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| Foto: Archivo SEMANA

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El paramilitarismo de los 80, según la defensa de Maza Márquez

En su afán por demostrar que el magnicidio de Galán no es delito de lesa humanidad, se refirió a los paramilitares de la época como un movimiento incipiente.

6 de abril de 2016

En su alegato de conclusión del juicio que enfrenta el exdirector del DAS Miguel Alfredo Maza Márquez por el magnicidio de Luis Carlos Galán, el abogado defensor Iván González minimizó la capacidad operativa del paramilitarismo en los años 80.

Para tratar de convencer que la muerte del líder liberal no fue producida por un grupo capaz de manejar un territorio determinado o a la población y que por tanto, no se trata de un crimen de lesa humanidad, González sorprendió a propios y extraños al afirmar los ‘paras’ “eran una incipiente estructura de bandas criminales que operaban aisladamente.”

Aun cuando su intención no era desconocer el poder destructivo y criminal de esos grupos, el defensor sí puso en duda que en ese momento se tratara de una fuerza suficientemente cohesionada organizativa y políticamente.

Según él, apenas empezaban a perfilarse como grupos delictivos que actuaban al mejor postor. Dijo que, por igual, se prestaban a defender a guerrilleros del M-19, a los carteles de la droga, a los hacendados, a comerciantes y hasta a los políticos. A cualquiera que demandara sus servicios.

Como las normas internacionales establecen que, para reconocer un delito como de lesa humanidad, el victimario tiene que ejercer un tipo de control parecido al que opera en cabeza del Estado, González intentó desvirtuar que las Autodefensas de los años 80 tuvieran ese nivel de estructuación.

La razón, si el caso no fuera de lesa humanidad, el magnicidio sería declarado prescrito, lo que dejaría sin efectos la investigación y juzgamiento contra el exdirector del DAS Miguel Alfredo Maza Márquez, por su supuesta participación en el crimen del precandidato liberal a la Presidencia Luis Carlos Galán.

El político fue asesinado en agosto de 1989, luego de que paramilitares y capos del cartel de Medellín se aliaran para sacar a Galán del camino a la Casa de Nariño, supuestamente, sirviéndose de algunos aliados en la Policía y el DAS.