El Gobierno privilegia la presencia de Naranjo en La Habana

Tal como lo reveló un confidencial de SEMANA, el general Óscar Naranjo se retira del denominado ministerio para el Posconflicto de la Presidencia de la República. A raíz de su salida ha habido fuertes especulaciones.

Pero lo cierto es que el Gobierno tiene el único interés en que el oficial (r) se integre de lleno en el proceso de paz de La Habana. Mucho más ahora cuando el proceso necesita la concentración de todos los representantes del Gobierno para sacarlo adelante cuanto antes.

El propio presidente Santos durante su gira por Europa, hace pocos días, no sólo defendió el proceso de paz en medio de la escalada terrorista de las FARC, sino que pidió que se aceleren las negociaciones. Lo dijo en Noruega, país garante del diálogo con la guerrilla.

En esa medida la figura de Naranjo se hace mucho más necesaria en La Habana en esta etapa decisiva de las conversaciones. Más aún cuando se necesita que todas las fichas del Gobierno se mantengan unidas para sacar adelante los puntos que hacen falta.

“El general Naranjo se mantiene en el equipo negociador, lo que pasa es que estamos revisando toda la estructura que pusimos en marcha en la Presidencia. Vamos a hacer una revisión de todos esos cargos porque la verdad es que lo que establecimos generó un corto circuito con otros ministerios y estamos rediseñando esas funciones para tener una Presidencia más operativa y más efectiva”, dijo el presidente Juan Manuel Santos a La W. Es decir, un sí pero no.

Sin duda, el posconflicto es la punta de lanza del Gobierno y en ello se está apostando en grande. El propio presidente ha dicho que con el programa piloto de desminado y los programas que adelanta el Gobierno con la Ley de víctimas de atención y de reparación a aquellos que han sufrido el devastador paso de la violencia, el país ya transita por un proceso de posconflicto.

De hecho, el Plan de Desarrollo que el Gobierno sacó adelante este semestre sienta las bases para una etapa de posconflicto.

La salida de Naranjo del Ministerio se da en el inicio del ciclo 38 de la ronda de conversaciones de la Habana. Arranca con una solicitud de las FARC, que pidieron al Gobierno que acepte un cese al fuego bilateral en momentos en que se registra una escalada significativa de la violencia en el país. Una audaz propuesta a la que el Gobierno ha dicho que no le camina.