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Un sicario mató a un hombre en momentos que la víctima se encontraba recogiendo a su pequeña hija dentro de un jardín infantil. | Foto: Alejandro Aguirre, EL PAIS.

JUDICIAL

Los salvajes crímenes en el Valle

Un hombre quemado vivo y otro asesinado a tiros en un jardín infantil hacen parte de la lista de crímenes.

24 de enero de 2014

Luego de un fin de año relativamente tranquilo, el Valle del Cauca volvió a sacudirse pero esta vez no por cuenta de los actos terroristas de las FARC, sino por la violencia sicarial sumada a la extrema confianza que los gatilleros se tienen para perpetrar sus crímenes.
 
En solo una semana la región fue golpeada con tres hechos delictivos que si bien son aislados, causaron un gran impacto entre la comunidad valluna. Dos de esas acciones violentas ocurrieron en Cartago, un pequeño municipio ubicado en el norte del departamento. La tercera sucedió en Buenaventura.
 
Precisamente, en la ciudad portuaria empezó la ´semana negra´ de los vallecaucanos, cuando el pasado miércoles 22 de enero, la Armada reportó la muerte de un joven, que fue quemado vivo por delincuentes.
 
Según versiones de vecinos del sector, a la víctima fatal no le perdonaron que cruzara una de las temidas fronteras invisibles impuestas por las bandas criminales, en aquellos barrios donde se desató una guerra territorial desde el año pasado y que ya deja decenas de muertos y miles de desplazados en Buenaventura.
 
La sevicia criminal contra el joven que no superaba los 20 años de edad, quedó evidenciada cuando fuentes oficiales confirmaron que antes de que le prendieran fuego a su cuerpo, fue puñaleado varias veces.
 
Ese mismo día del ataque demencial contra el joven porteño, ocurrió otro hecho igualmente aberrante, pero en Cartago. En esa ciudad un sicario mató a un hombre en momentos que la víctima se encontraba recogiendo a su pequeña hija dentro de un jardín infantil.
 
La macabra escena fue presenciada por decenas de niños que a esa hora se encontraban en el establecimiento escolar. La víctima fue identificada como César Augusto Ríos, de 30 años de edad.
 
Un día después y en esa misma ciudad, los sicarios volvieron a sus andanzas y esta vez la víctima fue Nelson Ossa González, un reconocido comerciante de comidas rápidas y hermano del diputado de La U, Arley Ossa.
 
El comerciante fue atacado a unos metros de su casa ubicada dentro de un conjunto residencial. Pese a la seguridad del lugar y la existencia de cámaras de vigilancia, el sicario ingresó y le propinó tres tiros fulminantes en la cabeza.
 
Fuentes de inteligencia policial informaron a esta revista que por ahora no existen elementos para pensar que ese homicidio esté relacionado con la actividad política del hermano de la víctima, y precisaron que hasta la fecha el diputado no reporta amenazas.
 
Por otro lado, esta Revista pudo conocer que las cámaras de vigilancia del conjunto residencial donde vivía el hermano del diputado, captaron el instante preciso cuando fue atacado por el sicario. Esa prueba será clave para dar con el paradero del autor material de ese crimen. Con el asesinato de Ossa González ese municipio suma una docena de homicidios en lo corrido del año.
 
En Tuluá, una ciudad con mucha más población que la de Cartago, sus habitantes están escandalizados porque en 2014 ya se cometieron una decena de homicidios.
 
El problema del sicariato aunque no es nuevo, causó impacto en este comienzo de año. En Cartago por ejemplo, la policía judicial acaba de propinarle un duro golpe a una de esas oficinas criminales
 
En esa ciudad fue capturado un joven de apenas 16 años de edad apodado alias `el diablito´, a quien se le señala como el autor material de al menos cuatro homicidios. Pero eso no es todo; esas mismas fuentes creen que el ´baby sicario´ al servicio de Los Rastrojos, podría estar involucrado en otros 20 crímenes, “tenemos el arma homicida y la tarea ahora es buscar en cuántos expedientes más, aparece esa pistola que le incautaron y si está relacionado con esas muertes”.
 
Esta semana también ocurrió otro hecho que recordó un doloroso caso judicial para los vallunos: la puñaleada, desaparición y muerte de Diana Castañeda, ocurrida en Ansermanuevo.
 
Medicina legal confirmó que el cuerpo descuartizado hallado en inmediaciones del río Cauca en el municipio de Marsella, Risaralda, era el de Diana Ximena Castañeda, la bella joven que luego de recibir 95 puñaladas y denunciar a sus presuntos atacantes, estos no fueron capturados; en cambio siete meses después ella fue desaparecida y luego hallada desmembrada. (ver nota https://www.semana.com/nacion/articulo/asesinato-de-diana-castaneda/362548-3 )
 
Por todo lo anterior, esta semana que termina podría ser catalogada como una de las más violentas en el Valle del Cauca, no tanto por el número de víctimas, sino por el descaro y la sevicia con que los criminales ejecutan sus actos.