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| Foto: SEMANA

JUDICIAL

Entregan restos de desaparecida del Palacio de Justicia

Familiares de María Lida Mondol recibieron los despojos fúnebres hallados en la tumba de la magistrada Blanca Inés Ramírez.

14 de enero de 2016

Los familiares de otra mujer desaparecida durante el holocausto del Palacio de Justicia recibieron este jueves sus restos mortuorios. Tras 30 años de la tragedia, la Fiscalía y el Instituto de Medicina Legal pusieron fin a la incertidumbre que vivió la familia desde esa época.
 
En una ceremonia religiosa, algunos de sus allegados y seres queridos con residencia en Colombia recibieron los despojos de la mujer, que fue otra de las desaparecidas en la operación de recuperación del Palacio, que había sido tomado por guerrilleros del M-19.
 
La Fiscalía y Medicina Legal lograron su identificación en octubre pasado. Encontraron parte de sus huesos en la tumba del Cementerio Jardines de Paz donde había sido enterrada la consejera de Estado Blanca Inés Ramírez.
 
Esta mujer, que no figura en las listas de desapariciones forzadas, torturas u homicidios que hacen parte de las investigaciones por la toma, trabajaba como auxiliar de la Corte Suprema de Justicia en 1985.
 
Aun cuando sus familiares reclamaron a las autoridades su ubicación, prefirieron vivir en silencio su tragedia, a la espera de que, algún día, pudieran esclarecer lo que le había sucedido.
 
Ese día llegó el 22 de octubre del 2015, cuando los medios de comunicación dieron a conocer la noticia sobre la identificación de los restos de varias mujeres que figuraban como desaparecidas. La señora Mondol, como Cristina del Pilar Guarín y Luz Mary Portela, fue encontrada en una de las 11 tumbas que fueron exhumadas en ese mismo cementerio del norte de Bogotá.
 
Tras recibir esta buena nueva, los familiares de las víctimas decidieron celebrar en una ceremonia religiosa. El acto tuvo lugar este jueves y contó con la presencia de los allegados de otros desaparecidos.
 
Allí estuvo René Guarín, el hermano de Cristina, quien aseguró que era un honor acompañar a quienes han compartido la misma tragedia e incertidumbre. Sin embargo, señaló que persiste la deuda de  la verdad, pues se entierra un cuerpo, pero se sigue exigiendo que se esclarezca la responsabilidad estatal en los dolorosos hechos de 1985.