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OPERACION "CHEMCON"

Ofensiva para bloquear la distribución de éter y acetona adelanta la DEA con la colaboración del gobierno colombiano.

7 de enero de 1985

En la embajada de EEUU en Colombia el nombre se pronuncia con sigilo. Y la información al respecto es aún top-secret, a pesar de que la revista norteamericana Newsweek ya ha comenzado a hablar del tema, planteando por vez primera ante la opinión pública detalles de tan inmensa operación.
Se llama la ofensiva "Chemcon". Al contrario de lo que su nombre pudiera sugerir, como algún tipo de ofensiva militar utilizada en la guerra del Vietnam, o alguna variedad de químicos al estilo del napalm, la ofensiva "Chemcon" es el último "grito de la moda" en materia de lucha contra el narcotráfico, y viene siendo aplicada por la DEA (Drug Enforcement Agency) con la colaboración de las autoridades colombianas, aparentemente con muy buenos resultados.
La ofensiva "Chemcon" rompe con el estilo tradicionalmente utilizado para combatir el tráfico de cocaína. En lugar de trabajar en el intento de interceptar el mercado y bloquear la distribución del producto ya elaborado, se trata más bien de cerrar los canales de distribución de dos productos químicos necesarios para refinar la cocaína: el éter y la acetona.
Con este propósito, la DEA ha convencido a los productores europeos y norteamericanos de tales elementos, para que le informen sobre ventas superiores a los cinco galones. Gracias a ello se han logrado ubicar en Panamá y en Colombia cargas hasta de 13 mil barriles de 55 galones de eter y acetona. Prueba del éxito de la ofensiva es la que desde que comenzó el operativo, el precio del éter ha subido considerablemente, y en la actualidad alcanza los 7 mil dólares por barril.

ELEMENTOS CLAVES
El éxito de la ofensiva "Chemcon" radica en el hecho de que tanto el éter como la acetona, son productos fundamentales e insustituibles en el refinamiento de la cocaína. El procedimiento es el siguiente. Las hojas de la coca se muelen con un carbonato liviano como la cal. Este proceso sirve para ablandar el alcaloide que éstas contienen. Luego las hojas se ponen a "sudar" al sol, y posteriormente se les añade gasolina. Se dejan un día y medio en remojo, se les exprime la gasolina, y se mezclan con éter, ácido sulfúrico o acetona, diluidos en agua. A la composición resultante se le denomina "guarapo". Este líquido debe revolverse durante 20 minutos seguidos con un palo o molinillo, y esta operación se llama "guarapear". El guarapo debe dejarse reposar por 24 horas, durante las cuales el alcaloide se va decantando. El paso siguiente consiste en agregarle amoníaco, que corta el guarapo, y así aparece el alcaloide, que será recogido por filtración, en hamacas de tela, y secado bajo el sol o utilizando bombillas. La base obtenida requiere ser sometida a un proceso de refinación para obtener los cristales. Esta base es lavada con acetona, y después con éter para que los cristales sean más puros. Entre más se repita esta operación más pura será la cocaína resultante, desprovista de la gasolina y de los demás ácidos que se han utilizado en su procesamiento.
Aunque la ofensiva "Chemcon", propiamente dicha, es reciente, la idea de combatir la producción de cocaína a partir de los elementos necesarios para su procesamiento es vieja. Desde 1978 la DEA y la DIPEC (Departamento de Inteligencia de la Policía) vienen siguiéndole el rastro al éter que entra al país, que hasta el año pasado era de libre importación. A raíz de este trabajo se pudo establecer que el 98 por ciento del éter que entraba al país era utilizado para el procesamiento de la coca, y sólo el dos por ciento restante llegaba legalmente a la industria. Los dos principales abastecedores de éter para Colombia son EEUU, con el 34%, y Alemania Federal con el 66%.
La ofensiva "Chemcon" se presenta como una nueva alternativa de la cruzada anti-droga, después de que los métodos tradicionales y las severas medidas tomadas a raíz del asesinato del ministro Lara Bonilla, para paralizar el mercado de la droga a partir de la captura de los grandes "capos", han demostrado ser ineficaces. Si la "Chemcon", tal como parece, logra su cometido de controlar el abastecimiento de las materias primas imprescindibles para el refinamiento del alcaloide, no estará lejano el día en el que los adictos se vean obligados a volver a los origenes: mascar hoja.