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Ojo al fraude electoral

Van 1.657 denuncias sobre riesgos electorales. La denuncia más recurrente es la trashumancia. ¿Qué pasa con los órganos de control?

30 de junio de 2011

El lunes 28 de marzo, desde las 8 de la mañana, cientos de personas llegaron a Sahagún, Córdoba, a inscribir sus cédulas. Iban transportados en buses de la empresa Cooperativa Tucura, y la Policía detuvo a una de las busetas después de que el personero municipal denunció lo que ocurría. Los pasajeros confesaron que venían del barrio Colina Real, en Montería. Y, sin embargo, los formularios de inscripción de estos presuntos trashumantes –que constituyen la prueba reina para confirmar el delito– desaparecieron de la Registraduría municipal.
 
Podría ser una simple coincidencia. Pero el jueves pasado el presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE), Juan Pablo Cepero, emitió una circular en la que alertaba a todos los funcionarios de las registradurías municipales y departamentales sobre la posibilidad de que personas inescrupulosas –haciéndose pasar por delegados del CNE– hubieran acudido a distintas sedes a pedir los formularios de inscripción de cédulas.

Ante estas y otras evidencias de posibles irregularidades, los organismos de control y las ONG de observación electoral y veeduría ciudadana cuestionan la seguridad y la transparencia del proceso de revisión de 1.657 denuncias que están en manos de los nueve magistrados del CNE, aportadas por 785 municipios.
 
“La trashumancia está eligiendo”, afirma Patricia Fernández, coordinadora de la Misión de Observación Electoral en Antioquia, uno de los departamentos con mayor número de denuncias. Añade que la trashumancia está relacionada con otros delitos que se podrían presentar en octubre, como la compraventa de votos. Según detectó la MOE con información de la Registraduría en Antioquia, Puerto Berrío es uno de los municipios donde más aumentaron las inscripciones: pasaron de 1.962 cédulas inscritas en el 2007 a 5.002 este año.
 
Entre los factores que hay que considerar para revisar posibles casos de trashumancia está un artículo de la reforma política que tumbó el pasado viernes la Corte Constitucional, que iba a dejar por fuera a quienes no votaron en las pasadas elecciones presidenciales. Ante esa posibilidad, partidos como el Polo y el Mira recomendaron a sus militantes volver a inscribirse. El otro factor que influye este año es que por el invierno muchas personas que vivían en lugares inundados se inscribieron en otros municipios. Para revisar los casos en los que el censo electoral aumenta de manera atípica en el país, habrá que esperar hasta el 30 de julio, cuando la Registraduría termine de depurarlo.
 
A pesar de que la organización electoral hace lo que puede con los recursos que tiene, la Registraduría no ha entregado aún todos los formularios de inscripción al CNE, pues por problemas de transporte y logística no han llegado a Bogotá desde algunas regiones. Esto demorará aún más el proceso de investigación para los magistrados y sus equipos de investigación, que hoy no dan abasto ante el número de denuncias. Los magistrados, además, están preocupados porque para cotejar los formularios de inscripción de cédulas necesitan las bases de datos del Sisbén y las EPS, y algunas les dijeron que no pueden entregarles sus listados completos porque esa información es reservada.

Para completar, la Procuraduría le advirtió el viernes al CNE que se debe abstener de empezar cualquier investigación hasta que no aclare por qué hizo un sorteo para repartirse los casos por departamentos en vez de tramitarlos, como es usual, en orden de llegada. “Es una decisión sana, transparente y clara, que busca es ser eficientes en la investigación de un delito”, afirma el magistrado Cepero, y explica que no tiene sentido que varios magistrados y sus equipos evalúen varias quejas sobre un mismo municipio.

Las investigaciones sobre trashumancia tienen muchos enemigos y si el CNE no deja sin efecto las inscripciones irregulares antes del 30 de octubre, lo que se avecina podría ser un fraude cantado en varios municipios del país.