez, de venir, tiene reservada una habitación en el hotel Capilla del Mar, también en el sector de Bocagrande, y con una incomparable vista al mar.

El hotel es de cinco estrellas. Para cualquier turista, una habitación normal (de 44 metros cuadrados) puede costar 150 dólares (300 mil pesos colombianos aproximadamente). Fue inaugurado hace 36 años, por los reyes de España, pero tiene fama de hotel antiguo, en comparación de las modernas edificaciones que hay a la orilla del mar. Además es el único hotel de la ciudad que tiene, en el último piso, un bar giratorio. Ese es uno de sus principales atractivos.
El dispositivo de seguridad es inferior. Sin embargo hay un rasgo que lo distingue. Desde el pasado lunes es el único edificio del sector que tiene una ambulancia parqueada en frente de la puerta principal. Ese vehículo está disponible para Hugo Chávez.

Cerca de 50 habitaciones fueron reservadas para la delegación venezolana. La mitad ya está ocupada, una de ellas por uno de los jefes de seguridad personal de Chávez.

Una de las 6 ‘Junior Suite’ del hotel está dispuesta para el mandatario venezolano. Mide 69 metros cuadrados, tiene área social y una habitación privada. Desde hace quince días está reservada para el mandatario venezolano.

Sadis Sajona, gerente del Capillas del Mar, admite que la gente se sorprenda de que Chávez se aloje en su hotel, porque aún tiene fama de ser el hotel más antiguo de Bocagrande, pero señala que es el hotel más equidistante a los hospitales principales de la ciudad.

Chávez también trae su chef y sus médicos personales.

En el Capilla del Mar, dice Sajona, el último jefe de estado que se alojó allí fue Leonel Fernández, presidente de República Dominicana (abril de 2010) para el Foro Económico Mundial. Aunque no han faltado las celebridades, como, recuerda la gerente, el cantante mexicano Vicente Fernández, también en 2010, en su más reciente presentación en La Heroica.

Sajona dice que no fueron muchas las exigencias de la delegación venezolana. Pero dice que el hotel se preparó para “atender cualquier capricho de última hora”.

Más allá de las posibilidades de que Chávez cancele su asistencia, la expectativa por un posible mano a mano entre él y Obama es uno de los platos más apetecidos de la cumbre. Y no beso tipo Benetton, ni pullas del venezolano a distancia, sino cara a cara en vivo y en directo. Eso sí, desde ahora se sabe que los dos no quedarán en la foto oficial del evento pues está programada para el domingo, y ya es un hecho que Chávez no dormirá en la ciudad.